-¿Alguien podría explicarme la importancia de los estudios?
El profesor de matemáticas pregunta mientras va entregando las tareas corregidas una a una por la clase a la mañana siguiente. No ha dormido mucho y llena la clase de olor a café.
-Estudiar es importante para tú futuro. Porque si no sacas buenas notas no puedes pasar de curso o no puedes ir a la universidad-dice una chica de la primera fila y la clase asiente.
-Exacto, necesitas buenas notas para poder estudiar lo que tú quieras en un futuro y llegar a algo-dice el profesor al que solo le quedan dos tareas por repartir-. Entonces, ¿qué pasa si no atiendes en clase?
Suelta la pregunta al aire y termina de repartir y vuelve al frente de la clase frente a la pizarra.
-Y, ¿qué pasa si llegas tarde todos los días a clase?
No la mira a ella, pero todos saben a quién se está refiriendo.
-¿Y si nunca entregas las tareas? ¿Sí no te esfuerzas en los exámenes? ¿Qué pasa?
-Que suspendes-responde una chica de la última fila.
-Y que repites curso-dice el chico de su derecha.
-Y acabas viviendo debajo de un puente-añade un chico causando que la clase se ría. Menos una persona.
La chica de las constelaciones mira al profesor con odio, porque sabe que no está diciendo aquello por decir. Lo dice por ella. Las voces de su cabeza se ríen de ella y la hacen sufrir, creando un caos en su cabeza a la vez que se imagina que le arranca la cabeza de cuazo a su profesor.
Quiere llorar y gritar, quiere insultarlo en mil idiomas. Qué importan las notas cuando no entiendes ni tus propios sentimientos. Qué importan los exámenes o las tareas si tú mundo da vueltas desde hace años.
El chico de los ojos bicolores nota la cara que la chica le está dirigiendo al profesor, toda la clase la ve y muchos se ríen de ella. Pero él es el único que nota como la pierna de la chica tiembla bajo la mesa, como si bailase claqué nerviosa; como se clava las uñas en las palmas de las manos y cómo pestañea rápido, como intentando no llorar.
Se pregunta qué estará pasando ahora dentro de su cabeza. Nada bueno supone.
Ayer acabó muy mal parado al intentar defenderla, pero le da igual, lo vuelve hacer. No hace falta ser un superhéroe para enfrentarse a un villano. Levanta la mano.
-¿Sí, Mateo?
-Pero no hace falta ser buen estudiante y sacar las mejores para poder ser alguien importante o un genio-dice-. Einstein era un mal estudiante según se dice, y Thomas Edison ni siquiera fue a la escuela. Y ambos fueron grandes genios de la historia.
Toda la clase se gira hacía él chico de los ojos bicolores, unos cuantos se ríen, algunos del profesor y otros del chico; el profesor se enfada, sobre todo porque sabe que tiene razón, y eso le molesta. No va a dejar que unos alumnos le ridiculicen.