Una Promesa A La Luna

Capítulo 21

Celine

 

Abrí los ojos sintiéndome cálida, pero con un leve dolor de cabeza y músculos.

Podía sentir un calor sobre mi mano y cuando miré a mi lado encontré a mi padre cabeceando debido al cansancio.

—Uum, papá. Si tienes sueño ve a tu habitación. — dije con la voz ronca.

—¿Celine? — me encontré con los ojos de mi padre y me miro como si comprobara algo y después grito mi nombre. —¡Celine! — me abrazo.

—¿Papá? ¿Qué ocurre? — se estaba comportando extraño, como si algo grave me hubiera pasado. —¿Qué pasa papá?

—¿No recuerdas nada? — mire a otro lado y pestañe varias veces.

—Yo estaba en la fiesta de graduación, me estaba divirtiendo y bailando. — toque mi cabeza. —Pero tenía mucho calor y salí a la terraza para refrescarme, y entonces Alex salió y charlamos...

Mi padre asintió a mis palabras y lo demás era como si estuviera bloqueado, pero cuando lo recordé poco a poco mi cuerpo comenzó a temblar.

—Yo... Claudia ... o por dios. — las lágrimas se juntaron y mi padre volvió a abrazarme.

—Ya estás bien Celine, todo ya paso.

—Papá caí al mar, el agua estaba muy fría y quería nadar, pero mi cuerpo no respondía. Cuando me quede sin aire pensé que moriría, fue una sensación horrible. — solloce y mi padre me sostuvo con más fuerza.

—No puedo imaginarme el miedo que tenías, pero lo importante es que ya estás bien. — me tomo de la cara y continúe llorando. —Caín se lanzó al mar para salvarte, él fue quien te rescato. — me preocupe y el negó suavemente. —Él está bien, sus padres están con él.

—Papá no te alejes, tengo miedo. — me hice a un lado y mi padre se recostó a mi lado, coloqué mi cabeza en su pecho y el me cubrió con sus brazos.

—Aquí estoy cariño, no me iré hasta que estés mejor.

Fueron unos largos minutos los que tarde en tranquilizarme, pero mi padre solo se mantuvo acariciando mi cabello y en silencio. Cuando por fin las lágrimas pararon, charlamos un poco.

—¿Sabes algo de Claudia? — le pregunte.

—Un oficial vino antes de que despertaras, me dijo que ella un sigue detenida y esperan a que te recuperes para que des tu declaración.

—Ella hizo mal, pero tiene la misma edad que yo. Es buena en los estudios y entro a una buena universidad. ¿Qué debo hacer?

—Ella fue quien te causo daño, intento matarte. No creo que debas ser compasiva con esa chica, tal vez la próxima vez lo logre.

—Pero...

—Ahora mismo no quiero hablar de esa chica, si la decisión fuera mía yo dejaría que la ley se haga cargo. — suspiro y asentí, sinceramente tampoco quiero hablar de ella en este momento. —Por cierto, el señor Donovan estuvo en el hospital.

Levante mi cuerpo y lo mire fijamente.

—¿Raiden? ¿Por qué? Hace más de un mes que no hablo con él. — encogió los hombros.

—Dijo que tenía algo que decirte y Caín lo ayudaría a reunirse contigo, pero cuando llego se encontró con la escena y trajo a los otros chicos al hospital. Él no se movió hasta que el doctor apareció y nos informó tu estado y el de Caín.

Fruncí el ceño, Caín no me dijo nada sobre Raiden. Lo que más me intriga es lo que Raiden tiene que decirme. Estoy llena de curiosidad, pero ahora hay algo que tengo que decirle a mi padre.

—Papá, la verdad es que yo te he escondido algo. — se acomodó y tomo mis manos.

—Dímelo cariño, papá te escuchara y ayudara. — las lágrimas volvieron a amenazar con salir, así que me apure ya que cuando lloro apenas se entiende lo que digo.

—Tú sabes cuánto quise... bueno, quiero a Alex. — lo mire y asintió. —Cuando lo vi con Claudia mi corazón se rompió, pero más me duele el que yo hasta este momento aun lo sigo queriendo. — cerré unos segundos los ojos y las lágrimas resbalaron una por una. —Me siento rota papá, no me siento bien. No, en realidad no estoy bien.

—Si Celine, tranquila yo te escucho. — mi padre me animo a seguir hablando y lo hice después de tragarme los mocos.

—Desde hace tiempo yo no me siento feliz, ni con ánimos de seguir. De verdad he luchado sola durante tanto tiempo tratando de seguir haciendo lo que me gusta, pero es como si perdiera el interés de la nada. — mordí mi labio y las lágrimas cayeron en las manos de mi padre quien sostiene las mías. —Estoy cansada papá, cansada de tener que sonreí cuando no estoy feliz, cansada de fingir estar bien cuando en realidad me siento como una mierda, cansada de recordar mis momentos con Alex y llorar sabiendo que no se merece ni una de mis lágrimas y sobre todo estoy cansada de mentirles a todos cuando en realidad estoy gritando en silencio por ayuda.

—Perdóname Celine. — pronuncio mi padre con voz cortada ya que también está llorando. —Eres mi pequeña y no me di cuenta, perdóname.

—No hay nada que deba de perdonarte papá, tú tienes que trabajar y yo no quería preocuparte. Pensé que con el tiempo se me pasaría, pero entonces comencé a tener ataques muy seguidos y Caín volvió a salvarme al darse cuenta y no dejarme sola cuando sufría.

—Le debo tanto a Caín, no creo que me alcance la vida para agradecerle. — sonreí.

—Papá yo necesito ayuda, no quiero seguir sintiéndome así.

—Y la tendrás cariño. — me abrazo. —Buscaremos quien pueda ayudarte a superar todo esto y dejes de sentirte así. Yo estaré contigo todo momento para protegerte. 

Volví a romper en llanto y mi padre me sostuvo con fuerza. Después de mucho tiempo volví a sentirme en paz, como cuando era niña y me quedaba dormida sobre el pecho de mi padre.

Al volver a abrir los ojos, la habitación del hospital está llena de luz. Pestaña varias veces para acostumbrarme y me queje debido al dolor de espalda al moverme.

—¿Papá? — nadie contestó, pero al poco tiempo la puerta se deslizo y entro un doctor.

—Buenas tardes Celine, ¿Cómo te sientes?

—Umm, me duele un poco el cuerpo y la cabeza.




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