Después de haber ido a visitar a mi mamá regresé a casa al
parecer mi hermano aun no regresaba, había una carta en la
correspondencia al parecer me habían aceptado en la escuela así
que al día siguiente retomaría mis estudios, pasaron 2 semanas y
todo marchaba normal esa operación salvo mi vida, seguía la
práctica de violín pero había decidido nunca más tocar con el que
me regalo mi madre ya que me causaría demasiado dolor, aunque
ya podía hacer amigos no quería tenerlos ya que no quería
experimentar el dolor de perdida de nuevo, -Sato te buscan en la
dirección- escuche mi apellido y me levante de mi lugar, camine
de mi lugar a la puerta, todos mis compañeros voltearon a verme
pero yo simplemente los ignoraba ya que me molestaba ser el
centro de atención, camine por aquellos pasillos cada lugar me
recordaba a Kiyomi no la había visto desde aquel día en el hospital
lo último que supe de ella fue de que se fue a vivir con Kevin ya
que los dos entraron a la misma universidad, después de algunos
minutos llegue a la dirección toque la puerta mientras me dejaban
entrar, -me mandó llamar directora- era algo extraño ya que yo
llevaba buenas calificaciones y era un alumno ejemplar, notaba a
una mujer sentada, -siento haberte sacado de clases, pero la
señorita quería verte- la mujer se levantó al verla sabía que no era
de Japón, ella venia del extranjero, -así que tú eres el famoso Jack
Sato- ella se acercó a mí de manera amable y así estirar su mano
para estrecharla, -si soy Jack y usted quien es- estire mi mano
para corresponder aquel saludo, -perdón por mi falta de cortesía,
mi nombre es Rebeca Williams soy la directorio del famoso conservatorio ubicado en Estados Unidos, vine hasta este lugar
para invitarte a que vengas a estudiar con nosotros que dices-
11 años después
Ya han pasado 11 años de que la directora del conservatorio vino
a ofrecerme que fuera a estudiar a Estados Unidos, sin dudas
acepte la oferta ya era tiempo de concentrarme en mi sueño, por
esa misma razón mi madre hizo el sacrificio de dar su corazón
para que yo pudiera vivir, después de ese día me fui a Estados
Unidos mis hermanos se quedaron en Japón, lo que supe de ellos
fue que Kevin se casó con Kiyomi al año siguiente de su boda
tuvieron una hija llamada Shiori, mientras mi hermano Alex se
volvió un excelente cirujano mientras de mí soy el mejor
violinista del mundo tuve mucha fama al salir del conservatorio,
mi sueño se hizo realidad, como no soportaba la idea de regresar
a Japón me quede a vivir en Estados Unidos, pero para mí
desgracia tendría que regresar a Japón ya que tendría un recital
de beneficencia que ayudaría a todos los niños que tuvieran
cáncer y justamente seria en el hospital en el cual estuvo mi mamá
trabajando, el vuelo hacia Japón duro alrededor de 14 horas
aunque yo ya estaba acostumbrado a este tipo de viajes, -
bienvenido hermano- veo a mi hermano Alex estar esperándome
para así sonreír un poco, -no era necesario que vinieras por mí-
se puso a mi lado mientras me da un cálido abrazo. –claro que
tenía que venir por ti, vamos a casa- asentí con la cabeza para
caminar directamente a al estacionamiento para subir al auto, en
el camino guardamos silencio no sabía de qué hablar con él lo más extraño que él vivía cerca del hospital el cual yo estuve internado,
-y en que trabaja Kevin- al llegar a su casa me siento en el sofá que
estaba en la entrada, -ah cierto ya no tienes contacto con él, pues
es uno de los mejores abogados de la zona- suspira un poco
mientras me da un vaso de agua, -sigue viviendo en la casa de
mamá- lo veo un poco a los ojos mientras tomaba agua, -si aún
vive en la casa, no la quería dejar ya que de una forma se sentía
culpable- me quede con esa duda cual era la razón de que se
sintiera culpable, al ver que agarra su maletín y bata sabía que
tendría que salir, -nos vemos más tarde tengo que ir a trabajar-
salió de la casa en dirección al hospital mientras yo subía al cuarto
donde me iba a quedar a dormir, dejo todas mis cosas en la cama
al bajar las escaleras agarro las llaves del auto y así decido ir a
visitar a Kiyomi, al llegar a la casa bajo del auto mientras me
llegaba un sentimiento de tristeza, -Jack eres tú- me doy la vuelta
viendo a Kiyomi cargando a un bebé y agarraba de la mano a una
niña pequeña,- me alegra que estés aquí te presento a mi hija
Shiori y a mi hijo Johan- me sorprendo un poco ya que ese era el
nombre de mi padre, decidí cargar a Johan para ayudarla un poco
él tenía un gran perecido a mi hermano, -ven pasa- agarro la mano
de Shiori para luego abrir la puerta y entro a su lado, -por cuanto
te vas a quedar aquí- acomode a Johan en la carriola que estaba
cerca del sofá, -después del recital pienso regresar a los Estados
Unidos- la veo con una pequeña sonrisa y me siento, -quédate
unos días más, tus hermanos no te han visto por 11 años, por lo
menos quédate una semana- se me había olvidado lo insistente
que era ella así que suspiro un poco, - está bien tu ganas me
quedaré una semana, me alegro que estés feliz con mi hermano-
tomó un poco de agua mientras veía a Shiori, -fue cosa del destino
haberlo conocido, él cambio mi vida por completo ya que estas aquí- ella se levantó mientras agarra mi mano y caminamos a la
planta alta de la casa, abrió una puerta que llevaba al ático para
que así bajaran las escalera, -todas tus cosas están ahí, sabía que
en cualquier momento regresarías- escucho a Johan llorar así que
bajo y me dejo solo, subí las escaleras para luego encender las
luces, todas mis cosas estaban ahí guardadas, sentí algo de
nostalgia al ver mi antiguo violín, lo deje en esta casa ya que si me
lo llevaba a Estados Unidos no podría concentrarme y estaría
todo el tiempo llorando, al abrir el estuche para comprobar el
estado del violín ya que no lo había abierto desde el recital en el
que cual casi moría se me hizo algo extraño ya que estaba una
carta al agarrar aquella carta mi corazón empezó a palpitar
demasiado rápido ya que era la letra de mi mamá, sin pensarlo
dos veces abro la carta y la empiezo a leer, #Para el amor de mi
vida Jack; Hola hijo si estás leyendo esto es que la operación fue
todo un éxito, perdón por no haberme despedido pero si te decía
que yo era el donante no lo ibas a aceptar pero, no podía hacerme
a la idea que no estuvieras con vida, aún te faltaba mucho por vivir,
tenías demasiados sueños que cumplir así que espero que me
perdones, quiero que tengas una buena vida, quiero que te cases
ya que yo quiero nietos aunque no los podre ver, lo que me
importa de verdad es que seas feliz, te amo tanto hijo, podría
escribirte demasiadas cosas pero sé que no es necesario decir
tanto discurso sé que lo entenderás, hasta otra vida# al leer todas
esas palabras la carta se empezaba a humedecer a causa de mis
lágrimas, escuche unos pasos acercándose era mi hermano Kevin,
-hermano- al verlo olvido todo lo que me hizo, me levante rápido
y corrí a donde estaba para abrazarlo y así caía la carta mientras
el comenzaba a llorar, -perdón Jack por ser un mal hermano, por
ocultarte la carta de papá, por no decirte lo de tu mamá de una buena manera- sentí sus palabras con mucha sinceridad, de
verdad él estaba arrepentido de todo lo que me había hecho, -sé
que no fue a propósito de que hicieras todas esas cosas, te
perdono de todo corazón- me sentía aliviado de haber perdonado
a mi hermano.
Pasó una semana de que llegué a Japón, había hecho las paces con
Kevin mientras esperaba a que llegara el recital me quedaba a
cuidar a mis sobrinos y me quedaba pensando en cómo sería mi
futuro a partir de hoy, por fin había llegado el día de mi recital
todos están emocionados ya que el gran violinista estuviera en
ese lugar, -estás listo verdad- volteó a ver a la puerta viendo a mis
hermanos, -por supuesto que lo estoy- sonrío y me doy la vuelta
para verlo atreves del espejo, Alex crees que me pueda a quedar
a vivir en tu casa- los dos se sorprendieron al escuchar mi
propuesto, ellos se acercaron y me abrazaron, -nos encantaría
mucho de que te quedes aquí en Japón- correspondía al abrazo
con una sonrisa, -después de que acabé el recital hablaremos de
esto más detallado- se separaron del abrazo para que me pudiera
alistar para comenzar, ellos salieron del camerino que me habían
preparado, estaban dos violines uno era el cual había estado
tocando durante 11 años y el otro era el que me había regalado
mi madre, ya que como este era un día especial agarro el violín
que me regalo ella para luego salir del camerino y caminar al
escenario que habían preparado era el mismo lugar donde había
tenido mi primer recital, todo el público estaba emocionado al
verme sonrió dando una reverencia para luego empezar a tocar,
tocaba las melodías que ellos me decían, después de un rato de
haber tocado la última melodía que toque era la preferida de mi
mamá, solo cerré los ojos recordando todos los momentos que había pasado con mi madre, solo salían lágrimas de mis ojos pero
mantenía mi sonrisa al terminar de tocar aquella melodía todos
empezaron a aplaudir, abrí los ojos mientras conservaba una
sonrisa, pero dicen que la felicidad no dura mucho en ese
momento escucho un disparo toda la gente empezó a gritar baje
la mirada a mi pecho, mi traje blanco empezaba a tornarse de rojo,
el disparo era dirigido hacia mí, caí de rodillas mientras veía mi
vida pasar por mis ojos, mi hermano Alex trato de mantenerme
con vida hasta que llegara la camilla, me subieron a la camilla y se
dirigieron con rapidez al hospital para realizar la cirugía de
emergencia pero todo fue en vano mi corazón no fue tan fuerte
como yo pensaba así que morí por un disparo en el corazón al
parecer nunca tuve mi final feliz.
Fin