Una Promesa A La Luna

Capítulo 52

Celine

 

Ya han paso casi tres minutos y ambos seguimos en silencio, el señor Donovan exhalo fuertemente y camino hacia mí. Por mi parte solo lo mire sin moverme un poco.

—Celine, mi hijo me ha dicho que esta enamorado de ti. — entrecerré un poco mis ojos. —Pero eres 10 años menor, muy joven. ¿No lo crees?

—¿A que se refiere? — creo que tengo una idea, pero quiero oírlo por su boca.

—Aun tienes mucho que vivir, apenas iniciaste la universidad, y conocerás a muchas personas durante toda tu carrera y después de que termine. — sonrió. —En cualquier momento podría llegar un chico… o una chica, que haga que tu corazón se acelera mas que cuando estas con Raiden. — no dije nada, solo seguí mirándolo como si no entendiera nada, cuando lo tengo mas que claro. —Y lo dejaras, por él o ella.

—¿Por qué esta tan seguro de eso? — encogió los hombros.

—Es eso o mi teoría.

—¿Cuál es su teoría? — pregunte cuando no hablo por un par de segundos.

—Ya sabes. — me miro de arriba abajo. —Una adolescente, un hombre adinerado y desesperado por ser amado. — sonrió ampliamente. —No hay nada de que avergonzarse, no eres la primera ni serás la última. — mi boca se entreabrió y lo mire atónita.

—Me esta diciendo que piensa que estoy con Raiden por su dinero. — negué con la cabeza cuando el no dijo nada. —¡No! ¡Definitivamente no!

—Ay por favor, en mi juventud me encontré con muchas chicas como tú. Incluso después del matrimonio, unas cuantas me propusieron ser mis amantes.

—¡¿Cómo yo?! — grite furiosa. —¡¿Cómo se atreve a decir eso si ni siquiera me conoce?! — lo mire con ira.

—Solo piénsalo aún poco, Celine. — me aleje un paso y lo mire confundida. —Es lo que cualquiera pensaría si saben que el dueño de una gran empresa sale con una chica… — se detuvo un momento. —Con una chica común.

La conversación que mi padre tuvo con Raiden, de nuevo se repite en mi mente. El señor Donovan no esta equivocado, eso es lo que cualquiera que no nos conoce, pensaría de nuestra relación. Lo que le preocupaba a mi padre, que fuera tachada como una mujer interesada. 

—¿Cuánto? — mire al señor Donovan, bajando de mis pensamientos.

—¿Qué? — pregunte al ver que escribir algo en una hoja rectangular pequeña.

—¿Cuánto quieres por alejarte de mi hijo? — dejé de respirar cuando entendí a lo que se refería.

Lo que sostiene en su mano es una chequera y esta escribiendo sus datos, eso significa que el esta… ¡NO!

Sentí como mi cuerpo temblaba de ira, mi respiración se volvió acelerada y sentía que me ahogaba. Esta noche en especial no estoy del todo bien; en mi cabeza solo esta el pensamiento de que tal vez sea la ultima navidad y años nuevo que festejo con mi padre, hice un gran esfuerzo para sonreír a este hombre y ser amable a pesar que por dentro estoy llorando desoladamente en una oscura y fría esquina.

¡Y AHORA EL…!

—Guarde eso. — dije, mi tono era tembloroso y lleno de rencor. —¡GUARDELO! — grite furiosa.

Sentí mis lagrimas acumularse, pero no quería llorar, no frente a este hombre. Mordí mi lengua y me aferre a la falda del vestido, lo estoy sujetando con tanta fuerza que me preocupa romperlo, y no quiero eso, es un regalo de Raiden y cualquier cosa que venga de él, es como un gran tesoro para mí.

Sobre todo, ahora, que tal vez tengamos que sepáranos.

—Solo di la cantidad, puedo darte más de lo que mi hijo podría darte toda tu vida. — negué y expresé mi asco hacia él con mi expresión.

—No hay ninguna cantidad en el mundo, que pueda comprar el amor que tengo hacia Raiden. — camine unos pasos hacia él y lo mire fijamente. —Métaselo bien en la cabeza. NO. EXISTE. NINGUNA. CANTIDAD.

Como lo imagine mis palabras le entraron por un oído y le salieron por el otro, el escribió algo en la chequera y rasgando el papel, lo extendió a mí. Ni siquiera baje la mirada para ver la cantidad que ha puesto —la cual no dudo tenga varios ceros—, simplemente seguí mirándolo con toda mi ira retenida en mis ojos.

—Solo baja los ojos y mira la cantidad. — sonrió. —Estoy seguro cambiaras de idea de inmediato.

Los segundos pasaron y se convirtieron en minutos, cuando acepto que no tomaría el cheque, suspiro cansado, lo cual es gracioso, ya que soy yo quien esta agotada de tener que tratar con él.

—No crees que Ellie y Raiden, ¿se ven bien juntos? — aprete mis puños. —Ella es hermosa, es hija de una familia importante y quiere a mi hijo. — contuve la respiración cuando me recorrido con la mirada y sus ojos expresaban asco. —Si se casan, la empresa crecería por si sola, no habría nec…

—Esa mujer. — lo interrumpí. —A quien tanto halaga y piensa que es la indicada para Raiden. — le devolví la mirada de asco. —Es la que hizo a SU HIJA sufrir.

Se sorprendió de mis palabras, supongo que no esperaba que supiera la razón de porque odian tanto a Ellie y al mismo tiempo fue un golpe duro para él decirme todo eso sin saber que se realmente que Raiden y Ellie nunca estarán juntos. Y lo mas seguro es que la trajo para hacerme pasar a mi un mal momento, pero lo que el no sabe, es que estoy en el peor momento de mi vida, y el daño que el piensa que me hace, es realmente solo colateral.

—No te metas con mis problemas familiares. — mi expresión se volvió seria cuando su tono cambio a uno hostil. —Si, Raiden y Ellie nunca estarán juntos. — se acerco mostrando en su expresión todo el desprecio que me tiene, por fin se ha quitado la máscara. —Pero hay muchas mujeres, mejores que Ellie y tú, que morirían por la oportunidad de estar con mi hijo.

—¿Y Raiden no tiene voz ni voto? — conteste con el mismo tono y sin quitarle la mirada encima, si alguien se va intimidar en los siguientes minutos que seguiremos aquí, no seré yo. —Después de todo es su vida y usted es quien realmente no tiene voz ni voto. — su mandíbula se tenso y sus ojos ardían en ira.




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