Una parada en Colonia Basilia

Capítulo 14

El día viernes fue el día de quiebre para Olivia. Estaba saliendo de su turno, cuando notó que en su celular había una notificación. Solo necesitó leer el asunto para que todo su ser colapsara por dentro.

Su pulso se aceleró y sintió un frío corriendo por su espalda. Lo que tanto había deseado y a la vez, rechazado, se había materializado frente a ella. O eso era lo que había alcanzado a leer antes de guardar el celular en su bolsillo y acelerar el paso.

Llegó a su casa sintiéndose ajena a todo lo que pasaba a su alrededor. Apenas pudo articular un saludo a sus padres antes de encerrarse en su habitación. Una vez que encontró la seguridad que buscaba, volvió a tomar su celular e ingresó al mail que se coronaba con la frase: Beca de estudios en ICoPaVa.

A medida que leía el mensaje, una nueva realidad empezaba a surgir frente a ella… una realidad que hubiera sido un sueño hecho realidad para cualquiera que amara tanto la cocina y la pastelería, tanto como ella la amaba. Pero ella no se sentía cualquiera. Ella era una persona que cargaba con un amor tan grande por su pueblo y por su hogar, que terminaba convirtiéndose en un freno.

¿Era posible transformar ese amor en alas en vez de un freno? ¿De qué manera podría hacerlo? Porque solo bastó terminar de leer el mail para saber que realmente, quería aceptar aquella oportunidad. Quería permitirse vivir aquel sueño… caminar esa vida que tanto tiempo había estado imaginando.

Pero no sabía cómo. ¿Podría permitírselo sin sufrir en el intento?

En el mail decía que habían considerado sus estudios anteriores en la ciudad, los cuales habían sido válidos para armar una imagen sobre el potencial que tenía. Y era cierto. El corto año que había estado allí, había recolectado una gran experiencia con hermosos resultados académicos. Sus profesores habían halagado su talento, la habían motivado a continuar… pero nada de ello había sido suficiente para ella cuando había tomado la decisión de regresar.

¿Era posible que esa vez fuera diferente?

No supo cuanto tiempo estuvo allí, con el celular en la mano, leyendo una y otra vez el mail y pensando qué haría. Pensó en cada opción, en cada posibilidad. Y no logró llegar a una respuesta concreta cuando vio que el sol comenzaba a iniciar su descenso.

Suspiró como saliendo del trance y decidió pausar la decisión para mas adelante. Necesitaba tomarse ese tiempo para dar una respuesta que se correspondiera con lo que en verdad quería y no con el miedo.

Para su suerte, sus amigos organizaron varios encuentros ese fin de semana y Tadeo también se hizo notar a pesar de la distancia. Cada uno de sus mensajes, hacían sentir a Olivia que estaba muy cerca.

Por alguna razón, el miedo que solía caracterizarla ante sus sentimientos no frenaba nada. Y ante cada mensaje volvía a sonreír como idiota. Y empezó a pensar más en Tadeo. Y a desear su regreso.

Quizás todo era una ilusión, pero se sentía muy lindo y no quería escapar de esa sensación.

—¿Te has dado cuenta que últimamente estás más pendiente del celular? —le preguntó Lucas el sábado por la noche, mientras ella miraba instagram en medio de la fiesta.

Vio que Tadeo había subido una foto de Colonia Basilia con un texto que la hizo sonreír. Le dio like.

—¿Y eso es malo?

Sus amigos se rieron.

—Es un efecto… a tener en cuenta —le dijo Gise.

—¿Y si acepto que me gusta me dejarán de molestar? —les dijo en un impulso.

—Al menos eres consciente, eso es bueno —agregó Lucas.

—¿Volverá al menos? —le preguntó Cami quien había empezado a sufrir la ausencia de Bruno que esa mañana había abandonado el pueblo y aun no respondía sus mensajes.

—Dijo que sí. Pronto.

—Ojalá cumpla…

Cumpliría. Olivia lo sabía.

“Me alegra saber que sigues con vida”

Le escribió y guardó el celular para disfrutar de los cantantes, de sus amigos y de todo lo que en ese momento era su presente.

Recién a la noche, cuando se acostó para dormir, leyó la respuesta del joven.

“Ya estoy en Váledai, sano y salvo

Cómo sigue la fiesta?”

Acomodó las almohadas en su espalda para quedar sentada y le escribió.

“Bastante divertida, hoy he ido con mis amigos… Mañana es el cierre.

Tu has aprovechado el sábado en la ciudad?”

“Me encantaría ir al cierre, pero estoy lejos

Si, he salido a comer con un amigo y unas conocidas, pero no lo he disfrutado la verdad.

Si algún día vienes, iremos a comer al lago. Nadie me quiere acompañar ahí.”

“Tienen un lago? No sabía

Me encantaría ir.”

“Quien dice, capaz terminas viviendo en Váledai y ese lugar se convierte en tu favorito. Creo que te gustaría mucho.”

Tadeo le envió una foto del lugar y Olivia se tomó unos segundos para observarlo. Era un lugar muy lindo, definitivamente, el joven ya conocía sus gustos.



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En el texto hay: suenos, amor, pueblo

Editado: 23.08.2024

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