—Era una pequeña cosa moviéndose—hablé con ternura hasta que la vi fruncir el ceño—¿Qué?.
—¿Moviéndose? Es decir, debe tener un mes como mucho.
—¿Un mes?—reí—, no mamá, tiene entre tres meses de embarazo.
—¿Y no se dio cuenta?
—Nop, ella no presentó ningún síntoma, bueno aparte de tener varias veces náuseas, pero ella tenía su período, así que ella descartó esa duda.
—Sin duda Dios tiene favoritos, yo tenia náuseas día y noche, dolor de cabeza, todos los síntomas.
—Sí. Hoy mientras veníamos estábamos hablando del embarazo y una señora chismosa le dijo a Gaby "eres una mocosa, y ya estas embarazada, sin duda la juventud de ahora es un asco"—imite su voz chillona.
—Mira nena, mucha gente ahora ve muy mal que una chica menor de edad quede embarazada, siempre te dan dos opciones tienes que abortar o casarte con el padre del bebé, un bebé no es una razón para atarse a una persona, regresando, mucha gente te dice "te arruinaste la vida con un bebé, ya no vas a poder cumplir tus metas", puras mentiras, puedes tener un bebé a temprana edad, y también cumplir tus metas, claramente va a ser más difícil tu vida, es el triple de responsabilidad, porque un bebé no es un juguete, pero puedes cumplir tus metas, muchas mujeres tuvieron hijos a temprana edad y ahora son todo unas profesionales—suspiró—. Al inicio no me gustaba que la gente hablase de mi embarazo, me hacía sentir realmente mal, mi barriga se notó bastante rápido, pero con el tiempo eso me dejó de importar, porque yo no vivía de la opinión de la gente, mostraba mi barriga con orgullo, una vez varias personas me miraron con desprecio y levanté mi camiseta y les dije "¿Ves esta hermosa barriga?, tengo ocho meses de embarazo, ya casi nueve". Es que es así hija, no podemos dejarnos amedrentar por la opinión de la gente, la gente siempre va a hablar mal de ti, pero en ti esta si hacer que eso no te importe o no.
Mi mamá tenía tanta facilidad al momento de hablar, ella es una persona directa, si algo el molesta pues ella lo dice de frente, jamás ha sido de esas personas a la que por fuera le muestras una sonrisa y por dentro la estas matando. No, ella siempre ha sido de que si una persona le cae mal pues se encarga de hacérselo saber.
—No sé cómo es que tienes esa facilidad para hablar.
—Siempre he sido así, no me callaba ni debajo del agua—encogió los hombros.
—Yo no puedo ni decir hola sin sentir nervios.
—Cambiando de tema. ¿Qué está pasando con Michael?.
Puse los ojos en blanco.
—De nuevo con ese tema mamá, ya te dije que no tenemos nada.
—¿Por qué?
—Ay mamá, eso es mas que obvio, tiene novia.
—Bueno, retiro lo dicho de que no importa que tenga novia, sí importa.
—Por...—"fin" era lo que quería decir.
—Pero ustedes dos tienen tan...—nunca va a cambiar.
—¡Mamá! Hace un segundo me dijiste que sí importaba que tenía novia.
—Mentira, jamás dije eso—miró al piso.
—Dios mío mamá, eres una caso sin remedio.
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—¿Cómo puedes comer tanto?—le pregunté mientras veía que se llevaba medio pedazo de burrito a la boca.
—Simple, tengo hambre.
—Pero si ya llevas más de tres burritos, y dos porciones de papas.
—Necesito alimentarme.
—Pues si sigues así vas a terminar engordando.
—¿Y qué? Es mi cuerpo, igual engordando sería sexy.
—Si tu lo dices—encogí los hombros.
—Claro, eres perfecto en todas tus presentaciones, gordo o flaco lo mismo da.
—Pues la gente no le ve así.
—¿Y qué con la opinión de la gente? La gente siempre va a hablar, si eres gordo hablan, si eres flaco hablan, ¿qué mierda quieren?, aparte yo no nací para complacer a nadie—levantó y la mano y le llamó a la señorita que atendía—. ¿Podría traerme la cuenta?.
Las palabras de Michael en cierta parte tenían razón, sin embargo, a mí jamás me gustó mi físico, yo me veía gorda, y todos los días se encargaban de recordarmelo.
—Su cuenta es de 20 dólares—Michael sacó su billetera y sacó un billete de 20—. Gracias por visitar Burritos Jake's.
Salimos y me subí a su carro.
—Te voy a llevar a un parque de juegos.
—Ya no soy una niña—tss, no voy a ir a un parque de juegos ni que tuviera diez años.
—Bueno, yo te quería llevar a Rarc's.
¡¿QUÉ?! ¿Cómo que a Rarc's? Es un parque de juegos, donde no hay niños, es decir es para mayores de 15 años. Ya que solo hay juegos que te hacen poner un pie en el otro mundo.
«Recordando que soy pobre y no puedo pagar cincuenta dólares por entrada«.
—No, claro que quiero, es decir ¿a quien no le gustaría ir?.
—A ti, acabas de decir que no. Así que vamos a dejarte.
—¡Noo! No por favor.
—No, yo te ofrecí y no quisiste ir.
—Pero no sabia que íbamos a ir ahí.
—Bien, bien, solo con una condición.
Seguro es el típico chico que quiere un beso.
—¿Cual?.
—Que cada que te escriba para preguntarte cómo estás me vas a responder, y no te vas a enojar, pero que seas sincera, nada de que bien cuando ya estas a punto de estirar la pata.
—Oh... bueno, claro.
Cuando entramos al estacionamiento había una casita pequeña que decía que era de seguridad.
Seguimos y paramos para que el señor nos dejará pasar. Michael bajó la venta para poder hablar con el señor.
—Buenas tardes, me pueden ayudar con sus entradas.
—Buenas tardes, no las tengo, ¿donde las puedo comprar?—le dijo Michael.
—Señor las entradas se compran en línea.
—¿No las puedo comprar aquí?.
—No señor.
—¿Y no hay alguna forma para que nos dejen entrar?—esto ya se estaba empezando a tornar incómodo.
—No señor, si no tiene entradas no puede pasar.
—¿Acaso no sabe quien soy?.
—Una persona—frunció el ceño.
—Exacto, y como persona que soy tengo derecho a que me dejen pasar.
—Señor solo deme las entradas, si no las tiene haga el favor retirase.