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Hoy ha sido un día extraño.
Las voces han estado en silencio desde que he conocido a Ivana y eso es raro, porque nunca han estado completamente calladas. Siempre han hablado, al principio no eran agresivas, simplemente comentaban sobre cosas; pero a medida que crecía se volvían cada vez más grandes, más malas. Critican cada cosa que hago: lo que me pongo, lo que digo, como me muevo, lo que pienso… TODO
Pero de repente hoy…
Silencio.
No hay nada.
Ojalá fuese así siempre, no sé cómo lo ha hecho esa chica misteriosa pero necesito que lo haga siempre.
Y luego Mateo. ¿De verdad quiere ir conmigo en el proyecto? ¿O solo se lo ha pedido el profesor como hace siempre? No estaba prestando mucha atención así que seguramente se lo haya dicho el profe y no me he dado cuenta. Tiene que ser eso.
Solo quiero llegar a casa y leer, leer y leer hasta quedarme dormida.
Leer siempre ha sido mi forma de escapar, de silenciar las voces y olvidarme de todo. Llené de libros mi habitación, perdiéndome en historias que me hicieran olvidar la mía. Cada vez que me inmerso en un nuevo libro es como vivir la vida de los personajes. Te llenas de emociones, amor, odio, tristeza, resentimiento, felicidad… La gente que dice que leer es aburrido claramente no han tocado un buen libro nunca.
Al salir de clase me pongo los cascos y por primera vez no tengo que poner el volumen a tope para acallar las voces porqué no hay ruido.
Olivia Rodrigo suena en mis cascos mientras veo como Laura vuelve a casa cómo siempre con sus amiguitas y de pronto siento como me tocan el hombro para llamar mi atención.