Katia
Reviso con mis hermanos los alrededores. Con esta lluvia hemos perdido lo que sembramos por meses, también perdimos una de las dos gallinas que teníamos para poner huevo. Suspiro viendo el cuerpo de la pobre Fabi, así le había puesto Maggie mi pequeña hermana. Ahora tendré que hacer una sopa con ella y podremos evitar pasar hambre por dos o tres días.
Escucho el grito de mi hermano Ben. Dejo el cuerpo de la gallina y corro hasta llegar al río. La lluvia es fuerte, pero logro ver a mi hermano que sostiene un cuerpo a la orilla del río. Entro en pánico cuando veo que mi hermano está siendo arrastrado por la corriente tratando de evitar que el agua se lo lleve a ambos. Mi hermana Megan lo arrastra tratando de sacar ambos del río, mientras los mellizos tratan de pasarle un palo. No pierdo tiempo y entre Megan podemos sacarlos a ambos.
Mi corazón se agita mientras trato de calmar mi respiración, veo que Ben y mis hermanos están igual que yo, todos estamos mojados y cubiertos de barro. No solo temblando del frío, sino de ver ese cuerpo inerte, sin saber si está vivo o muerto.
Me acerco al cuerpo y toco su pulso. Siento un alivio en mi cuerpo cuando siento su corazón palpitar. Les ordeno a mis hermanos que me ayuden y juntos arrastramos al cuerpo hasta nuestra cabaña.
Mis hermanos pequeños no pierden tiempo y le echan más leña al fuego para intensificar el calor de la cabaña. Mi hermana Megan y Ben, quita la camisa del hombre y limpian su rostro mientras yo traigo el botiquín de emergencias que tenemos. Hace un tiempo mis hermanos y yo entramos a una farmacia y robamos medicamentos, gasa, alcohol y elementos de primeros auxilio, todo lo que nos pudiera ayudar y necesitar, ya que vivimos en medio del bosque y por nuestra seguridad no podemos asistir al médico.
-Debemos cocerle la herida- Mi hermana presiona más la cortada para evitar que la sangre siga saliendo y solo escuchamos un leve gemido del dolor de nuestro visitante. Mientras tomo los implementos necesarios y con una linterna alumbrando la herida, la limpio, reviso y proceso a coser.
Mis hermanos y yo vivimos en medio del bosque donde nadie pueda dar con nosotros. Hemos tenido que huir por mucho tiempo, por el hecho de que después de la muerte de mis padres, la seguridad social me quito la custodia de ellos por no tener a donde un trabajo para mantenerlos y un lugar donde vivir.
Nuestra vida cambió cuando cumplí los 18 años. Tres semanas después de haber cumplido mis 18, mis padres habían salido a celebrar su aniversario. Recuerdo muy bien ese día, había una tormenta igual que esta y un hombre no pudo maniobrar bien su camión y termino colisionando contra el auto donde venían mis padres. Tanto el camionero como mis padres perdieron la vida ese día. Las autoridades dijeron que la lluvia había sido el causante de ese fatal accidente, la difícil visión hizo que ambos vehículos terminaran estrellados.
Después de ese día todo fue un caos. Mis padres habían vendido nuestra casa para invertir en un negocio. Cuando fui a buscar a sus supuestos socios, ellos negaron de tal inversión haciendo que mis hermanos y yo termináramos en la calle. Como no teníamos dinero para pagar el alquiler y no tenía trabajo, el servicio social no demoro en llevarse a mis hermanos para una casa de acojida.
No teníamos familia, ya no teníamos amigos. Me había graduado de la secundaria y los que decían ser nuestros amigos, terminaron cerrando sus puertas en mi cara. Nadie se haría cargo de una chica y sus cinco hermanos.
Mi desespero llegó al extremo cuando me di cuenta de que mis hermanos estaban en lista para ser adoptados. No iba a permitir que nos separara, así que fui a la casa de acogida donde se encontraban y termine llevándomelos, siendo acusada de secuestro.
Pasamos muchos días durmiendo en albergues, en la calle. Tuvimos que mendigar y poder conseguir algo de dinero para darle de comer a mis hermanos. Mis dos hermanos más grandes, Megan, Benjamín y yo, tuvimos que empezar a robar. Las autoridades ya sabían sobre una joven y cinco niños y tuvimos que huir para otra ciudad.
Un día, desesperados por el hambre, entramos a una tienda para encontrar que comer y fuimos capturados por el dueño. Él se conmovió con mi historia y nos dio un lugar donde dormir y comer por unos días. El señor Gabriel, un hombre viudo y dueño de la tienda, nos dio la cabaña en la que estamos viviendo ahora mis hermanos y yo terminando salvando nuestras vidas.
-Katia, ¿Me oyes?- La voz de Megan hace que vuelva a la realidad. Suspiro. A veces me pongo a divagar por todo lo que hemos pasado.
-¿Dime pequeña?- Megan a prieta mi mano mientras da una pequeña sonrisa.
-¿Crees que sobreviva?- Le devuelvo el apretón.
-No lo sé pequeña, solo queda esperar- Megan asiente y comienza a limpiar el lugar donde hemos dejado un desorden.
Antes de mudarnos a la cabaña, mis hermanos y yo nos metimos en muchos problemas. Aún somos buscados por la ley, así que mis hermanos se mantienen en el bosque, ocultos mientras yo recorro 6 a 8 horas de ida y vuelta caminando para traer alimentos y cosas para uso personal. También habíamos cultivado verduras para poder alimentarnos, pero con la lluvia de hoy, hemos perdido todo.
Con los meses me hice amiga de la bibliotecaria. Ella dispone para mí toda clase de libros y con ellos les doy clases a mis hermanos para que no pierda su proceso de aprendizaje. También me he leído todos los libros de medicina disponible, ya que yo tengo que cuidar, curar a mis hermanos y no tener que disponer de un doctor.
Mi vida no ha sido fácil, tampoco lo ha sido para mis hermanos. Pero mientras estemos juntos, nada más importa, ellos y yo hemos aprendido a vivir con poco, pero eso no ha sido un impedimento de ser felices, acá en el bosque somos libres y somos sobrevivientes.