Aidan
¡Maldita sea! Golpeo fuerte el volante, cada vez me es más imposible ver. Manejando a toda velocidad sigo mi camino sin detenerme. Jamás he llegado tarde y no será esta la primera vez aunque el camino cada vez es más dificultoso no disminuyo la velocidad. Oprimo de golpe ambos frenos cuando veo un árbol a mitad de mi camino, pero es demasiado tarde. El auto patina dando vueltas para terminar golpeando una baranda haciendo que termine con medio auto afuera.
Contengo la respiración sintiendo como el auto se tambalea. Despacio quito el cinturón de seguridad para poder salir del auto antes que caiga al rio pero al hacerlo se inclina más hacia adelante haciendo que este caiga al rio. Mientras caigo me doy un fuerte golpe en mi cabeza que me deja aturdido por unos segundos. Abro los ojos y entro en pánico cuando siento como el agua entra con mayor fuerza y rapidez, trato de abrir la puerta pero esta atorada, mis manos empiezan a tocar todo a mi alrededor para encontrar algún objeto y poder romper la ventana. El agua llega a mi cuello y mi desespero aumenta haciendo que la adrenalina fluya mayor por mi cuerpo y es cuando siento un objeto fuerte y sin perder más tiempo golpeo varias veces la ventana hasta que esta se rompe.
Cuando salgo siento una cortada a un extremo de mi cintura. Salgo a la superficie y trato de nadar a la orilla pero me es imposible y la corriente me arrastra. Siento fuertes golpes por todo mi cuerpo y no se por cuánto tiempo he sido arrastrado por la corriente, me siento agotado y muy débil. Con mis últimas fuerzas logro llegar a la orilla hasta que siento la tierra bajo mi cuerpo y es cuando pierdo la conciencia.