PRÓLOGO

—Y dígame, señorita Anderson, ¿Que la ha llevado a, ordeñar a una vaca en el medio del pasillo?—Mencionó el director, mientras dejaba sus lentes encima del escritorio, y entrelazaba sus propios dedos. Mirando dubitativamente a la chica delante de él. Blair Anderson, sentada delante de el en su oficina.

—Jejeje, es una larga historia —La chica le sonrió nerviosa —Verá, cuando me levante esta mañana, vi a Gertrudis, la vaca, en la mitad de mi sala...Entonces—La rápida y extraña explicación fue interrumpida por la voz del profesor.

—No quiero escuchar la historia completa—Dijo el director, mirándola seriamente— ¡Quiero saber por qué ordeñó a la vaca en medio del pasillo! Y si puede decirme, el porqué estaba en el pasillo del instituto.

—Oh... —La chica pareció entenderlo—, es que me regalaron unas galletas riquisisisimas de chocolate... ¿Y qué mejor que Galletas de Chocolates? ¡Galletas de chocolate con leche!

La optimista chica no parecía estar arrepintiéndose de su decisión. Es más, la disfrutaba. Y si pudiera...Incluso lo volvería hacer.

El director no hizo más que soltar un largo suspiro

—Escuche, señorita Anderson...Usted es una muy buena estudiante, pero esta no es la primera vez que usted hacer locuras como esta—El director se cruzó de brazos—, no quisiera tener que expulsarla.

— ¡No! No quiero que me expulsen. Mi mamá me va a matar si me expulsan de un instituto otra vez—Colocó su dedo pulgar en sus labios, y comenzó con su horrible y adictiva manía que ella tenía.

Morderse las uñas

—Exacto. Su madre es una gran amiga mía, y no quisiera tener que expulsarla, señorita Anderson. —Blair dejo salir un suspiro de alivio—, haremos esto. Te dejaré pasar esto, solo por esta vez. Claro que tendrás tu castigo, pero nada más.

— ¡Yuju! ¡Gracias!—La chica pasó por al lado del escritorio y se lanzó a abrazar al director—Sabía que usted tenia buen corazón, Señor Smith—Creo que si cualquiera veía la cara del profesor Smith, podría verse hasta una vena palpitar.

—Pero que no vuelva a suceder algo así....Porque a la próxima, te expulsaré—Advirtió el director, y la chica asintió mientras todavía lo abrazaba. El director carraspeó—...Ejem...También le agradecería que tuviera un poco más de respeto —Separó un poco de el a la chica de cabellos castaños, Blair analizó lo que estaba haciendo y se separó avergonzada

— ¡Oh! Claro claro, disculpe Director—Hizo una pequeña reverencia, mientras sonreía—, regresaré a mi clase. ¡Adiós!—Se dirigió a la puerta y salió. El director suspiro nuevamente, y cuando creía que se había acabado, la puerta se abre otra vez. El levanto la mirada suspirando y vio que era Blair. Había vuelto— ¡Y gracias! Ahora si—Cerró la puerta nuevamente. El director dejó salir una pequeña sonrisa, mientras negaba con la cabeza. Nunca se aburría con esa chica alrededor.

Blair Pov's

¡De la que me libré!

"Tienes que tener más cuidado" —La voz de Todd apareció en mi mente, como un flash.

Lo sé Todd, si sigo así van a terminar expulsándome. Siempre termino metiéndome en problemas. ¡Qué bueno que el director es tan amigo mío!

"Tal vez sea amigo tuyo, pero sigue siendo el director. Puede expulsarte"

Lo siento si te preocupe, jeje.

Entré a mi aula ganándome las miradas curiosas de todos. La hora apenas comenzaba y al parecer la profesora no había llegado.

— ¡Vino la bufón! —Exclamó una pelinegra, sonriendo con sorna desde su asiento—, Entretenme un poco, bufón. —Algunos soltaron varias risas, yo le sonreí y me senté en mi asiento.

— ¡Monstruo Come Galletas!—exclamó un chico castaño. Otra vez, siguieron riéndose

—Oye chica vaca, ¿Comuuu estas?—Inquirió un chico rubio del fondo, burlándose. Y obviamente, las risas de mis compañeros no tardaron en aparecer.

— ¿Papá te expulsó?—Pregunto una chica pelirroja, con una voz entre melosa y molesta. Ella es la peor, y curiosamente la hija del director. Isabella—, no me sorprendería...

—No, para tu mala suerte...No la expulsaron—dijo el chico rubio, Marco—, escuché la conversación. Además, si la hubieran expulsado o algo, no estaría aquí...Pero si lo está, desgraciadamente —el suspiró, mientras sonreía.