Una Nueva Perspectiva [jw Fanfic]

El Aviario

Justin estaba algo irritado por el comportamiento de su acompañante, cuando le pidió que lo acompañara pensó que al menos se divertiría un poco, pero no ha sido así, no ha sabido como entablar una conversación y la mayor del tiempo ella lo ignoraba.

 

–¿Dónde está? – pronuncia el chico, mientras rebusca su celular en sus bolsillos –Kimberly –la nombrada no se molesta ni en girarse a verlo. –¿Me prestas tu celular?

 

–¿Para? –pregunta aun sin mirarlo.

 

–El próximo monorriel llegará en cinco minutos – se escucha la voz de una mujer por los parlantes.

 

–No sé dónde está mi celular y quiero llamarle –le responde el chico.

 

La pelinegra saca su celular del bolsillo y se lo extiende.

 

–Gracias Kim –dice tomándolo.

 

Un tono, dos tonos, tres tonos.

 

Sea donde este no estaba cerca, ya que no se escuchaba por ningún lado.

 

–Debe de estar adentro –dice lo suficientemente alto como para que la chica a su lado lo escuche. –¿Me acompañas?

 

La menor niega aún sin mirarlo.

 

Justin se da media vuelta y camina de regreso al aviario.

 

–Justin –el nombrado se detiene al escuchar la voz de la chica. –Mi celular.

 

–Lo usaré para ubicar más rápido el mío –dice para iniciar a caminar entre la gente.

 

Aunque le haya dicho que lo usaría para encontrar su celular, también lo tenía para asegurarse de que la chica no se iría sin él.

 

–No puede pasar, por favor regrese y espere el monorriel –habla un hombre que se encontraba en la entrada.

 

–Lo que pasa es que mi celular está allí dentro –le dice el chico.

 

–Lo siento mucho, pero no puede pasar.

 

Justin lo piensa un momento, no podía quedarse sin celular, debía hacer algo.

 

–Por favor, mis padres están del otro lado del parque y si no los llamo se van a preocupar –acaba de perder su dignidad por un celular, lo único bueno era que no había nadie conocido cerca.

 

El guardia pareció pensarlo un poco.

 

–Estás algo grande para estarte reportándote a tus padres, pero está bien –el chico trato de verse calmado, pero por dentro estaba festejando por su victoria. –Tienes cinco minutos si no regresas en ese tiempo iré por ti y deberás salir, aunque no tengas tu celular.

 

El chico asintió y procedió a entrar.

 

Una vez dentro del túnel volvió a llamar. No se escuchaba nada, así que decidió seguir hasta llegar al centro del aviario.

 

Volvió a llamar a la par que corría de un lado a otro. Seguramente los que ven las cámaras de seguridad desde la sala de control se han de estar riendo.

 

Un gran estruendo causa que se detenga en seco. Un gran agujero en uno de los costados y un dinosaurio que a pesar de la distancia se veía enorme se encontraba dentro del aviario.

 

Los pteranodontes y dimorfodontes iniciaron a salir por el agujero.

 

Una alarma hizo que el chico despegara su vista del cristal y viera como en todas las pantallas aparecía un cartel con las letras en rojo que decían: “falla de confinamiento” un segundo estruendo llama la atención del chico y al regresar su vista al aviario ve una gran explosión, el dinosaurio sale por el mismo agujero por donde entro y los voladores además de salir por ahí también vuelan a uno que está en la parte superior.

 

Justin ve como algunos de los dinosaurios se alejan volando, pero algunos rodean el aviario.

 

–Kimberly –susurra para sí mismo.

 

No lo duda ni por un segundo y decide correr al túnel, al tiempo una gran cantidad de gente corre desde el otro extremo en dirección contraria.

 

El castaño trata de esquivar lo más que puede a las personas, pero se le hace difícil.

 

La gente lo empuja, pero él también hace lo mismo, no podía perderla.

 

(…)

 

La familia se encontraba esperando su orden en “churrasquería Winstog” después de haber recorrido algunos lugares de recuerdos ubicados en el complejo principal del parque.

 

–¿Por qué no le escribes a tu hermano o a Kimberly para reunirnos en un rato en el centro de innovación? –le sugiere el padre a la menor.

 

–Claro, ya lo hago –dice la chica al tomar su celular.

 

–Sí, ya es momento de pasar tiempo juntos –expresa la madre.

 

–No exageres mamá, tan solo llevamos unas horas separados –le dice la castaña.

 

–Pero yo quiero pasar tiempo con mis niños.

 

La menor niega y el padre ríe levemente ante la conversación anterior.

 

–No le llegan los menajes –susurra la chica.

 

–¿Qué sucede Kas? –pregunta la madre al ver un poco fruncido el entrecejo de su hija.

 

–Nada, solo que no le llegan los mensajes a Justin –le dice.

 

–Tal vez está en alguna atracción que deba apagar su celular –habla Agustín, el padre de la chica.

 

–¿Seguro? –pregunta su esposa un poco intranquila.

 

–Si amor, ya le llegaran los menajes –la esposa asiente y antes de volver a hablar uno de los meseros les trae la comida.

 

(…)

 

La alarma hace que todos los presentes en la estación entren en pánico, pero en el momento en que apareció el primer pteranodonte todas las personas iniciaron a correr en busca de un lugar seguro

 

Kimberly no sabía qué hacer, tenía miedo, pero también sabía que no podía dejar abandonado a Justin.

 

Trato de controlar su respiración y se acercó a una de las columnas que soportaban el techo de la estación, la gente corría en dirección al aviario, pero muchos eran tomados por los dinosaurios e inmediatamente llevados por los aires por los mismos.



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En el texto hay: escape, ficcion, dinosaurios

Editado: 11.01.2021

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