Una parada en Colonia Basilia

Capítulo 7

Olivia dejó a Tadeo en la entrada de la Estancia Central y emprendió el regreso hacia el lugar de la fiesta. Recién en ese momento se dio cuenta que no había avisado que se retiraría de allí. Frenó para mandarles un mensaje y se encontró con un audio de Lucas.

Había decidido faltar a la fiesta porque Félix lo había invitado a su casa. Y las invitaciones del muchacho eran especiales para él. Podían verse muy pocas veces debido a que el chico aún no había juntado el coraje necesario para decirle a su familia que estaba saliendo con un masculino.

Cúbreme, especialmente con Cande. Te quiero” finalizaba el mensaje.

No te preocupes, disfruta. Te quiero

La situación con Candela siempre había sido complicada. Su familia era muy religiosa y sus creencias, muy poco flexibles. La amistad con Lucas había sido complicada cuando se enteró de su orientación sexual… pero con las demás chicas habían intentado que ese no fuera un problema que evitara encuentros pacíficos. Lo que Candela no sabía, era que su hermano había empezado a salir con Lucas hacía muy poco tiempo. Lo cual complicaba más las cosas, ya que sus propias amigas debían mantener el secreto para ayudar a ambos chicos.

Una vez que logró enviar el mensaje, puso nuevamente el auto en marcha. Prendió la radio para intentar llenar el silencio, pero su mente no dejaba de repetir la pregunta que le había hecho Tadeo. “¿No te intriga todas las posibilidades que podrías tener en un lugar más grande?” Y la verdad es que durante mucho tiempo se había hecho esa pregunta. Sabía cuál era su mayor sueño y era consciente de que sería más fácil llevarlo a cabo en una gran ciudad, donde las cafeterías y los bares eran moneda corriente entre sus habitantes. Pero su experiencia pasada la frenaba. Se había sentido tan pequeña en esa ciudad, tan sola, tan lejos de todo lo que amaba y de lo que la hacía ser ella.

Era feliz allí. Con su gente, con la naturaleza, con su rutina, con todo lo que hacía que aquel pueblo fuera su hogar. Pero su sueño había quedado encajonado a la espera de un intento de su parte. Intento que siempre se veía postergado. Aún no había sitio para la cafetería de sus sueños. ¿Cuánto tiempo más podría postergar aquello? ¿Era posible que el continuo postergar terminara por debilitar incluso las ganas de intentarlo?

Y en ese momento, recordó el mail que había mandado con la posible beca para estudiar cocina nuevamente, en Váledai. De pronto sintió paz al haberlo intentado. De alguna manera, era accionar en pos de su sueño. Era sacarlo del cajón y que viera un poco de luz, que se sintiera vivo y con posibilidades de ser. Aun no estaba muy segura de cuál de los dos caminos era el que en verdad quería: si realmente deseaba ser aceptada o se conformaba con el simple hecho de intentarlo. Por suerte, la decisión final no era cuestión de ella… O eso creía.

Por el momento, prefería abrazarse a la paz que le había regalado el hecho de intentarlo y soltar la decisión final, no pensar en ella, no preocuparse.

Suspiró y se alejó del tema intentando concentrarse en la música que salía por el parlante hasta llegar a destino. Estacionó el auto y caminó hacia donde estaban sus amigas.

—¿Dónde estabas? —le preguntó Giselle.

—Fui a llevar a Tadeo a la Estancia.

—Es lindo. Si no hubiese visto cómo te miraba… —bromeó.

—Las mellis dijeron lo mismo. Que es lindo, digo.

—¿Y tú no lo crees?

Se encogió de hombros.

—Es lindo, no lo niego. Y parece buena persona, además de divertido e interesante...

—Bueno, son varios puntos a favor encontrados en pocas horas.

Olivia rió al darse cuenta de todo lo que había dicho. Quizás si le gustaba, pero en verdad era algo a lo que no quería darle importancia. No tenía sentido hacerlo.

—Supongo que sí, pero se va el lunes.

—¿Y?

—No tiene sentido.

—¿Por qué no?

—Porque no.

—Desde el guardavida que no tienes nada con nadie. Y fue hace bastante…

—Si. Dos veranos. Pero creo que estoy bien así, creo que al fin logré entenderte. El placer de la soledad —rió.

—Yo creo que un poco sigo en duelo.

—Ay, Gise. Ha pasado mucho tiempo.

—No hay tiempo para el duelo de un amor —dijo medio bromeando, medio en serio.

Candela las interrumpió preguntando por Lucas. El rostro de Giselle cambió antes de decirle que se había quedado a descansar.

—Estuvo dando clases durante el día y no se sentía bien.

Olivia se sorprendió. Al parecer estaba al tanto del encuentro de ambos chicos. Y a pesar de que Lucas era su amigo y era normal que lo cubriera, Félix era su ex. Le sorprendía el valor que tenía para defender esa relación a pesar del dolor que significó para ella la ruptura… Y luego, el dolor de aceptar que Félix estaba interesado en los chicos más que en las chicas, con la duda de si algún día la había amado de la misma forma en que ella lo amó. En el fondo, admiraba su resiliencia.

—Si, hoy hablé con él y me dijo lo mismo —se sumó Olivia a la mentira.



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En el texto hay: suenos, amor, pueblo

Editado: 23.08.2024

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