Una Obra Sin Título

Querer y Necesitar

Querer y necesitar. Dos palabras que guardan mucha relación mutua, pero, ¿es acaso lo mismo?

Pues no. Querer y necesitar son dos cosas completamente diferentes una de la otra.

¿Tienes alguna idea de lo que significan?

Por ejemplo, te hago esta pregunta: ¿Qué es lo que quieres?

Estoy seguro de que fácilmente encontrarás una respuesta rápida. Qué se yo. Podría ser desde un dulce hasta un teléfono.

Pero, y si te pregunto: ¿Qué es lo que necesitas?

Piénsalo por un momento.

¿Fue fácil conseguir una respuesta fija y clara a esta cuestión? En mi caso, no lo fue. Y estoy casi seguro que en tu caso tampoco. Podría apostar todo mi salario a que tardaste más de diez segundos en pensar una respuesta adecuada a esta pregunta; bueno, apostaría si tuviera mi salario ahora mismo, puesto que me lo gasté.

En fin. Es cierto, aunque muy similares, no son iguales.

Básicamente, querer es un mero reflejo de necesidad. Un deseo de la persona sobre algo o hacia algo o alguien. Algo básico. Pero no confundas, puede ser complejo también.

Necesitar, sin embargo, es algo más profundo. No todo el mundo sabe lo que realmente necesita. Y decir el clásico de “necesitas felicidad” pues, aunque cierto, está muy usado ya.

Por ejemplo, mi caso.

Yo quiero una PC nueva. También quiero un teléfono que pienso me hace mucha falta. Ahora mismo, al momento de escribir esto, quiero una malta y un sándwich. Y muchas otras cosas más.

Pero, ¿qué es lo que necesito?

Durante un par de minutos reflexioné esta pregunta.

Mi respuesta, la verdad, necesito salud. Necesito arreglar mi casa, mi vieja casita que ya está toda destrozada. Necesito mejorar varios aspectos de mí, aspectos personales, y necesito fuerza de voluntad también; siento que me hace falta.

Necesito dinero, por supuesto. El dinero no lo es todo, pero sí que ayuda mucho; la comida y la medicina no son gratis.

Necesito a alguien para mí. Alguien que me quiera como soy, que me quiera a mí y solo a mí; sentirme querido, sentir que me necesitan. Tener a alguien a quien pueda dar todo de mí sin temor a ser hecho a un lado, lo mucho o poco que yo tenga para ofrecer, sin temor a que todo mi esfuerzo sea inútil. Todos queremos eso, aunque intentemos aparentarlo, disfrazarlo o nos de vergüenza admitirlo, en el fondo, todos los seres humanos somos así. Es parte de nuestra naturaleza.

¿Qué más necesito? Veamos…

Necesito un cambio de rutina. Es cierto que hay que apreciar la coyuntura de nuestro estilo de vida, pero la monotonía no es buena en muchos aspectos. Variar de vez en cuando es un bien para el ser.

Y por último, necesito mejorarme a mí mismo.

Así pues, allí tienes un pequeño ejemplo de parte de mí.

¿Meditaste esta pregunta igual que yo? De ser así, me gustaría conocer tu respuesta, escucharla con atención, aunque es una pena que no pueda ser así.

Siempre ten eso en claro: Querer y necesitar no son la misma cosa, y confundirlas es un grave error que te puede costar muy caro, y con costar caro no me refiero a la vida, sino más bien a tu estilo de vida, a tu personalidad, a tu ser.

 

 

Nota Personal: Hace algún tiempo hablé con una amiga al respecto de este tema. Ella lo entendió, para mi alivio.

Es un buen tema de reflexión, y por lo mismo decidí ponerlo aquí. Lee y piensa al respecto. Estoy seguro que te dará respuestas útiles.




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