Una Segunda oportunidad

Capítulo 13- De compras

— ¡HIJO TE BUSCAN! —me grita mi mamá desde la planta baja, hoy era en el gran día en el que iríamos de compras

— ¡YA VOY MAMÁ! —grito para responderle y que me pueda escuchar. Tomo mis cosas y bajo las escaleras

— ¿A dónde irán hijo? —me pregunta aun cuando no he bajado por completo

—Iremos de compras tía. —le dice Karen entrando por la puerta principal. —El jueves nos tomarán las fotos y debemos lucir bien

—Oh claro. —a mi mamá se le han iluminado los ojos. —Lo había olvidado, entonces espera. —me dice para luego dirigirse a la sala. —Ten —regresa y me ofrece su tarjeta de crédito

—Mamá no necesito tu tarjeta, llevo dinero justo aquí —señalo el bulto que hace mi cartera en mi bolsillo delantero derecho

—No me interesa si llevas dinero o no. —eleva sus cejas. —Te llevarás mi tarjeta para cualquier cosa que pueda ofrecerse

—Mamá de verdad no lo necesito, es más ni siquiera sé si vaya a comprar algo —alzo los hombros

—Ni se te ocurra Samuel. —eleva su voz y luego vuelve a bajarla. —Mira hijo, esta fecha es muy importante, tal vez en estos momentos veas esto como algo sin chiste, pero cuando hayan pasado los años y veas estas fotos, te causará nostalgia, quiero que luzcas muy bien, dame ese gusto ¿quieres?

—De acuerdo mamá, se hará como tú digas, pero elegiré algo con lo que yo me sienta cómodo ¿estamos? —miro a ambas a los ojos y tomo la tarjeta en mis manos para luego guardarla en mi cartera

—Por supuesto hijo, no te estoy pidiendo que te vistas de una manera extravagante —me dice amena 

—Bueno tía debemos irnos, Louisa y Luis no están esperando en el coche —añade Karen 

—Que gusto que tu novio te acompañe —forma una mirada cómplice y Karen me clava la suya

—Larga historia. —digo rápidamente y la tomo de la mano para salir. —Adiós mamá

— ¡Samuel! —su voz adquiere un aire preocupado, me giro al igual que Karen para mirarla. Ella se acerca y me da un fuerte abrazo que casi me deja sin aire. —Cuídate mucho —me dice una vez que ha dejado que el aire regrese a mis pulmones

—Estaré bien mamá. —mi voz es suave, pero al mismo tiempo fuerte.

Le muestro una última sonrisa antes de salir de mi casa y subir al auto color gris oscuro que se encontraba delante de nuestra puerta.   

—Hola Louisa. —la saludo en cuanto tomo asiento en la parte de atrás. Karen iba en el asiento del copiloto acompañando a Luis quien era nuestro conductor hoy.

—Hola Samuel, ¿listo para morir? —me pregunta y yo la miro con una expresión de desconcierto, pero al mismo tiempo divertida

—Ay como eres dramática. —dice Luis desde el asiento delantero. —Cuando sepas manejar me criticas

—Sí sabes manejar ¿verdad amigo? —le cuestiono con diversión 

—Por supuesto que sé. —me responde algo ofendido. —Lo que pasa es que esta señorita es una dramática sin remedio

—Pues para tu mala suerte, Samuel es todavía mucho más dramático —le dice Karen y yo solo asiento en forma de afirmación

—No puede ser —exclama y se mueve un poco en su asiento

—Por lo menos sabes que la cosa esa redonda que tienes en frente se llama volante ¿verdad? —agrega Louisa con expresión seria

—Si no te callas te irás caminando —responde también de forma seria en el momento en que arranca el motor del coche

—Ya Louisa tranquila, además si morimos —se gira a ver a Luis—morimos juntos —le muestra una sonrisa tierna

—Ah no, pero por supuesto que no, a mí no me enreden en sus asuntos, no quiero morir tan joven y bella. —sacude su cabello y Luis pisa el acelerador. Yo me coloco el cinturón de seguridad, si iba a morir por lo menos que no fuera de un accidente automovilístico.

—Samuel ¿quieres hacerme el favor de ponerle el bozal que está debajo del asiento? —me dice mirándome a través del espejo retrovisor

—Creo que moriría en el intento amigo —respondo con diversión

—Ya dejen de pelear ustedes dos. —les dice Karen de forma divertida. —Ya me extrañaba que no se atacaran a cada momento —tuerce sus ojos  

— ¿Qué quieres amiga?, esto de por sí ya es una máquina de matar. —hace un ademan para señalar el auto. —Ahora en manos de Luis prácticamente ya estamos muertos

—Creí que yo era dramático. —digo mirando a Louisa. —Pero tú me ganas amiga —digo con diversión

—No soy dramática. —dice en defensa. —Solamente me adapto a la situación 

— ¿Siempre eres así o solamente cuando estás cerca de Luis? —le pregunto con una sonrisa

—Siempre que está cerca de mí. —me contesta Luis con el ceño fruncido. —Solo lo hace para molestarme

— ¿Disculpa? —dice de forma sarcástica. —Quisieras fíjate, ¿qué te hace pensar que eres tan importante?

—Me pregunto ¿cómo han logrado sobrevivir al preescolar, primaria y secundaria juntos? —se cuestiona Karen de forma curiosa. 




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