Una Promesa A La Luna

Capítulo 4

Raiden

 

Mirando el techo recostado en el sillón esponjoso de mi sala, me cuestione si estaría bien salir a trotar con una leve lluvia de por medio.

No es que tuviera prisa, pero los reporteros por fin me dejaron en paz después de un mes de lo sucedido con la cancelación de la boda y quiero volver a mi rutina habitual.

La puerta de mi departamento se abrió y entro Cassian junto con su enorme dóberman.

—Voy a ir a trotar ¿nos acompañas? — me levante y salimos del edificio.

Por surte la lluvia se terminó a los pocos minutos y cuando regresamos al edificio, el cielo ya se estaba despejando.

—¿Hoy es la visita a la tienda comercial del centro?

—Si, será después de las 3 p.m. — suspire. —Solo echare un vistazo rápido y me iré de inmediato.

—Surte.

Entre a mi departamento y me di una ducha, cuando termine prepare algo rápido para desayunar y me dirigí a la empresa. Revise durante todo la mañana el informe semanal de todos los departamentos y después revise los miles de correos que tengo pendiente. Respondí lo más importante y dejé lo demás para después.

A las 3 p.m. mi secretaria entro y me aviso que era hora de que me dirigiera al centro comercial. Solo envié unas cuantas respuestas más y salí de la empresa.

—Bienvenido señor Donovan. — el gerente me recibió y mire el lugar.

Todo está en perfecto orden, los empleados cumplían con el protocolo y mire cada pasillo de la juguetería. El lugar no estaba muy lleno, pero si tenían clientes por atender.

Cuando pasamos por uno de los pasillos note a una chica de puntillas tratando de alcanzar un peluche de una luna. Me acerque y me coloque detrás de ella, alce mi mano y con facilidad tome el peluche.

—Aquí tiene. — un poco aturdida la chica se giró y me miro agradecida al notar el peluche en mis manos.

—Gracias. — le entregue el peluche y ella lo miro con una sonrisa. —Es bastante linda ¿no lo cree?

—Si, es linda. — bajo la cabeza y siguió mirando el peluche e hizo una mueca al ver el precio. —¿Algún problema? — avergonzada negó suavemente.

—Bueno, creo que vendré por el otro día. ¿podría volver a dejarlo en su lugar?

Tome de nuevo el peluche y estire mi mano para dejarlo en el lugar que estaba. Note como la chica lo seguía mirando y cuando se dio cuenta de que tenía mi atención, de nuevo me miro avergonzada.

—Gracias y perdón por molestarlo. Iré a pagar lo que me llevare. — asentí y ella se retiró.

Esto es extraño, no puedo quitarle los ojos de encima. A simple vista puedo decir que es mucho más joven que yo, tal vez se trate de una estudiante, pero es muy linda.

Mientras miraba su espalda me gusto el cómo su corto cabello rebota mientras camina. Su delgada espalda y su aroma fresco me hipnotizaron un momento.

—Señor, ¿seguimos? — miré al gerente de la juguetería y asentí, cuando volví a mirar el camino frente a mí, la chica ya había desaparecido.

Después de 10 minutos, salí de la juguetería y me dirigí a otra que está pisos más arriba. Al igual que la primera, todo está en perfecto estado y regrese al primer piso para retirarme.

Mientras bajaba las escaleras eléctricas recordé un libro el cual llamo mi atención y quiero leer, así que baje al segundo piso y entre a la librería. Le comenté a un empleado el nombre del libro y en menos de 5 minutos lo encontró por mí, pase a la caja y pague el libro.

Mirando la portada salí de la librería y pasos más adelante me encontré con la chica del peluche de la luna. Estaba viendo hacia una dirección y cuando seguí su mirada encontré a una pareja tomados de la mano acercándose poco a poco.

No entendí la mirada que les dirigía, parecía estar resentida, pero a la vez parecía dolerle.

 Lo habitual seria ignóralo y seguir mi camino, pero sentí la necesidad de acercarme y preguntar si algo le molesta.

—¿Qué pasa conmigo?

Después de pensarlo unos segundos, di los primeros pasos y me acerqué a la chica.

—Oye, ¿estás bien? — no obtuve respuesta, pero mirando más de cerca parecía querer llorar. Coloque una mano sobre su hombro y ella se sobresaltó. —Perdón, no quería asustarte.

—El señor del peluche. — dijo apenas me reconoció.

—Si, yo…

La chica volvió a mirar a la misma dirección y luego me miro a mí.

—Lo siento.

—¿Eh? — sin comprender su disculpa, tomo mi corbata y me jalo hacia delante. Lo siguiente que paso, fue que mis labios se presionaron contra los de ella.

—¿Qué…? ¡¿Qué está pasando?!

 Lo normal sería que la aleje de inmediato, pero no logre reaccionar de manera normal y solo le seguí el juego. Ella coloco sus brazos alrededor de mi cuello y yo la abrace de la cintura.

No tenía ni idea de lo que estaba pasando, pero sorprendentemente me gusta.

—¿Celine…? — una voz masculina nos interrumpió y nos separamos.

Ella miro al frente y yo me quedé aturdido durante un largo momento, preguntándome cómo fue que lo permití.

—Ah, hola chicos. — saludo a la pareja con tono normal.

Miré su espalda y solo me mantuve como observador.

—¿Qué mierda? — los ojos del chico pasaron a mí y me inspecciono de arriaba a bajo. —¿Quién es el?

—¿Eh? ¿Por qué tengo que decírtelo?

—¿Es tu nueva pareja?

—Quien sabe. — contesto levantando los hombros.

—Espera, ¿me utilizo?

Tomo mi mano y la entrelazo con la de ella, sin seguir entendiendo porque no la detengo, me deje arrastrar por la chica.

—Nos vemos. — nos alejamos de la pareja y sentí su mirada en mi espalda. Hasta que bajamos por las escaleras eléctricas.

Los dos estábamos en silencio, no sabía por qué permití que una desconocida me besara repentinamente, y otra razón por la que no hable fue que podía sentir su mano temblar.

—¿Qué pasa? — como si recordara mi existencia, giro rápidamente hacia atrás y me miro. Después soltó mi mano y volvió a disculparse.




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