Una promesa por cumplir

Capitulo 2

Aidan

Siento todo mi cuerpo doler. Trato de moverme, pero me es imposible, abro mis ojos y al principio me cuesta y veo borroso hasta que empiezo a distinguir donde me encuentro. Estoy en un colchón en el piso, al lado de una chimenea, y a mí alrededor veo un montón de gente metida entre cobijas viejas pegadas entre sí. 

Me remuevo incómodo, jamás me ha gustado la cercanía de las personas, pero cuando lo hago siendo un dolor agudo a un costado de mi cuerpo. Maldigo con un fuerte grito y veo que las personas que estaban dormidas a mí alrededor empiezan a despertar, pero me sorprendo más cuando veo que todos son niños.

-¿Por qué gritas?- Dice un niño.

-Mira no se murió- Dice otro parecido al primero señalándome.

-Hagan silencio, niños, debe estar preguntándose ¿Qué paso?- Una joven de unos 15 años, les contesta.

-¿Acaso es mudo?- De nuevo el primer mocoso y ruedo mis ojos.

-¿Se puede saber dónde estoy?- Digo con mi voz ronca.

-Te encuentras en nuestra cabaña, mi hermano te encontró y juntos a mis hermanos te hemos salvado a que la corriente no te llevara- Hace una pausa -¿Cómo te sientes?- Susurra.

-Como crees que me siento, como una mierda- Digo y escucho un jadeo, la chica tapa los oídos de una pequeña, quien se ha mantenido en silencio.

-Señor, le pido el favor de no decir groserías en presencia de los pequeños- Enarco una ceja, acaso ella no es pequeña.

-¿Dónde están sus padres?- Ella muerde sus labios, pero es interrumpida cuando la puerta es abierta y entra un chico y una joven.

No logro verlos bien porque la luz que entra por la puerta hace que sea imposible ver bien quienes han entrado. Ellos se sacuden y veo que aún sigue lloviendo, los recién llegados llevan impermeable y se lo quitan. Mi boca se pone seca cuando puedo ver mejor a la chica, es muy hermosa y de ojos azul cielo.

-Veo que nuestro herido ya despertó- Se acerca y destapa mi cobija mostrando la herida en mi cintura. Me encuentro en shock sin ser capaz de articular alguna palabra. -¿Acaso eres mudo?- Me dice ella como si nada y empieza a revisar mi herida. Por fin puedo reaccionar y tomo su mano con brusquedad y la quito de mi cuerpo.

-¿Qué crees que estás haciendo?- Le digo apretando mis dientes, acercándola a mi cuerpo.

-Te estaba revisando- Ambos nos observamos y siento su respiración acelerar.

-¿Acaso eres doctor?- Le digo acercándola más a mi cuerpo, no me importa sentir el dolor de la herida.

-Me puedes soltar, me haces daño- La suelto y ella se tambalea masajeando su mano.

-¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes? ¿Por qué estoy acá?...- Antes de seguir preguntado, la chica me silencia.

-Wou… Espera un poco quieres, son demasiadas preguntas- La chica empieza a recoger las cobijas viejas y les ordena a los niños a limpiar, mientras a los dos más grandes los manda a calentar algo para desayunar –Mira, no sé como llegaste, mis hermanos te encontraron y salvamos tu vida, estás en nuestra cabaña y yo te cure- Dice como si nada.

-¿Dónde están sus padres?-

-Muertos- 

-¿Qué edad tienes?-

-23-

-¿En qué lugar me encuentro?-

-ya te dije en nuestra cabaña- Ruedo los ojos y ella entiende lo que quiero decir –En el medio del bosque-

-¿Por qué no has buscado ayuda?- 

-Porque estamos aislados- Dice como si nada

-¿Cómo que aislados?- Ella hace lo mismo que yo y rueda sus ojos.

-Mira porque no sales de la casa y te das cuenta donde estás- Trato de levantarme, pero me duele todo el cuerpo, cuando ella ve mi rostro trata de ayudarme pero la detengo.

-Déjame no me toques- 

-Vaya gruñón que resultaste ser- Gruño de nuevo y ella sonríe.

-Si ves, pareces un animal- Aprieto mi mandíbula con rabia.

-¿Eres médico?-

-No- Ella encoge sus hombros restando importancia.

-Si no eres médico ¿Cómo me has curado?- La chica da un pequeño chillido de desesperación.

-¡En serio eres molesto! ¿Puedes dejar de preguntar tanto?- Gruño de nuevo mientras ella termina de limpiar el lugar.

Empiezo a inspeccionar donde me encuentro. Es una pequeña cabaña, pero por dentro se ve limpia y un poco acogedora. En una esquina hay una repisa de libros, desde medicina, química, guerra, alimentos, sembrados, etc. Puedo leer una parte de sus portadas. Sigo viendo el lugar y me doy cuenta de un cuarto y no veo baño. 

-Disculpa, ¿hay algún un baño?- Uno de los mocosos se me acerca y señala la puerta de afuera.

-El baño es todo el bosque- Dice el niño con burla.

-¿Acaso estás jugando?- Digo un poco alto, molesto con el tono de burla del niñato.

-¿Qué sucede?- De nuevo se acerca la chica.

-Necesito un baño y el niño este- Digo señalándolo –Que el baño es el bosque- Ella rueda los ojos y sonríe con burla.

-No tenemos baño, tenemos una pequeña letrina- Hago cara de asco- También puedes utilizar el bosque- 

-Deja así, yo me aguanto-

-Ok- encoge sus hombros y se va.

-¿Qué es esto?- Digo viendo el plato que me han servido, no tiene aspecto de nada rico.

-El desayuno almuerzo- Dice el chico.

-¿El qué?-

-Mire su majestad- Dice la chica y los niños ríen por su comentario -Lamento, mucho que no esté en su altura la comida que le hemos servido, pero como nos estamos quedando sin comida por culpa de la lluvia. Toca cuidar lo poco que queda, ya que no sabemos hasta cuando deje de llover y el río se estabilice- Hago una mueca sin entender y ella rueda sus ojos –Estás acá varado juntos a nosotros, hasta que el río baje su cauce y podamos ir a buscar ayuda- Abro mis ojos sorprendido, eso quiere decir que estoy encerrado en esta pocilga.

 



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En el texto hay: familia, amor, promesas

Editado: 06.09.2024

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