Una oportunidad... más

4

El regreso a casa se acercaba me despedía de la familia de mi esposo, y al fin me di cuenta de la tensión era como si toda la familia fuera un bando y Jesús a mi lado fuera otro. No entendía muy bien lo que pasaba; pero esas miradas no eran de una familia sino de un enemigo.

-. Gracias – dije secamente porque ya me empezaba a incomodar.

-. Deberían quedarse un poco más – negamos.

-. Mañana debemos volver al trabajo – dice Jesús escuetamente.

-. Así nunca van a tener hijos – miró a la tía metiche que no dejaba pasar la oportunidad para dar un comentario desatinado.

-. No se preocupe que no necesito una luna de miel para fabricar descendencia – la miro directamente – me basta solo una cama y estar junto a mi esposo – paso mis brazos alrededor de su cuello y le dejo un beso en la comisura de sus labios.

-. Si tía porque mi mujer es fuego que me enciende con solo tocarme – el me abraza más fuerte y veo la incomodidad en todos bien un punto para nosotros,

-. Bueno nos vamos – tomó al mano de Jesús y subimos al auto, necesito muchas explicaciones; pero para ver cómo va así nuestra relación me muerdo la lengua y me abstengo de preguntar a pesar de morirme por saber algo más.

No siento el momento en que llegamos a casa ya que me había quedado dormida, pero estoy en una cama me miro y si estoy con mi ropa, vaya me asusté; pero él no está por ningún lado tomo mi celular y son las 4 de la mañana vaya al parecer si necesitaba un buen descanso.

Bajé a la cocina por un vaso de agua y escucho voces venir del despacho de Jesús mi mente me dice que no vaya, pero mis pies son más rápidos y me encuentro en la puerta pegando la oreja para poder escuchar más claro.

JESÚS

No esperaba que Cristina me apoyara de esa manera para dejar callados a todos esos hipócritas, quería darle las gracias; aunque al voltear a verla se ha quedado dormida… piso el acelerado hasta la mitad de camino sabiendo que estaría desierto y llegamos a casa en mitad del tiempo estimado, la cargo y la recuesto en la cama me acosté a su lado, disfrutando de su aroma y de su calor.

Si tan solo pudiera explicarle lo que pasó hace tiempo atrás, pero no es el momento fue mi mejor decisión

Cerca de las tres de la mañana escucho mi celular vibrar y es raro, lo tomó y era mi padre al fin se acuerda que tiene un hijo o quizá ya le acabó el dinero o mejor aún su hijo adoptivo ya llevo a la quiebra sus empresas.

-. En una hora estaré en tu casa y espero que estés más dispuesto a hablar – y cortó la llamada no entiendo porque cree que aún puede darme ordenes cuando yo le deje en claro que renunciaba a todo lo que tenía que ver con él.

De mala gana decido dejar a Cristina ya que ella ha caído como un tronco y la verdad es la única forma de estar cerca de ella sin querer matarnos a cada minuto.

Voy a mi despacho e intento no estresarme porque mi padre es impredecible… un minuto para las cuatro lo escuche llegar, abro la puerta lo llevo a mi despacho y suspiro porque esto no se ve bien.

-. Señor Rogelio – lo saldo secamente

-. Has olvidado que mi sangre corre por tus venas – si pudiera me la drenaría para no tener nada de él en mi cuerpo

-. Hace como ya tres años que no somos nada – bueno eso era para mí – acepte esta reunión por mera curiosidad, pero si no hay nada interesante se puede retirar – señalo la puerta y veo como se indigna y contiene su rabia.

-. He venido porque tenemos aún algo pendiente – lo miro extrañado.

-. Yo deje todo totalmente saldado en cuanto firme mi renuncia a tu apellido y a tu herencia – le aclaro – y tengo los documentos que lo prueban.

-. Acaso se te olvida que tenías un compromiso pactado que dejaste en el aire por tu estúpido capricho de creer en el amor verdadero – si lo recuerdo bien y no me arrepiento de lo que hice.

-. Ese tema también lo deje finiquitado no hay nada que hablar al respecto – le aclaro con suficiencia.

-. Que no se te olvide que aún tengo el poder necesario para hacerle daño a tu tan amada Cristina – mis puños se cierran al escuchar que él la nombra es porque quiere manipularme de nuevo.

CRISTINA

Ok sabía que su padre no me pasaba, pero de ahí a que este en medio de la discusión de ellos eso es raro

Pegó de nuevo la oreja para poder escuchar bien.

-. Veo que aún no te has enterado de las ultimas noticias – dice Jesús seguro.

-. Habla – exige su padre en un grito

-. Me casé con Cristina hace dos días y ahora que está a mi lado puedo protegerla, antes lo hacía de lejos; pero ahora lo hare si es posible con mi vida – me tapo la boca porque de verdad que quiero gritar de la sorpresa.

-. No estés tan seguro – su padre es un monstruo.

-. Antes te creía porque era inexperto y no sabía o no creía ser capaz de protegerla – escucho que aclara su garganta – pero ahora que ya he formado mi empresa por mí mismo y he podido liderar ciertas cosas me doy cuenta que puedo protegerla y no me importa de quien sea.

-. Vaya veo que estas tan seguro – escucho un vaso romperse – eres un maldito niño mimado y malagradecido – escucho un golpe.

-. Eso es lo único que tienes – otro golpe – siempre has querido que muera y aun así sabes que tu hijo adoptivo jamás podrá parecerse a mí y ser lo que yo fui para ti.

-. Cállate – no aguante más y entre, vi a Jesús con sangre en los labios; pero con una sonrisa.

-. Basta – ambos me miraron y Jesús cambio su semblante a uno más serio – le pido que suelte a mi esposo, ya los de seguridad están informados y no quiero verme en la penosa necesidad de hacerlo sacar de aquí – dije lo más segura que pude porque tenía los nervios de punta.

-. Tú no eres nadie – el señor se acercó con la intención de golpearme, pero Jesús lo detuvo.

-. Será mejor que te vayas – la mirada de su padre era de desconcierto – no me obligas a olvidarme que tu sangre corre por mis venas – soltó su mano haciéndolo retroceder.




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