Ya me había bajado del autobús al que me había subido, me toca caminar sólo un par de cuadras, por lo que estaba a punto de llegar a mi casa.
Mi celular comenzó vibrando para después comenzar a sonar, en ese momento antes de sacarlo pensé en mi madre como primer opción. Pero al ver el nombre, me sorprendí. Un llamada entrante de Lily, tal vez yo he olvidado algo y llama para informarme de ello.
—Lily, hola —escuché sólo sin sollozó del otro lado y me alarmé—. ¿Está todo bien?
—Soy, amm, Maggie.
Tragué saliva, pensando lo que estaba ocurriendo.
—Señora Maggie ¿Pasó algo? —mi voz quebrada al escuchar nuevamente el sollozó después de que pronunciará quien era.
—Lily, mi hija... —pronunció, pero no terminó.
Perdí estabilidad al escuchar lo que estaba diciendo, me percaté que su sollozó no podía ser de nada bueno.
—¿Qué pasa? —intenté no sonar alarmado, pero es que le he agarrado gran cariño a Lily que me destrozaría si le pasara algo malo.
—Tuvo una recaída nuevamente.
¿Recaída? No sabía a qué se refería con esas palabras, ella nunca habló de que tuviera una enfermedad, ni nada por el estilo. Sentí como mis piernas temblaban como gelatina, por la falta de la estabilidad.
—No entiendo ¿Dónde se encuentran?
Después de que me dijera donde estaba, tomé un taxi hacia ese lugar, no sin antes pasar a mi casa por un poco de efectivo, ya que lo necesitaría...
Llegué al hospital donde se encontraba Maggie junto a Lily. Una presión se hizo presente aplastando mi pecho con brutal fuerza.
Entré casi corriendo hacia el segundo piso en donde se encontraba Maggie. Al subir las escaleras, la vi con los codos en su regazo y las manos en su cara mientras lloraba.
Me parte el alma verla así, no me gustaba ver a las personas llorando.
—Señora Maggie.
Al escuchar mi voz levantó su cara, la cual se encontraba con el maquillaje demasiado corrido por las lágrimas.
—Brath —me abrazó apenas llegué a su lado—. Qué bueno que viniste.
Lo que me sorprendió fue no ver a Thommas —su padre— por ningún lado. Pero sabía con detenimiento que estaba trabajando.
—¿Qué le pasó a Lily? —pregunté nuevamente.
Ella me miro por largos segundos.
—Tuvo una nueva recaída —comenzó hablando, no le interrumpí, pues se notaba que me iba a contar lo que de verdad estaba pasando—. Yo sé que, ella no te ha contado, bueno, a nadie le ha contado. Ella tiene problemas en su corazón, no se puede sorprender fuertemente, cualquier disgusto la podría matar. Pensé que cuando todo comenzó, muy pronto podría parar, pero soy tan ingenua que no me daba cuanta de la gravedad de las cosas, y que no se recuperaría pronto por arte de magia.
»Hace cinco años nos dieron la noticia, ese día había tenido su primer recaída. La llevamos al médico y nos dijo que su corazón era demasiado débil, que no podrías disgustarla o nos dolería perderla. Desde ese entonces nos propusimos a hacerla feliz, y lo hemos logrado. Hace tres meses tuvo otra recaída, no pudimos averiguar el motivo pero por un momento sentíamos que le habíamos perdido. Y ahora esto, no me imagino lo que la haya puesto así, pero si fue alguien, se va a arrepentir toda su vida.
No sabía cómo sentirme al respecto, ahora me siento mal por preguntarle sobre lo que pasó. Ella no dejo de llorar cada vez que hablaba, y mi corazón se me hacía trizas sólo mirarla.
Maggie me volvió a abrazar en cuento terminó y yo no rechacé el abrazo.
—Lo siento tanto, no sabía nada —pensé demasiado lo que iba a decir, que hasta yo mismo pensaba que no iba a abrir la boca—. Sabe que puede contar conmigo para lo que necesite ¿verdad?
Levantó la mirada, sus ojos estaban hinchados y llenos de lágrimas, me regaló una sonrisa, en ese momento regresé la sonrisa que Lily me regalaba muy a menudo.
—No te preocupes. Al fin y al cabo, yo ya te veo como un hijo.
Sus palabras alegraron mi alma, es como si una parte de mi hiciera fiesta, ya me estaba ganando a la familia de Lily. Y es que nunca he dado motivos para que me odien, pero me sorprenden que me vea como su hijo en tan poco tiempo.
[♣♣♣♣♣]
Yo estaba muy decidido a permanecer en el hospital haciéndole compañía a Maggie, al principio ella accedió, pero después de que llegara Thommas me pidió que me retirará a descansar, y aunque tenía razón, yo no quería.
No sabía si ir a la preparatoria o al hospital al día siguiente. Me había propuesto no faltar a clases, pero también quería acompañar a Lily en esos momentos tan crueles. Me decidí a ir a la escuela y el resto de la tarde acompañar a Maggie.
El receso fue doloroso, el no verla cerca, y más sabiendo lo que le había pasado. Estoy sentado junto a Kenya, Archie, Yael, Paul y Oscar. La primera se había enterado de lo que pasó, ya que es su mejor amiga y Maggie la llamó. Mientras que los demás no tenían ni la menor idea de porque la ausencia de Lily.