Una sola regla

Extra #8

Un año después....

 

—Rose... ¿no crees que es demasido? —la muy desgraciada se burló de mi descaradamente.

—¿Acaso nunca te has puesto maquillaje? —puse mis ojos en blanco. Ella se puso sus manos en su cintura reprochatoriamente —además hoy te vas a casar, querida, ¡es un día especial!

Miré por la ventana. Los invitados comenzaban a llegar. Sentí un nudo en mi estomago gracias a los nervios.

—¡Rápido Roseane! La gente empieza a llegar y yo aún sigo aquí sentada.

Ella me miró con una sonrisa —espera se te corrió el rimel —su dedo lo corrigió —¡listo! Te vez ¡hermosa!

Levanté una vez más la cortina de la ventana. El altar ya estaba listo, la vista era justó hacía el mar.

—Tengo nervios Rose...

Ella se cruzó de brazos divertido —¿y eso porque Leslie Carpentier? —dijo mi nombre completo en forma de burla.

La miré enojada —es enserio. No me pongas más nerviosa de lo que ya estoy.

Ella puso sus ojos en blanco sin dejar de tener esa sonrisa —Uyyy a ver si con la noche de bodas se te quita ese mal genio que te cargas —le pegué una palmada en su hombro —¡hey! Auch, era solo un chiste.

—Y al próximo chiste te va doler el doble ¿me entiendes?

Ella dió medía vuelta.

—¡Ay ajá!

No había podido dormir en toda la noche, estaba realmente nerviosa y asustada con todo esto. Era demasido para mi pobre ser.

—Rose... —la llamé.

Ella se giró a mirarme —¿ves? Ya hoy nadie te entinde, estaba por irme y me llamas, y apuesto que si me quedo me hechas.

Me crucé de brazos. El vestido blanco era hermoso de igual forma.

—Rose y si...

Ella se me acercó —¿y si que...?

—¿Y si se arrepiente? Ya sabes... me deja ahí en el altar—frunci ligeramente mi ceño de tan solo imaginarlo.

 Al ver su notorio silencio me puse el triple de nerviosa.

—¿Y si ya no me quiere?

Ella se rió agachando la cabeza —obviamente que eso no va pasar —comprimi mis labios —¿acaso no conoces a Daniel? ¡ah! Dime, ese hombre a ti te ama tonta... t-e a-ma —me deletreo lo último.

La puerta se abrió de golpe. Ambas nos giramos a verlos.

Eran mi padre, mi madre Luz, mi pequeña hermana Helen y mi hermano. 

Se me hacía bastante extrañó ver a toda mi família reunida en un solo lugar sin terminar peleando como perros y gatos.

—Te ves hermosa cariño —mi padre me miró de pies a cabeza sonriente.

—Si, pareces una princesa —habló con dificultad mi pequeña y tierna hermana.

—Luce adorable mi bebé —dijo mamá con la pequeña Helen en brazos. Les sonreí.

—Mi hermanita es hermosa —sonrió Alex acercándose a mí y abrazandome con fuerza —estoy orgulloso —dijo mientras sus manos se posicionaban en ambos lados de mis mejillas besando mi frente.

Luego miró a Rose, quién le sonrió nerviosamente.

—Pero preciosa... tu no te quedas atrás. Las dos son hermosas —le dió un tierno y casto beso en los labios a ella. Yo sonreí.

Mi padre miró con rapidez su reloj.

—Cariño... ¡ya es hora!

Caminé un par de pasos hasta enganchar su brazo al mío.

Ya era hora.

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.

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OMNIPOTENCIA

El padre de Leslie la soltó justó en la puerta entregadosela a Alex.

Quién la miró sonriente, orgulloso... y felíz.

Suspiró nerviosa al ver como los invitados se giraban a verla afectuosos. Sin embargo, y por más que los nervios la carcomian por dentró, sonrió.

Alex le ofreció su brazos, ella lo miró y lo tomó enseguida.

Entonces lo vio... lo vio a lo lejos y un sin fin de mariposas revolotearon alrededor de su estomago.

Daniel también la vio, se veía tan bella, tan hermosa... tan perfecta. Tan hecha justó y a la medida. Era esa pieza de su rompecabezas que tanto tiempo había estado buscando sin siquiera saberlo.

—Deja de temblar tanto, minion.

—¡Oye no soy tan pequeña! —se quejó aún con su vista en Daniel —además, estoy por casarme ¿como quieres que no este nerviosa?

Alex se burló —lo haras bien. Mi hermanita preferida todo lo hace bien.

Rió.

—Eres un tonto....

Miró a su alrededor. Estaban todos. Amigos, família. Le sonrió a Michel y Evan al verlos, ambos la saludaron con las manos.

Su atención volvió al hombre más guapo que había visto en toda su vida.

Se acercaron al altar. Alex le sonrió a su amigo —cuidala—le advirtió, ganándose una risa de parte de Leslie. Le beso la frente a su hermana y este derramó una pequeña lágrima de sus ojos —ya, ya no me miren asi. Estoy demasido sensible.

Leslie se burló y Daniel hizo lo mismo.




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