Tenia tantos sentimientos encontrados en ese momento, aun me costaba creer que todo eso había pasado en la noche que Rose planeaba como perfecta. Salí del lugar mientras esperaba que algún taxi se le ocurriera pasar a esas altas horas.
Las luces de aquél auto cegaron mis ojos y por un breve segundo creí haber encontrado mi boleto a poder salir y descansar en casa, pero todo se desvorono cuándo vi la silueta de el.
Daniel se acercó lo suficiente como para tomar mi mano pero en segundos yo lo aleje, lo último que necesitaba ahora era tenerlo cerca.
—Entra al auto —finalmente habló pero con un claro tono de autoridad.
Lo miró a los ojos y no puedo evitar sentirme aún mas frustrada y enojada —vete de aquí.
Su ceño se fruncio y casi su mirada se escurece al punto en que por unos momentos siento un escalofrío que recorre toda mi espalda, doy por inercia un paso hacía atras pero el es más rapido y me detiene por la muñeca. Respira hondo como si tratara de calmarse y prosigue
—Es peligroso —negó tomándome del antebrazo, por unos segundos me di casi por vencida por su fuerza, pero finalmente cedió soltandome.
—¡Déjame! —le grité mientras apretaba mi mano que se puso algo roja. Su semblante cambió mientras con delicadeza trata de acercarse.
—P-perdón, no era mi intención acerté... —me aparte lo suficiente, me doy cuenta que por primera vez tartamudea y su rostro se veía intranquilo y arrepentido —daño...
Sus brazos fríos me toman débil y delicadamente, mis ojos no pueden evitar cerrarse disfrutando de su tacto. Lo extrañó tanto pero no puedo ceder tan fácilmente. Vuelvo a la realidad y sin más, con fuerza apartó su brazo con la mayor frialdad con que lo pueden mirar mis ojos.
—¡Lo lamentó! —dice envolviendome en sus brazos. Respiró su aroma y se muy bien que su cercanía no me molesta ni un poco, lo agarró con fuerza de la camisa y cuento los segundos porqué quiero que todo dure para siempre, pero mi orgullo hace que mis manos choquen contra su abdomen, esto lo toma tan por sorpresa que por poco cae de espaldas.
—¡Que te pasa! —grita enojado haciendo que habrá los ojos como platos sorprendida —¡¡Acaso estas loca!!
—Vete Daniel, antes de que las cosas se pongan peores entre nosotros —pero su cuerpo sigue allí, sin moverse, sus ojos amarillentos con un toque oscuro gracias a la luna me ponen inquieta.
—No me movere, es muy tarde sera peli...
Al borde del colapso no aguanto mas y terminó sacando todo lo que llevó por dentro a lo largo de los ultimos días —¡¡Deja de aparentar que te preocupas por mi!! Si fuera así hubieras respetado mi decisión de esperarme y no insultarme solo por no aceptar ese anillo y no le hubieras coqueteando a Rose frente a mi, solo para darme celos... eres tan, tan...
—Es la estúpidez mas grande que hallas dicho hasta ahora —su respiración parecía ponerse cada vez mas y mas pesada —¿como crees que me sentí cuando me rechazaste? Estaba tan ilusionado, planee eso días y tu simplemente no aceptaste, y en cuanto a Rose, jamas le coquetee, se veía hermosa y estaba nerviosa solo quería que se sintiera comoda y feliz.
—Déjame sola —mascullo con voz débil pero se que ha oído perfectamente.
—No lo hare, ven conmigo
—¡¡Maldición te estoy diciendo que no!! Es mi vida y no pienso moverme de aquí y menos contigo.
Me suelta deliberadamente y habla mientras me da la espalda —si no vienés asumire que te quieres quedar aquí y arrancare —advirtió pero yo hice caso omiso —Leslie te lo repitió por última vez —le di la espalda y mordi con desespero mi labio.
Quería correr y caer envuelta en sus brazos, abrazarlo y besarlo tan hambrientamente que tuviésemos que separarnos para poder respirar, pero sabía que eso era solo una ilusión. Los problemas no se arreglaban a besos, yo lo había aprendido con el paso del tiempo de la peor manera.
Escuché el estruendoso sonido del acelerador y ahí fue cuando dudé si quedarme y seguir con mi orgullo o ir en el auto y ceder a sus pretensiones.
—Leslie, quedarse aquí a estas horas es peligroso, si quieres me ignoras en todo el camino; pero me dejarás con un vacío en el estómago si te quedas en medió de la nada.
—¡¡Maldición vete! ¿No entiendes? No quiero estar contigo, me enoja tan sólo mirarte a los ojos. Necesito respirar.
Un horrible silencio se apoderó del ambiente un par de segundos, segundos que se me hicieron eternos.
Caminé en dirección contraria, el eco de mis tacones se escucha en el lugar y empiece a sentir como mis ojos picaban al no poder lagrimear. Hago un esfuerzo sobre humano por mantenerme serena pero es imposible sintiendo sus ojos atras de mi espalda, además, el frío y los grillitos que se escuchan en la noche no ayudan en lo absoluto.
—Te lo repito Leslie es... —me aproximó y sin importar que le interrumpo.
—¡Pudrete Daniel!
Un ruido, supongo el puñetazo de el contra el auto, resuena en mis oidos aciéndome estremecer.