Una Razón Para Vivir

Capítulo 7

—¡Oye!—gritó Gaby—. Eso es trampa.

—Que no sepas perder ya es otra cosa.

Estábamos jugando ajedrez. Y si, ya parecemos viejitas.

—Luz... yo... tengo algo que decirte—movió su silla.

—Dime.

—¿Te acuerdas de Gabriel?.

—¿Al que conociste en un baño cuando por equivocación te...—me interrumpió.

—Si, el mismo.

—Bueno, que pasa con el.

—Él y yo... ya sabes... lo hicimos, y... Dios mío—se tomó de la cara—. Estoy embarazada.

—Wow felici... espera, ¿qué?—no puede ser, voy a ser tía, quiero matarla y abrazarla al mismo tiempo.

—No sé cómo les voy a decir a mis padres, me van a matar.

—Hey—tome su mano—tranquila, tus padres te aman, si, tal vez te van ha pegar un sermón de los buenos, pero estoy segura de que ellos te van ha entender, y si no, pues yo estoy aquí. Solo no pienses en abortar.

—No, eso ni loca—negó con la cabeza.

—¿Y Gabriel, qué piensa sobre esto?

—Puff, él está más emocionado que yo, ya quiere comprar toda la ropa.

—Bueno, eso es mucho mejor ha que no quiera.

—Si—sonrió—sabes, me emociona mucho saber el hecho de que voy a ser mamá.

—¿Cuando te enteraste?.

—Antes de ayer. ¿Crees que sea niño o niña?.

—Amm, no lo sé, pero yo quiero que sea una niña.

—No, yo quiero que sea niño.

—Lo que sea que salga, niño o niña, pero que salga sano.

—Eso sí, bueno me tengo que ir—tomo su bolso—. Quedé en encontrarme con Gabriel, hoy les voy a contar a mis papás.

—Te deseo suerte.

Estaba saliendo cuando otra vez se dio la vuelta—. Por cierto, mañana tengo cita con la obstetra, y quería que me acompañes.

—¿No crees que sería un poco incómodo para Gabriel?, es decir, es su primera ecografía.

—No, que va, quiero que lo conozcas, aparte eres como mi hermana de otra sangre, y quiero que estés ahí.

—Si es así, bien. ¿Hora?

—Bien, a las 3:20 paso por ti.

Estaba muy emocionada, voy a ser tía.

Jamás me imaginé a Gaby como mamá, ella siempre decía que nada de hijos, ni a los treinta años, nada.

Ella y yo jamás hemos hablado sobre si íbamos a tener hijos, la última vez que hablamos eso fue cuando teníamos como once años, y después nos dio asco.

Pero estoy feliz por Gaby, estoy segura que va a ser una muy buena mamá.

Ahora tengo una razón más para vivir, tengo que conocer a mi sobrino, tengo que verlo decir su primera palabra, sus primeros pasos.

Mi celular se prende avisando que me llego un mensaje.

Número desconocido.

     2:25: ¿Cómo estás?.

¿Quien es? No recuerdo haberle dado mi número a nadie.

     2:27: ¿Quién eres?.

     2:30: Un chico sexy :).

     2:32: No, ya enserio, ¿quién eres?.

     2:35: Ash, soy Michael ._.

¿Qué? Yo no le he dado mi número.

     2:38: ¿Cómo tienes mi número?.

     2:40: Ah, pues, agarré tu celular y vi tu número ((:

     2:41: ¿Cómo lo desbloqueaste?.

     2:42: .__. No tienes patrón de bloqueo.

Cierto, que estúpida soy.

     2:43: Igualmente estás invadiendo mi privacidad.
   
    2:45: Ya cállate y responde mi pregunta; ¿cómo estás?.

    2:47: Yo estoy bien, gracias, adiós.

Apagué mi celular.

Qué se cree el como para venir y tomar mi celular sin mi permiso.

Cerré mis ojos con fuerza por la rabia y gruñi.

—Hola—una voz varonil interrumpió mi momento de rabia, sin embargo no abrí mis ojos—. Am... yo soy Alex.

Abrí mis ojos de golpe, no, no puede ser el.

El era idéntico a mi, no puede ir este día peor.

—¿Eres el desgraciado de mi padre?—no respondió, eso era un si.

—No hij...—lo interrumpí.

—No me llames hija, no tienes el derecho para llamarme hija—grité—no soy nada de ti, mira, te conocía por fotos, ni siquiera me viniste a ver una sola maldita vez, nada—sentí mis ojos llenarse de lágrimas, no obstante no podía llorar frente a él, no podía ser débil—. Fuiste tan cobarde al abandonar a mi mamá, fuiste cobarde al no llamar una sola vez, fuiste un cobarde en todo, y eso ahora ni nunca te voy a perdonar.

—Sí, lo sé, fui un completo idiota al abandonar a tu madre, entiende que tan sólo era un niño tonto de 17 años en ese momento, no sabia que hacer.

—¿Y mi mamá? Ella tenía solo 14 años, era una niña cuando paso eso.

La puerta se abrió y ahí estaba mi mamá y Angelo riendo.

Pero esa sonrisa desapareció cuando vio a Alex, su sangre bajo a los pies. Fue tanta la conmoción que casi se desmaya, Angelo tuvo que agarrarla para que no caiga.

—¿Q-qué haces aquí?.

—Hola caramelo, sigues siendo igual de hermosa que la primera vez—la examinó de pies a cabeza.

—No me llames caramelo—tenía los dientes apretados—. Sal de aquí ahora mismo.

—Esperen, esperen, ¿qué diablos está pasando aquí? ¿Quién es él?—intervino Angelo.

—Él es Alex, mi 'papá'—hice comillas con mis dedos—. Claro, si así se le puede llamar a la persona que se fue cuando se enteró que la chica con la que se acostó estaba embarazada.

—Un gusto, Alex Mack—le extendió la mano a Angelo, a la cual por cierto no tomo.

Todo sucedió tan rápido, de un rato a otro Angelo estaba encima de Alex estampado su puño varias veces por su cara.

—Todavía tienes la osadía de venir hasta aquí después de todo lo que les hiciste pasar—estrelló su puño justo en la nariz de Alex haciendo que este suelte un gruñido de dolor.

—¡No! ¡para Angelo! ¡necesito al desgraciado vivo para yo poder matarlo!—espera, ¿qué? Mi mamá jamás dejará de sorprenderme.

No hice nada, Angelo iba ganando así que mejor me quedo en mi camita.

Varios guardias hicieron presencia después de algunos minutos.

Dos agarraron a Angelo y otros dos a Alex.

—No me toquen—soltandose de su agarre—. Lárgate de aquí.

—Es mi hija, también tengo derecho a poder verla—gritó mientras lo sacaban.
 




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