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Cristina había preparado una habitación con todo lo necesario y un maniquí que mando a hacer en tiempo exprés para tener todo listo; pidió algunos medicamentos que después cambiaría con las personas que lo necesitaban y no podía faltar una enfermera que en realidad era una guardaespaldas muy bien entrenada que atraparía a quien quisiera hacerle algo a Jesús.

Fingió todo el traslado del hospital y pago muy bien por el silencio y actuación de los involucrados.

-. Muchas gracias – dijo despidiendo al último doctor que salía de su casa y desde las sombras alguien la observaba.

Frank llegó y le entregó unos documentos que Jesús había dejado si le sucedía algo como lo que está pasando, ella los tomo y sus ojos e abrieron demasiado había dejado todo a su nombre.

-. Yo no puedo aceptarlo – Frank negó y la miró muy serio.

-. Tiene que hacerlo porque este es su esfuerzo desde cero – se aclaró la garganta – a pesar de todos los obstáculos él salió triunfante dejándose la piel y la mitad de su vida quizá en esas luchas y ahora usted señora es la que debe ayudarlo para que todo se mantenga a flote.

-. Lo comprendo – ella se sorprendió por la sinceridad y lealtad de Frank a Jesús – de acuerdo iremos mañana a la empresa – Frank le sonrió y dejo otro folder en la mesa para retirarse, Cristina le dio una ojeada y era la documentación del hospital.

-. Señora – se sobresaltó un poco pues pensaba que estaba sola

-. Catalina ¿qué sucede? ¿no estabas de vacaciones? – era extraño verla ahí.

-. Me entere lo que paso con el joven y decidí regresar para apoyar – Cristina le sonrió comprensiva, pero con precaución en su interior

-. Ya no es necesario todo fue leve y él ya está aquí en casa con una enfermera as 24 horas los 7 días a la semana - la señora pareció algo aliviada

-. No se hubiera molestado señora - intervino – yo podía cuidarlo sin tener gente extraña en la casa.

-. No te preocupes si deseas puedes pasar a verlo y regresar a tus vacaciones – ella sintió presurosa y la siguió; la enfermera actuó como que aún lo tenían sedado por el dolor de sus recientes intervenciones y gracias al cielo que el maniquí era muy realista.

-. Como pudo ser esto – ella intentó tocarlo y la enferma intervino a tiempo.

-. Disculpe, pero usted no se ha desinfectado adecuadamente para mantener un contacto cercano con el paciente – Cristina dejo salir el aire que contenía ya que la hubieran descubierto.

-. Entonces me retiro más tranquila – Cristina le sonrió, aunque logro distinguir la molestia en su voz.

-. Si – Cristina a acompañaba a la puerta – termine sus vacaciones y después la esperamos para que nos acompañe – ella bien sabía que ella podía ser la espía y la que mantiene al tanto a su disque suegro.

Ella fue a darse una ducha y a intentar descansar lo cual no fue difícil ya que estaba demasiado cansada con el trajín y la preocupación le pasaron factura.

En la mañana muy temprano se puso un traje formal negro, blusa blanca y zapatos nude; estaba comiendo algo de fruta cuando Frank entró.

-. Debemos apurarnos porque hay problemas en la empresa, Cristina dejo todo y se fue con él.

Frank parecía un piloto de carreras, esquivad a autos y tratando de agarrar los semáforos en verde o ámbar; debía de ser muy grave lo que sucedía en la empresa.

EN LA EMPRESA

En la sala de juntas se encontraba el padre de Jesús junto a todos los accionistas, que había convocado una reunión extraoficial debido a las circunstancias.

-. Bienvenidos todos – saludo sentado en la cabeza de la mesa con una cara de demasiada alegría para supuestamente estar preocupado por su hijo – como bien saben mi hijo se encuentra luchando por su vida en el hospital y no podemos dejar que la empresa sea como una serpiente sin cabeza así que yo me propongo para tomar su lugar en lo que mi querido hijo se recupera…

-. Ni Dios lo quiera… - todos miraron a la puerta.