Capítulo N°3

Una semana habia pasado desde que me habia enterado de la noticia, mi insomnio habia regresado y mi cabeza no dejaba de pensar, que era lo que debia hacer, el unico pensamiento recurrente en mi cabeza era el de regresar con mis padres pero seria cuestion de minutos para que el supiera que había regresado y cuando el se enterara de mi embarazo no queria imaginar lo que sucederia. Pero que otra opcion tenia no podia vivir toda mi vida encerrada en esta habitacion y mucho menos con un bebé,el dinero ya casi habia desaparecido por completo. Ayudaba a Maria en el hotel pero era como pago por dejarme permanecer en esta habitacion y por alimentarme, por el momento eso era suficiente pero en un par de meses tendria otros gastos y la posibilidad de un empleo con mi nueva identidad parecia imposible, ademas que no tenia esperiencia en nada.

Debía tomar una decisión no sólo por mi si no por la pequeña vida creciendo dentro de mi. Deshacerme de el no era opción, a pesar de todo el no debía pagar por quien era su padre. Quería lo mejor para está pequeña personita, pero ni yo misma sabía que rumbo tomaría mí vida. No encontraba que rumbo tomar y no tenía a nadie en mi vida, extrañaba a mis padres, a mi hermano y  lo feliz que hubieran sido de recibir está noticia. Mi madre siempre habia soñado con ver a sus nietos correr por toda su casa, y ahora que su sueño se habia realizado no sabria nunca de la existencia de su nieto. Y me dejaba a mi sola sin poder contar con su ayuda y apoyo. Pero lo único que me tranquizaba era que ellos estarían a salvo. Deseaba saber que se encontraban bien que el no los había lastimado. Escuchar su vos nuevamente, decirles que no se preocuparan por mi que me encontraba muy bien, pero era imposible. Solo bastaba una llamada para que el descuriera mi escindite. 

Me levanté de la cama y me dirigí a la oficina de María y pedí prestada su computadora necesitaba saber alguna noticia de como se encontraba mi familia. 

Entre en el buscador de google y coloque mi verdadero nombre "Olivia Bonavich" todas las paginas de noticias halaban del "secuestro" de la prometida del hijo del candidato Harding. En todas las fotos solo aparecian Alex y Thomas( su padre) pero mi familia no era importante para nadie, a ellos solo les importaban el maldito candidato y el golpiador de su hijo. Mi indignacion crecia con cada palabra que leia sobre el sufrimiento de Alex. Ese maldito en estos momentos debía de estar en alguna de sus tipacas fiesta, de la cual odiaba participar, en esos lugares yo era sola un objeto que el exhibía con sus amigos. Mas de una vez lo habia visto siendome infiel con cuanta mujer se le cruzaba por su camino. Me sentia humillada, tracionada y rendida. Era consiente de como había se trasformado mi vida que ya no me interesaba que era lo que el hacia o dejaba de hacer. Importaba solo sobrevivir. Alex había roto tantas veces mi corazón que ya no quedaba nada del amor que una vez le tuve, sólo me quedaba miedo.  Me jure a mi misma que el jamas se entraría de la existencia de mi hijo y haria hasta lo imposible para que el se no se acercará a la vida de este pequeño. Olivia Bonavich habia muerto el dia que escapo de aquel infirno y nunca mas regresaria.

 Encontraria un empleo, inicieria una nueva vida, y lo haria por lo unico bueno que le habia dado aquel sujeto que borraria de su vida por completo.

 Maria regreso a su oficina y decidí que era momento que supiera mi situación, era la unica persona con la que contaba y podia confiar no tenía a nadie más en estos momentos. Me sentia feliz de que poder contar con ella, despues de todo la vida comenzaba a sonreirme cuando cruzo mi camino con el de Maria. Esa mujer  se había convertido en mi ángel guardian,y una vez más volvia a tenderme su mano brindandome ayuda a pesar de ser una completa desconocida que solo podia causarle problemas.

 Maria me invito a vivir en su casa junto a ella y prometió ayudarme a encontrar un empleo a pesar de mi inexistente experiencia. Ella me presentaba en el pueblo como su sobrina para que las personas no sospecharan, pero no yo no estaba muy segura de que funcionará ya que a pesar de haber cortado mi pelo y haber cambiado de color no era suficiente para ocultar quien era verdaderamente. Sólo tocaba eserar que nadiesospechara y me descubrieran. Tal vez el plan de Maria si funcionaba y era solo yo que no podia quitar a Alex de mis pensamientos.Solo esperaba que con el pasar de los dias Alex se rindiera de una vez por todas y dejará de buscarme y mi horrible pesadilla terminará de una vez por todas.

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ALEX

Odiaba haber enredado a mi padre en todo esto y que este hubiero hecho publico todo esto, hacia  dos meses que lo unico que podia hacer era encerrarme en mi casa a beber, ir a la estacion de policia y a la casa de los padres de OLivia. Necesitaba una noche de descontrol y excesos que eran muy comun en mi vida, pero fuera de mi casa tenia a los malditos periodistas siguiendo cada uno de mis pasos para poder undir a mi padre y por mas que deseaba acabar con la carrera politica de mi padre, eso no era conveniente para ninguno de los dos. 

Esta noche no me importaba nada, me sentía furioso de que aún no pudieran encontrarla. Había comenzado a beber muy temprano y eso sólo hacía que la furia que tenía dentro se desatara, todo lo qie se cruzaba por mi camino lo destrozaba, en este punto no me importaba nada. Cada patada, cada puñetazo que daba iban acompañado con un trago una de las mejores botellas de wisky que mi padre tanto amaba. Esa Perra lo había logrado se había alejado de mi, había desaparecido de la tierra, su familia y amigos no sabían nada de ella. El taxista que la había llevado, viajó al extranjero por un problema familiar, y su auto no llevaba registro  de gps. No había dejado rastro de ningún tipo.

Mientras el caos seguía apoderadondose de mi cada vez con más fúria, el sonido de el timbre me trajo de nuevo a la realidad. Al abrir la puerta para frente a mi se encontraba una de las mejores  amiga de Olivia   Hola cariño _saludo con vos dulce tratando de seducirme - quería saber si había alguna novedad sobre Oli- dijo mientras enredaba uno de sus brasos al rededor de mi cuello y con los dedos de su otra mano jugaba con los botones de mi camisa. Yo no respondía sabía cuáles eran las verdaderas intenciones de Violet.