Una Promesa A La Luna

Capítulo 13

Celine

 

Pase mis manos por la fila de vestidos frente de mí. Las chicas seguían viendo cuál les sentaría bien para la graduación.

Los chicos están en la parte de los trajes para caballeros. A pesar de ser chicos también están demorando en elegir el traje que llevarán.

Y yo por mi parte ya sé que vestido quiero, así que solo espero a que me lo traigan para probármelo.

——Señorita, aquí está el vestido que pidió. Los vestidores están al fondo.

——Bien, gracias.

Decidí no llamar a las chicas y me dirigí al vestidor dejándolas a ellas seguir viendo opciones.

Rápidamente me probé el vestido rojo y cómo lo imaginé me queda demasiado bien. Además, me encanta.

Sabía desde el primer momento en que vi este vestido que fue echó para mí, así informe que lo compraría.

La chica que me está atendiendo sonrió y le dije que cuando me fuera pagaría el vestido. Ella asintió y se llevó el vestido para prepararlo y venga a casa conmigo.

—¿Dónde estabas? — mire a Lela —Pensamos que te fuiste sin avisar. — sonreí levemente.

——Para nada, sólo fui a probarme mi vestido.

—¡Ah! ¡Yo quería ver! — exclamó Pheope.

—Sera sorpresa, en verdad me quedo de maravilla.

——Que mala. — Lela cruzo los brazos y miro a otro lado con resentimiento.

—Vamos, solo tendrán que esperar una semana. ¿Ya eligieron?

Las dos asintieron y las acompañe al probador. Como se esperaba me preguntaron de todo y fui sincera.

—De verdad les queda muy bien. — ambas me miraron con sobriedad y yo sonreí. —Si no me creen preguntémosles a los chicos.

Las tres sabíamos que tanto como Caí y Carlo dirán opiniones sinceras. Así que llame a esos dos y en menos de dos minutos ya están frente a nosotras.

—¿Verdad que les queda bien?

Ellos miraron y analizaron a ambas chicas de abajo hacia arriba. El primero en hablar fue Caín.

—Ese color azul te queda perfecto Lela.

—Si, estoy de acuerdo. Me encanta— agrego Carlo y Lela sonrió mientras decía que ya encontró su vestido ideal.

—Y por otro lado Pheope ese vestido morado te queda genial, hace resaltar realmente tu figura. — Caín levanto el pulgar aprobando el vestido.

—Si, no olvides agregar que te hace ver con más pechuga y muslo. — nos reímos por el comentario de Carlo.

—Oh, si es así. — Pheope se miró al espejo y sonrió. —Me lo llevó.

Los chicos ya tenían su traje y las chicas ya escogieron el vestido, así que solo queda pagar.

Nos dirigimos a la caja y camine detrás de los cuatro. Ellos estaban hablando de algo, pero yo no estaba poniendo atención así que fingí estar interesado en los cosméticos.

A pesar de que estamos a una distancia algo alejada, puedo escuchar sus risas. Sonreí y pensé cosas innecesarias de nuevo.

—Ellos estarían igual de bien si no hubiera venido.

Tomé un labial y lo apreté. Mire mi rostro en el pequeño espejo circular y note que mi sonrisa desapareció y en su lugar esta una expresión sobria. Sin vida.

—Si desaparezco un tiempo, no creo les afecte.

Estaba pensando en viajar a Londres y pasar un tiempo con mi tía materna y mi prima. Solo quiero alejarme de este lugar y así dejar de tener estos horribles pensamientos y ataques, pero por otro lado no quiero dejar a mi padre solo.

—¿Lo comprarás? — me sobresalte al oír esa pregunta. Giré la cabeza y me encontré con Caín.

—Me asustaste tonto. — suspire y él sonrió

—No estabas con nosotros, te estaba buscando y note que estabas mirando fijamente el labial. ¿Lo comprarás? El rojo te queda muy bien.

Sonreí y miré el labial que hace unos segundos apreté con tanta fuerza.

—Si, lo voy a comprar.

Regresamos con los chicos y pagamos lo que nos llevaremos. Nos dirigimos a un restaurante y comimos mientras charlamos sobre como imaginamos nuestras vidas en la universidad.

—Mi padre me comprara un auto si paso el examen. — conto Pheope emocionada.

—Que genial, el mío me llevara a comer pollo. — dijo Carlo.

—Pues yo estuve ahorrando por años para una moto, y si paso el examen por fin me ayudaran a comprarla para que pueda ir a la universidad. — dijo Lela.

—Mi padre me seguirá llevando, dice que aún no le he mostrado la responsabilidad necesaria para tener mi propio auto.

—Mi padre me regalo este reloj. —levanté la muñeca y se los mostré. —Dice que está seguro que aprobaré.

—¡Por supuesto! —exclamo Lela. —De los 5 quienes más posibilidades de aprobar el examen son Caín y tú.

—Confirmo, ustedes son los más responsables, mientras que nosotros... Tenemos mucha fe. — dijo Carlo y tomo de su jugo.

Sonreí y seguí comiendo, los chicos siguieron hablando y cuando terminamos salimos del centro comercial.

Lela y Carlo se fueron primero y después llego el papa de Pheope quedándome sola con Caín.

Cuando estaba por llegar el autobús, nos levantamos, pero yo no pensaba subir.

—¿Qué pasa?

—Hoy quiero caminar un poco. — el frunció el ceño.

—¿Qué? ¿Pero es casi una hora y media en autobús? Si te vas caminando llegas mañana. — me reí.

—Solo caminaré un poco, tomaré el siguiente unas calles más adelante.

—¿Qué pasa? Te noto muy distraída y tu comportamiento es raro.

—¿Cómo qué raro?

—No sé, es cómo si te esforzaras.

—Como me lo esperaba de Caín, sabía que sería el primero en darse cuenta.

—¿Pero qué tonterías dices tonto? — me reí —Solo estoy exhausta, estudie mucho para los exámenes finales y para el examen de ingreso. Eso es todo.

—¿De verdad?

—Si jaja, solo quiero caminar un rato.

—Bien, pero me mandas un mensaje cuando subas al autobús y cuando llegues a casa.

—Si.

Aun con una expresión no muy convencido, subió al autobús y lo despedí sacudiendo mi mano. Cuando el autobús se puso en marcha suspire y mire un rato el atardecer.




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