Una Promesa A La Luna

Capítulo 47

Raiden

 

Poco después de que termino la reunión, llame a Celine, pero no contesto ninguna de mis 5 llamadas. Preocupado llame al señor Abbey y me dijo que después de salir del hospital y dejarlo en casa, ella salió sin decir a donde.

Solo me dijo que quería estar sola, pero no me dijo la razón y me pidió que la buscara ya que me necesita mas que nunca. Así que le pedí a Cassian que se hiciera cargo y salí de inmediato.

Durante mas de una hora he estado buscando en los lugares que frecuenta con sus amigos, y no he dejado de llamarla. Mi desesperación crece cuando no la encuentro en la playa, en el lugar donde hicimos la promesa.

No tengo ni idea de que paso, y no tengo ni idea de donde esta. Este sentimiento de angustia me matara sino la encuentro pronto.

Regresé a las calles y al poco tiempo recibí la llamada de Caín, pero no pude contestar ya que ahora mismo estoy atento en el camino por si llego a verla. Fueron alrededor de quince minutos más sin éxito alguno, así que me detuve y le regresé la llamada.

“Caín, ¿Qué pasa?”

“¿Aun no la encuentras?” — pregunto de inmediato, a lo cual le di una respuesta negativa. — “Escucha, creo que tengo una idea de donde puede estar. Recordé que cuando éramos niños, nuestros padres nos llevaban a un muelle, Celine me decía que le gustaba mucho porque le hacia sentir paz y que, si en algún momento necesitaba estar alejada de todo el mundo, iría allí sin pensarlo.

—Dame la dirección ahora. — pedí con un tono desesperado.

“Te colgare para llamarle a mi madre, hace años que no vamos, así que no recuerdo” — antes de colgar suspiro y siguió hablando. “Por favor, Raiden. Tráela de regreso.”

Cinco minutos después de la llamada, estaba conduciendo hacia el lugar que esta escrito en el mensaje. Esta un poco alejado, logre llegar en media hora y sin perder un segundo más, baje del auto y me acerque al mulle corriendo.

La presión en mi pecho redujo cuando desde lejos vi la cabellera castaña de una chica que esta sentada al borde el muelle. Me acerque lentamente, al llegar a su lado se me partió el alma al ver por su perfil sus ojos hinchados y su mirada perdida en el horizonte.

Me senté sin hacer ningún ruido, solo estuve ahí y espere hasta que pudiera estar bien a pesar de que por dentro quiero abrazarla y consolarla. Pero con la experiencia pasada, se que es mejor darle su tiempo hasta que ella muestre un signo de querer hablar.

Y así fue, paso alrededor de media hora, donde el único ruido era el del mar y los pájaros. Comencé a preocuparme ya que no se ha movido ni un centímetro, sigue mirando al horizonte con sus labios cerrados. Me sentía realmente ansioso, así que me pensé la idea de tocar su hombro para que pudiera reaccionar y salir de su trance, pero no fue necesario.

—Linfoma de Hodgkin. — dijo, en un tono quebradizo. —Esta muy avanzado. — fue solo cuestión de segundo para que entendiera que se refería a su padre, cerré unos segundos los ojos apretándolos con fuerza. —Mi papá… tiene… — cuando intento ser mas especifica, su voz se quebró y las lágrimas llenaron sus ojos.

—Celine. — giro su cabeza y mi corazón se destrozo al verla tan mal.

—Mi papa me va a dejar, Raiden. — las lagrimas cayeron y su voz apenas era audible. —Él se va a… morir. — no pude más y tomé su brazo jalándola para abrazarla.

Su cuerpo tembló bajo mis brazos, sentí como se aferro a mi camisa y el llanto inundo mis oídos. Verla así tan devastada me hace sentir un hoyo en el pecho, para Celine su padre es su vida, si el muere ella nunca podrá reponerse.

Y tengo miedo.

Sobe su espalda y en silencio deje que siguiera desahogándose, mordí mi lengua cuando sentí que las lágrimas saldrían de mis ojos y no puedo permitirlo. Ahora mismo soy el pilar de mi chica, en el cual se sujetará para poder afrontar lo que viene.

—Raiden. — volvió a hablar después de media hora de estar llorando, razón por la que su voz es ronca. —¿Qué voy a hacer? — levanto su cabeza y me miro con sus ojitos rojos e hinchados. —Si mi papa… si muere… ¿Qué va a ser de mí? — la tome de las mejillas y bese su frente.

—Celine no estás sola. — pase mi pulgar por debajo de sus ojos. —Tienes a los chicos, a mi familia y, sobre todo, yo estaré contigo todo el tiempo. — negó.

—Lo sé, pero… si mi padre no está, me sentiré completamente sola a pesar de estar rodeada de gente.

No dije nada, no puedo darle palabras de consuelo cuando se que esa es la realidad que viven las personas que pierden a un ser demasiado cercana. Cuando Celine se dio cuenta de que no diría nada, volvió a esconder su rostro en mi pecho y siguió llorando.

Esta vez me rodeo con sus brazos e hice lo mismo, lloro durante tanto tiempo que me preocupa pueda estar deshidratándose, pero cuando intente alejarla me apretó con mas fuerza, así que deje que siguiera hasta que estuviera satisfecha.

El crepúsculo torno el cielo en tonos anaranjados y rojizos, en verdad era hermoso, pero la situación en la que estoy presentando este magnifico fenómeno, no es para disfrutarlo.

Aun así, quise intentar algo.

—Celine.  — la llame y como lo imagine, apretó con fuerza. —Mira un momento al horizonte, no te arrepentirás.

Después de un minuto en que pensé había fallado, Celine aflojo su agarre y su cabeza se movió dudosa hacia el horizonte. Cuando entendió de que hablaba, sus brazos me liberaron, su espalda se incorporo por completo y su mirada se enfoco al frente.

De nuevo un silencio se hizo presente, pero estaba bien, ella esta disfrutando este momento y una ligera sonrisa se dibujo en sus labios. Cerro los ojos, cosa que siempre hace cuando el viento sopla, y cuando respiro profundo y su cabello se meneo, supe que se ha tranquilizado un poco.  

Abrió los ojos y siguió mirando el crepúsculo en silencio, esta vez no me preocupe ya que sus ojos brillantes y su sonrisa en los labios me decían que no era necesario y ella está bien.




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