Una Salvación

¿Elegí correctamente?

Hace aproximadamente un mes, experimenté una felicidad inmensa, algo que nunca creí posible. Antes, había un vacío en mi vida que pensé que jamás podría llenar.

Pero me equivoqué. Mi familia, con su apoyo incondicional, me comprendió y me ayudó a salir adelante.

Sin embargo, hoy el doctor nos llamó. Tenía algo importante que decirnos. Desde el accidente que sufrí, no han dejado de hacerme exámenes.

— Lo siento, muchacha, pero tienes un tumor en la cabeza —dijo con voz grave.

Me quedé inmóvil. Sus palabras resonaron en mi mente mientras las lágrimas caían sin control. Creí haber tomado las decisiones correctas en mi vida, pero ahora todo parecía desmoronarse.

— Pe... pero puedo operarme, ¿verdad? —pregunté con un hilo de esperanza.

El doctor suspiró profundamente antes de responder.
— No. El tumor es maligno. Fue causado por el accidente que tuviste.

El llanto de mi madre rompió el silencio, desgarrándome el alma. "Dios, ¿por qué? ¿Por qué haces que mi madre sufra por mí? No merece este dolor."

— Cu... ¿cuánto tiempo me queda? —logré preguntar, aunque temía la respuesta.

— Tal vez un año, o menos.

Mordí mis labios con fuerza, sintiendo el sabor metálico de la sangre. La realidad me golpeó con toda su crudeza.

Si esta es la voluntad de Dios, no puedo hacer nada. Solo me queda aceptar y vivir cada día como un regalo.




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