La chica de las mechas rosas

Esa misma mañana Laura camina frente a la churrería de camino al instituto, pero ya no queda con Nova para ir juntas desde hace mucho tiempo, ahora queda con Raquel y Olivia.
En segundo de la ESO le tocó a Laura en una clase y a Nova en otra. Laura conoció a Olivia y a Raquel y se distanció de Nova.
Ahora que van otra vez a la misma clase son dos desconocidas que conocen todo lo una de la otra. O eso cree Laura, porque hay muchas cosas que ya no sabe sobre la chica con estrellas en la cara.
Laura no sabe por qué decidió alejarse de Nova, pero lo hizo y ya no hay vuelta atrás. Nunca pensó en lo que pudo pensar su amiga cuando dejó de hablarla de la nada y a ignorarla para estar con sus nuevas amigas, y ojalá lo hubiese hecho.
Pequeñas decisiones como esa son las que cambian toda una historia. Las que arruinan a otra persona. Las que hace que algo termine terriblemente mal.
Y queriendo o sin querer, pequeños actos que haces sin pensar, marcan el transcurso de una historia que se sale de los límites de lo que eres capaz de controlar.
Ahora una chica con mechas rosas camina junto a sus dos nuevas mejores amigas por el mismo sitio donde caminaba con su anterior amiga, sin saber que Nova la apreciaba y quería mientras que ahora está en un grupo de tres donde hay un dúo, Raquel y Olivia, que quedan si ella y hablan mal sobre ella cuando no está presente. Que saben que las mechas no le quedan bien y aún así la convencen de que se las haga cuando se le va yendo el color.
Laura sin saberlo, ha perdido a una de las mejores amigas que podría haber tenido, por un grupo tóxico donde, ciega por la popularidad, no ve lo que ocurre a su alrededor.