Una Promesa A La Luna

Capítulo 3

Celine

 

Después de descubrir el engaño de mi novio, llamé de manera grupal a mis amigos y les conté lo sucedido. En menos de 1 hora, los cuatro ya estaban tocando la puerta.

Totalmente destrozada por haber perdido 2 años de mi vida con esa basura, trataron de consolarme con chocolate, frituras y helado. Y después de 2 horas deje de llorar debido a que me seque por completo.

—Caín. — el pelinegro me miro —Ya se me acabaron las lágrimas, llora por mí.

—Como si pudiera.

Hice una cara de llanto y los demás comenzaron a acosarlo.

—¡Vamos Caín, es tu amiga!

—¡Piensa en la escena donde muere la mama de Nemo!

—¡Eso no es nada, ¿Recuerdas como murió la mama de Bambi?!

—¡Ah! ¡Pobre bambi! — exclamo en un grito de dolor Carlo.

—¡Déjense de tonterías! — levante la cabeza y mire a Caín.

—¿Te parece una tontería el sufrimiento de tu amiga? — Caín parecía desesperado y para cumplir mi solicitud, tomo un limón y lo exprimió sobre sus ojos.

—¡Ahh! ¡Ya! ¡Ya estoy llorando!

Mientras Caín lloraba y se quejaba de dolor, fui consola por los otros tres hasta que el llanto de Caín desapareció.

—Caín eres el mejor. — le agradecí con mi voz ronca mientras él se tallaba los ojos con una toallita.

—¿Ya estas mejor? — miré a Carlo y asentí.

—Dios, hay que hacer algo con tus ojos. Están muy hinchados. — Pheope se dirigió a los cajones del mueble y saco unas mascarillas. —Me hare cargo de hacerte ver renovada.

—Cuando terminas una relación es el momento indicado para hacer un camio de look. — todos asintieron a las palabras de Lela.

—Si, estoy de acuerdo. Aun no es muy tarde, ¿vamos a la peluquería?

—No decidan cosas por mí. — me queje mientras limpio mi nariz, los cuatro me miraban esperando mi respuesta y como siempre me deje llevar. —Al diablo, vamos.

Fue rápido, solo moje mi cara y tome dinero de mi alcancía. Llegamos al centro comercial y entre a una peluquería, como buenos amigos se despidieron de mi larga cabellera y me abandonaron.

—Regresamos en una hora.

—Déjenla hermosa, tenemos que hacerle ver a una basura lo que dejo ir. — me avergoncé por las palabras de los chicos, pero el personal entendido que tengo el corazón roto y comenzó con la magia.

El personal era tan amigable que termine por contarles mi desgracia, por supuesto se pusieron de mi lado y me animaron. Incluso la jefa del local que está presente, me regalo un manicure y pedicura. También me ofreció un descuento en el spa y claro que lo aproveche.

—Vaya, sí que se esforzaron. — mis amigos regresaron y los hice esperar una hora más frente al local, la cual fue mi venganza. Cuando salí despidiéndome de las chicas con una sonrisa, se sorprendieron mucho de mi cambio, lo cual es bueno ¿verdad?

—Si, mi Celine es hermosa. — Lela saco su celular y me abrazo por el cuello sacando unas cuantas fotografías que posteo en sus redes sociales.

—El cabello ya sea largo o corto te queda bien, ¿Cómo te veras calva? — le di una mirada de disgusto y él se río. —De cariño te diría Caillou.

—Estas pidiendo a gritos mi puño en tu cara. — callo de inmediato y miro a otro lado mientras limpiaba su oreja con uno de sus dedos.

—Vamos a comprar ropa.

Anuncio Carlo y entro a una tienda al azar, lo seguimos y estuvimos un largo rato entrando y saliendo de tiendas. Cuando nos cansamos, nos sentamos a comer algo en una cafetería y charlamos un rato.

—Me alegro. — levante la mirada y mire a Lela —Hemos logrado animarte. — sonreí y bajé un momento la mirada.

—Gracias chicos, sin ustedes yo estaría perdida. — la mano de Carlo alcanzo mi cabeza y la acaricio.

—Es lo mismo para nosotros, todos somos el pilar de todos. — me reí un poco y asentí.

—Bien, mañana iras a la escuela y caminaras con la cabeza en alto. Somos testigos de que diste todo en la relación y no tienes nada de qué avergonzarte.

—Cierto, la estúpida de Claudia solo vive para lastimarte. No caigas en sus provocaciones, ya te desahogaste todo lo que podías con nosotros, a ella demuéstrale que no te ha afectado nada.

Mordí mi labio y retuve las lágrimas, los chicos tienen razón, lo di todo y eso lo sé muy bien, así que no tengo porque bajar la cabeza ante la basura. Levanté la mirada y mostré una sonrisa.

—Gracias, los quiero mucho chicos.

Los cuatros se acercaron y me acorralaron en un abrazo, las lágrimas salieron solas y con ayuda de servilletas fueron limpiadas de mi rostro por Caín y Carlo.

Cuando terminamos, nos despedimos y cada quien se fue por su lado. Llegue a casa y el sol ya estaba escondiéndose. Subí a mi habitación y bajé después de cambiarme de ropa para preparar la cena.

—Ya llegué.

Después de una hora, la puerta de entrada se abrió y mi padre entro. Asomé la cabeza desde la cocina y lo vi aflojando su corbata y dejando su maletín en el sillón.

—La cena estará lista de inmediato, sube a cambiarte.

—Gracias.

Acomode rápidamente la mesa y coloque lo necesario sobre ella, me quite el mandil y espere a mi padre.

—¿Qué paso? ¿Por qué te has cortado el pelo? — pregunto mientras se sentaba frente a mí, sonreí y negué suavemente.

—Solo un cambio de look para mi corazón roto. — mi padre dejo la cuchara en el aire y me miro.

—¿Corazón roto? ¿terminaste con Alex? — asentí —¿Qué paso?

—Hum, me engaño.

—Ese bastardo. — mi padre se enfureció y eso me animo. —Tirare todos sus regalos. Ahora está en mi lista negra. — me reí.

—No déjalo así, de todos modos, me engaño con alguien que no está a mi altura. — mi padre sonrió.

—Mi pequeña, tan fuerte como su madre. Aun así, está bien llorar, no te lo guardes todo.

—Los chicos ya me echaron una mano. Estoy bien papá.

No muy convencido dejo el tema a un lado y continuamos cenando. Cuando terminamos mi padre se dio un baño y después se fue directo a la cama. Yo limpié los utensilios y antes de irme a dormir, me di un rápido baño.




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