Capítulo I.

Pierre

Mi hermana me necesita, esta es la única solución.

Eso pienso mientras me escabullo por los pasillos del palacio, donde la coronación de la nueva reina de un reino cercano estalla en música y gritos lejanos.

Aquí dentro, cada ruido parece un guardia acechando y cada latido de mi corazón resuena horrible en mi pecho.

Nunca he hecho algo así, he robado panaderías, tiendas... ¿Pero un palacio real?, hmp, como si tuviera las agallas.

"Solo entra, toma un jarrón o dos y sal", había dicho mi amigo. Pues, fácil de decir desde una taberna, con las manos limpias.

Empujo una puerta, lo primero que veo es una mesa entera repleta de joyas que me devuelven el reflejo en miles de destellos.

Oro, rubíes, zafiros.

Suficiente para pagar la medicina de Yholeide, mi hermana... suficiente para comprarle otros mil años de vida.

Mis dedos tiemblan cuando guardo el primer collar y empiezo a llenar la bolsa con rapidez.

Entonces, la puerta se abre con un chirrido.

—Vaya, vaya... ¿Qué tenemos aquí?

Me giro de golpe, escondiendo la bolsa tras mi espalda.

El sudor me nubla la vista y siento mi garganta cerrarse, frente a mí, está ella... La princesa Harmonious de Freedonia.

Su ceja se arquea, y una sonrisa curva sus labios mientras se acerca con pasos lentos, cada taconazo resuena fuerte contra el mármol.

— ¿De verdad pensaste que podrías entrar al palacio, robar mis joyas y salir impune?

—Y-yo... —balbuceo, buscando desesperadamente una buena excusa—. No quería robar, estaba... estaba buscando dónde esconderme.

Ella suelta una risa seca, sus ojos recorren mi figura y se detienen en la bolsa que intento ocultar.

— ¿Esconderte? ¡Ja! Qué patético.

— ¿Y exactamente de qué o de quién estabas huyendo que te llevó directamente a mi habitación? —Se burla.

— O bueno, tal vez simplemente eres un ladrón tan idiota como para no prever que mi habitación sería la más vigilada del palacio.