Una Segunda oportunidad

Capítulo 1-El comienzo

Las hojas de los árboles caen una tras otra anunciando la llegada del otoño mientras el sol desciende con tanta rapidez que parece que tiene prisa por ocultarse. Hay un niño no mayor a 10 años que corre alrededor de un árbol situado dentro de un jardín muy hermoso, con un color verde tan intenso en el pasto adornado de rosas; el niño ríe mientras corre lo más rápido posible para evitar que un hombre que corre detrás de él lo alcance, el hombre aparenta unos treinta años de edad y este a diferencia del niño corre lo más lento que puede; tratando de darle un poco de ventaja al niño quiero imaginar. Al final de cuentas el hombre termina alcanzando al niño, lo alza en brazos y da vueltas con él para después tirarse juntos en el pasto y contemplar lo hermoso que es el cielo, el cual muchas veces no sabemos apreciar; perdiéndonos realmente de la verdadera belleza. Su increíble burbuja de felicidad y paz al mismo tiempo es interrumpida por una hermosa voz de mujer que proviene del interior de la casa, pronunciando los nombres: Fernando y Jacob. La mujer entra en el jardín mientras el niño y el padre se ponen de pie para de inmediato llegar hasta donde se encuentra la mujer.  

—Jacob tienes que bañarte —dice la mujer rubia de ojos verde esmeralda mientras le sonríe de una manera muy dulce

—Mamá quiero seguir jugando con papá —contesta el niño de cabello castaño y ojos color marrón haciendo un puchero

—Hazle caso a tu madre campeón, mañana seguiremos jugando —le dice el hombre de cabello castaño y unos ojos color marrón extremadamente oscuros, casi imposible de distinguir su color a simple vista 

—Está bien —termina aceptando el niño de mala gana

—Vamos corre a bañarte para después pasar a cenar, tus hermanos no tardan en llegar. —añade la mujer

El hombre lo toma en brazos y al mismo tiempo pasa uno de sus brazos por el hombro de la mujer fundiéndose en un fuerte abrazo los tres, entre risas y apapachos se internan en la casa.

 

 

—Samuel…Samuel, ¡vamos despierta ya! —oigo a Karen pronunciar mi nombre una y otra vez, interrumpiendo mi sueño 

Con toda la pereza del mundo comienzo a abrir mis párpados para encontrarme con la mirada de Karen, la cual se encuentra de pie justo al lado de mi cama.

—Que manera tan sutil de despertarme —digo con todo el sarcasmo del mundo mientras le ruedo los ojos y me siento

— ¿Disculpa?, no es mi problema que tengas el sueño tan pesado, si no te das prisa llegaremos tarde —. 

Camina directo hacia la puerta, pero la detengo justo cuando está a punto de salir.

—Espera —le digo

— ¿Qué sucede? —pregunta cuando está a punto de abrir la puerta

—Es Jacob. —digo y solo basta esa palabra para que Karen suelte la perilla de la puerta y regrese a sentarse de nuevo a mi lado.

— ¿Cómo fue esta vez? —me pregunta ella de una forma muy tranquila. 

Karen es hija de unos amigos de mis padres, son muy amigos desde la prepa y se quieren como si fueran familia, así que prácticamente Karen y yo crecimos como hermanos. La mayoría si no es que todo nuestro grupo de amigos piensan que entre Karen y yo existe algo, algo más allá de un amor de hermanos; pero no hay nada de verdad en eso, entre ella y yo jamás habrá algo más allá que un hermoso afecto de hermanos. Yo soy hijo único, jamás les he preguntado a mis padres por qué no tuve más hermanos, pero confieso que no me hizo falta ese amor, Karen siempre ha estado conmigo y la quiero como una verdadera hermana; ella siempre me ha mostrado su cariño y apoyo en todo lo que hago, incluso cuando una idea loca se me mete en la cabeza y ella sabe que es más fácil unírseme a tratar de persuadirme. 

Karen tiene una hermana mayor que ella, estudia psicología en la universidad de la ciudad; se llevan muy bien, pero ella siempre me ha dicho que me tiene más confianza a mí que a ella. Karen es de estatura promedio, piel morena clara, ojos cafés claro, cabello castaño y de complexión delgada, sé que la mayoría de los chicos del colegio ven a Karen como un trozo de carne que quieren morder, pero saben muy bien que él que quiera pasarse de listo con ella se las ve conmigo. Me han dicho que, durante los primeros semestres de la preparatoria, Karen se desarrolló muy rápido, pero yo en realidad no lo noté mucho, pues la veo diario y no pongo mucha atención a ese tipo de cosas.  

Los dos cruzamos el penúltimo semestre de la preparatoria y hablando de eso, se me hará tarde si no le cuento a Karen mi sueño ya; dejaré hasta aquí la presentación y retomaré la conversación.   

—Otra escena más, esta vez estaba pequeño y había un jardín —digo mientras las imágenes de mi sueño se plasman en mi mente

— ¿Notaste algo diferente esta vez? —me pregunta mirándome a los ojos, sé que ansía que le diga que esta vez fue diferente y que encontré alguna señal en mi sueño que pueda ayudarme a saber quién es la persona que se ha metido en mis sueños desde que tengo memoria

—No Karen, fue igual que siempre. —digo y noto la decepción en su mirada. 

He soñado con Jacob desde que tengo memoria, la primera vez no le tomé importancia, pero cuando su presencia en mis sueños era más constante decidí decirles a mis padres; ellos trataron de reconfortarme diciéndome que solo eran sueños y que muy pronto se terminarían, a veces pienso que ni siquiera me creyeron, era solo un niño y tal vez pensaron que mentía o exageraba las cosas. Fui creciendo y la presencia de Jacob cada vez era más constante, supe que tendría que sobrellevar esto solo pues sabía que, si convencía a mis padres de que decía la verdad, lo más probable sería que me llevaran ante un psicólogo y la sola idea de pensar en eso me produce nauseas, no es que tenga algo contra ellos, pero no me gusta ni me gustaría contarle mis problemas a un desconocido.   




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