Una sola regla

extra #7

Corrí al estacionamiento con mi teléfono pegado a mi oreja. El timbre se me hacía pesado, trataba de contactar con Rose pero nada...

Entonces alguien choco contra mí.

El teléfono salió volando de mis manos. Me agache sin mirar de quien se trataba para recoger el celular. Gracias a Dios había resistido al golpe.

 —¿Oye estas bien?

—S... —alcancé a decir hasta que algo dentro de mí se prendió al escuchar esa voz —Si... —contesté tratando de sonar lo más serena posible.

—Déjame ayudarte —acercó su mano a mi brazo, pero yo me aleje lo más rápido que pude.

—Ya estoy bien... —el me miró receloso.

Traté de prender el celular —¡¡¡maldita sea esto no prende!!!

—Lamento haberte dejado sola... eso no es de caballeros, de verdad no me hubiera perdonado si te hubiera pasado algo.

Le miré a los ojos. Por más que quería apaciguar mi enojo hacía el, me era imposible —¡eso no importa! Yo estoy bien —el asintió nerviosamente. ¿Desde cuándo Daniel se pone nervioso.

—Leslie... hablando de estar bien, Alex me llamó... Rose, ¿ella? ¿sabes donde esta?

Apreté mis labios con fuerza —No, no he sabido nada de ella. Estoy muy preocupada.

El saco inmediatamente su teléfono —la llamaré —asienti con una pequeña esperanza.

Escuché como los uno, dos, tres, diez tonos de llamada seguían pasando pero nada.

—¿Daniel? —le miré alzando la cabeza.

—Estoy pensando... —dejó de hablar cuando mis brazos no pudieron evitar abrazar totalmente su cuerpo. El se quedó rígido en su lugar, pero segundos después sentí sus finos dedos correspondiendo al abrazó.

Su mano me tomo la parte de abajo de mi mentón obligándome a levantar la mirada.

—¿Y si le paso algo? —dije con mis ojos a punto de lagrimear.

Sus labios besaron con ternura la punta de mi nariz —eso no pasará. Ella es una chica inteligente, ella sabe que hacer...

Sonrió y yo hice lo mismo.

—¡Si! —gritó una voz bastante familiar a nuestras espaldas —¡ya mismo voy para allá!

Nos giramos a ver y al mismo tiempo el conecto sus ojos con los nuestros.

Alex nos miró exhausto —hablé con la policía. Debo ir al Fiscalía. Debemos ir —me giré a ver a Daniel asustada y el negó con la cabeza.

—vamos en mi auto —fue lo único que dijo Daniel... esperó que no le halla pasado nada malo.

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—Nombre completó —nos pregunto el oficial quién estaba sentado en el escritorio con una pequeña libreta, escribiendo cada cosa que le decíamos.

—Rose... —el oficial me miró de reojo y yo continúe —Roseane Park —el asintió.

—¿Edad?

Nos miramos los unos a los otros como si nos preguntaramos de una manera o otra quién se atrevía a responder las preguntas de ese sujetó tan intimidante.

—19 años —contestó Alex.

El hombre anotó.

Levantó su cabeza. Nos miró a los tres de manera aclaratoria. O al menos asi yo lo persivi.

Apuntó con su dedo —tú —me apunto a mí. —cuál es tu nombre.

—Leslie Carpentier... 

Asintió y nuevamente escribió —¿cuándo fue la última vez que viste a la señorita Park?

—Fue exactamente ayer. De hecho nos la pasamos juntas, somos compañeras de cuarto. Ella iba a organizar una fiesta de bienvenida por la llegada de sus padres, luego se fue. Ella estaba bastante enojada con sus padres.

El comisario me miró atentó —¿enojada? ¿porque exactamente?

Mire a Alex, el no a mí, el solo dirigía su mirada al policial, así que yo hice lo mismo —con un tal... —mi mente se puso en blanco completamente.

—Dae... —completo Daniel por mi y yo asentí.

El escribió —¿podrían definir mas a detalle todo?

Esta vez Alex habló —todo empezó cuándo....

 

flashback - Alex 

—¿Quién soy? —un tipo puso sus manos sobre los ojos de Rose. Comprimi mis manos por debajo de la mesa.

Ella apartó sus manos con enojo —¿D-Dae? 

—Asi es cariño, el mismo —puso sus manos sobre sus mejillas. Nuevamente ese sentimiento de rabia se avivo en mi piel. Las manos de élla nuevamente lo apartaron —no sabes lo mucho que te extrañé Rosesilla... extrañé tanto tiempo decirte asi, extrañé besar tus labios, extrañé tenerte todas las noches a mi lado y ahora....

—¿Extrañaste golpearme— inmediatamente supe que odiaria a ese sujeto.

—Porfavor Rosilla—no aguante más. La rabia y enojó me consumieron  —solo fue una vez y te perdí prometo no volverlo a hacer, dame una última oportunidad, por favor —mi puño choco contra la mesa con fuerza




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