¿una o mil vidas a tu lado?

Capitulo 5

El tiempo fue pasando. La reunión familiar fue un éxito. Las salidas se hicieron más frecuentes y cuando menos pensaron habían pasado seis meses. En ambas familias ya los conocían y les encantaban lo hermosos que juntos se apreciaban. En el hogar de Nicolás, su madre y padrastro estaban felices de lo mucho que el joven había mejorado en sus estudios desde que él la conoció, sus días de joven rebelde se habían apaciguado al igual que el desfile de mujeres que iniciaba desde la mañana hasta la noche.

Era hora de oficializar las cosas. Desde que él comenzó a salir con ella, incluso desde la primera noche todas esas mujeres con las que tenía encuentros por diversión, desaparecieron para su vida y sentía que había ido lo suficientemente despacio con ella, la había respetado y ya se conocían más que bien. El momento de pedirle que fuera su novia debía ser en ese día en particular.

Eran sus cumpleaños y qué mejor momento para pedir su mano en noviazgo y que ella fuera su mejor regalo. Los padres de ambos contentos por los deseos de él, lo apoyaron al instante. Cómo se conocieron en el local decidió preparar una pequeña cena, adornar con globos el lugar, velas y muchas rosas rojas, quiso fuera lo más parecido a lo que ella le relataba cuando leía sus libros románticos. Sus padres debían cargar el hermoso cartel de casi dos metros de ancho donde el le especificaba porque quería ser su novio y al final en letras gigantes preguntaba ¿Aceptas?. La noche llego y ella que pensaba sorprenderlo con un hermoso collar diseñado para ambos, terminó siendo la sorprendida, ni siquiera soltó una lágrima como en los videos o historias de Wattpad. Tan inesperada como siempre en Valentina, grito, salto, dio vueltas de felicidad y luego lo beso.

Ese diecinueve de febrero fue el inicio verdadero de un amor irrompible.

Un año y un par de días de su aniversario el muchacho se estaba graduando de la escuela y había obtenido media beca para estudiar diseño grafico, y ella siempre estuvo a su lado para apoyarlo. Un año más tarde fue su turno y en su mano brillo un hermoso anillo donde prometían un día al culminar sus carreras cambiarlo por uno de matrimonio.




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