¿una o mil vidas a tu lado?

Capitulo 3

-¿Esta todo bien?- preguntó su madre al ver a su hija en el suelo recogiendo los pedazos, el ruido de ella los sobresaltó a ambos y destruyó su burbuja en milésimas. Se incorporaron y mayor terror de su madre al ver su mano sangrando.

-Si mamá me estrelle contra el joven y solté la caja musical de Ashlye- respondió triste.

-Dame un momento voy por el botiquín- su madre entró en busca de él, mientras ella se sentó nuevamente en el taburete a esperarla.

-Lo siento nuevamente y feliz cumpleaños- aquel muchacho se sentía verdaderamente apenado, pero no se arrepentía del choque. Ella era demasiado bonita a sus ojos y no llevaba ni una gota de maquillaje a diferencia de las chicas que se acercaban a él; ella con unos vaqueros desgastados, una camisa tipo esqueleto rojo y unas vans del mismo color de la blusa, le hacían ver preciosa y tenia ese rosado en sus mejillas por lo cual jamás necesitaría rubor.

Su madre apareció con el botiquín, no obstante como todo un caballero le pidió amablemente a la señora le permitiera limpiar el corte, para que pudiera seguir trabajando, y dado el movimiento de personas en particular ese día, acepto sin ningún problema.

Agarro su mano con suavidad y mientras él se encargaba de limpiar la pequeña herida pero de escandaloso sangrado, ella enfocaba su atención en su rostro una vez más. Noto cómo fruncía su ceño en medio de la concentración y hacia diminutas muecas con sus labios moviendo de izquierda a derecha los labios, además su quijada se tensaba como si estuviera apretando los dientes. Sin embargo medito lo sensual que lo hacía ver al desconocido todo aquello y desechó al instante los pensamientos de segundos atrás.

-Listo- sonrió de oreja a oreja, mostrando sus lindos hoyuelos - Me dirás tu nombre cumpleañera- Le preguntó.

-¿Yo?-Respondió valentina.

-Eres la única frente a mí,entonces a ti te pregunto- le dijo divertido, pasando una mano por su cabello ya alborotado.

-Valentina y ¿tu?- le dijo extendió su mano buena hacia el.

-Nicolás- tomo su mano y se acerco a su oído- Tienes un hermoso nombre, como la dueña de el- le susurro.

Se soltó abruptamente de su mano y se incorporó recordando que debía volver al trabajo.

-Lo siento, debo trabajar- se excuso y se adentro a la cocina.

Nicolás no era de darse por vencido muy fácil, y esa joven le había transmitido algo en particular solo que aun no tenia el conocimiento de que era, pero lo descubriría.




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