Una Promesa A La Luna

Capítulo 44

Celine

 

Paso una semana, por fin Raiden y Cassian arreglaron por completo el asunto de los juguetes y solo queda esperar la fecha para que estén disponibles en todas las tiendas que tienen alrededor del mundo.

Como noticia mala, le informaron que aún no encuentran a quien vendió los diseños de juguetes a otras empresas, pero como noticias buenas, es que la tienda online de la juguetería ha colapsado en menos de dos días.

Ahora que por fin toda esa pesadilla termino, va a descansar por unos días y seguirá con su trabajo de manera normal, y también seguirá con el proyecto de los videojuegos del cual no estuvo pendiente por un mes.

Cosas como entrevistas y publicidad, es ahora lo que lo mantendrá ocupado. Por esa razón estamos aprovechando el tiempo que tiene libre al máximo. Me gire en la cama encontrándome con su rostro dormido, quería salir para prepararle algo para la cena, pero me tiene enrollada por completo en sus brazos.

Hoy Cassian está en la oficina, mientras que Raiden está descansando, mañana será él quien estará en la oficina y Cassian descansará. Una muy buena organización la que tienen estos dos.

Levante un poco mi cabeza dándome cuenta que esta por anochecer y tengo que regresar a casa. Hoy vine a dejarle comida, pero apenas termino, me secuestro en su habitación.

Intente sigilosamente quitar sus manos, no quiero despertarlo y milagrosamente lo logre. Sonreí cuando estiro los brazos buscándome, así que acerque una almohada para que trabajara como mi sustituta.

Sali de su habitación mientras amarraba mi cabello y entre a su cocina colocando sobre la isla algunos recipientes e ingredientes. Cuando estaba cortando los vegetales, tocaron a la puerta.

No sabía si era buena idea, pero tal vez se trataba de algo importante y no quería despertarlo aún, así que abrí la puerta encontrándome con la señora Donovan y Larissa.

—Hola. — salude tímidamente.

—Oh, Celine. — me miraron con sorpresa, pero una sonrisa se bujo en el rostro de ambas.

—Perdón, pasen. — abrí por completo la puerta y ambas entraron.

—Who, ¿estas cocinando? — asentí mientras cerraba la puerta.

—Si, desde hace dos semanas me encargo de darle, aunque sea una vez al día de comer a Raiden. — me acerque a ambas mujeres que se miraron. —Debido a el asunto de los diseños robados, él descuido su alimentación y me ofrecí a ayudarlo con ese asunto.

—Oh, no tenía ni idea. De haberlo sabido habría hecho algo. — la señora Donovan se acercó y me tomo de los brazos. —Muchas gracias, eres un sol. — negué con una ligera sonrisa.

—¿Mi hermano? — pregunto Larissa mirando a todos lados.

—Oh, está durmiendo. No quería despertarlo.

—Ah, no te preocupes. Yo tomo toda la responsabilidad. — dicho eso, camino por el pasillo que lleva a las habitaciones con una sonrisa traviesa.

—¿Qué estas preparando?

—Espagueti con albóndigas.

—Vaya, ¿te ayudo? — pregunto mientras arremanga las mangas de su camisa.

—Oh, solo me queda preparar la salsa y colocar las bolas de carne en ellas.

—Bien, vamos.

Ambas entramos a la cocina y charlamos un rato mientras terminaba de preparar la salsa. Después de moler todo en la licuadora, lo vaciamos en la hoya y cuando comenzó a hervir, colocamos las bolas de carne en ella.

—Olía delicioso. — regresamos a la sala y al mismo tiempo venían entrando Larissa junto con Raiden quien parecía un poco molesto con ella.

—¿Dormiste bien? — pregunte.

—Como un bebe. — bostezo y casi de inmediato me miro con una mueca. —Aunque hubiera estado mejor que me despertaras tu. — baje la cabeza avergonzada cuando Larissa me miro con una ceja levantada.

—Oh, así que no abrazabas una almohada imaginando que era Celine.

—¡Atrapada!

Quería cavar un hoyo y esconder mi cabeza al sentir la mirada de la señora Donovan sobre mí. Raiden estaba tan despreocupado que quería darle con la almohada en la cabeza.

—No es lo que piensas idiota. — hablo él, dándole un leve golpe a Larissa. —Solo me ayudo a dormir cómodamente.

—¡Yo nunca dije nada individuo!

—Pero lo pensaste, ¿verdad? — ella no contesto y miro a otro lado. —Controla esa mente cochina que tienes.

—Ya paren ambos. — pidió su madre. —Celine preparo la cena, así que pongan la mesa.

—Bien. — dijeron ambos pasando por nuestro lado, pero Raiden regreso y dejo un beso en mi frente.

Mi cara se calentó al encontrarme con los ojos de la señora Donovan, quien me mira con una sonrisa.

—Mi hijo en verdad te quiere. Nunca lo había visto tan feliz. — quería decir algo, pero no me salían las palabas y los hermanos regresaron.

—Yo me iré ahora. — de manera sorprendentemente sincronizada, dejaron de hacer sus cosas y me miraron. —Tengo que llegar a casa para preparar la cena a mi padre.

—Oh, mejor lleva de lo que has preparado.

—O mejor llámalo para que venga. — miramos a Larissa quien se encogió de hombros.

—No me parece mala idea. — mire a la señora Donovan. —Sería un buen momento para conocernos. — dijo con una ligera y cálida sonrisa.

Mire a Raiden, él se acercó tomándome de los hombros.

—Suena bien, ¿no crees? — asentí después de unos segundos y me alejé un poco para llamar a mi padre.

Me contesto al tercer tono, dijo que estaba saliendo del trabajo y pararía un taxi, cuando le explique la situación él se sorprendió, pero acepto y le pase la dirección de Raiden. Cuando me gire, las tres personas tenían los ojos sobre mí y me sonroje un poco.

—El vendrá. — la señora Donovan sonrió y le pidió a Larissa que trajera un plato y utensilios extras.

Regrese a la cocina para supervisar la comida y Raiden entro detrás de mí.

—No te preocupes, si mi madre lo pone incomodo intervendré de inmediato. — lo mire son una sonrisa.




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