Capitulo 6

No podía creerlo, ¿entonces era cierto lo que decía Michel?, me quede parada, atónita, mirándolos incrédula. ¡Dios había quedado como una estúpida, no entendía por qué tenía tanto enojo, después de todo Daniel y yo no éramos nada. Mis piernas temblaban, en ese mismo instante mi mayor deseo literalmente era que “la tierra me tragara viva”, pero claramente eso era imposible.

-¿Le- Leslie?-chasqueo con sus dedos.

Respire hondo trataba de que mis nervios no se notaran pero era imposible -¡eh!- tomaba pequeños cadejos de mi pelo, era una rara forma de calmarme, pero esta vez no estaba funcionando.

-Daniel creo que ya deje bastante claro por qué vine hasta aquí, mira te traje esto- le mostré el rico pastel de chocolate desganada, mi ilusión antes de abrir la maldita puerta, era comiendo el pastel felices y siendo perdonada, pero estaba más que claro que eso no iba a pasar.

-Espero que esto sea suficiente como para perdonarme- su cara demostraba confusión, me regalo una pequeña sonrisa pero segundos después volvió a su seriedad.

La chica parecía disfrutar la situación.

-Bueno, ahora puedes- la chica me miraba con rabia y burla al mismo tiempo –largarte de una buena vez, la verdad cansas, lo poco que he visto de ti, me has fastidiado profundamente- entrelazo sus brazos en el cuello de Daniel y le deposito un beso – ¿no es cierto amor?- Daniel se corrió rápidamente -¡ya cállate Melissa!, no me llames amor, la única que fastidia aquí eres tú, solo eres una de las tantas diversiones que tengo, mejor vístete y lárgate.

Su cara estaba roja de enojo, nos señaló a los dos –les juro que me las van a pagar- entro rápidamente a la habitación de Daniel, (al parecer se iba a cambiar).

-Enserio Leslie, lo lamento- rozo su mano por su cuello, parecía estar nervioso.

-No, lamentar ¿Qué?- trataba de sonreír pero no me salía –tu puedes hacer con tu vida lo que quieras, toma- le entregue el pastel –creo que lo mejor es que me valla- di la vuelta, el me detuvo tomando fuertemente mi antebrazo –no, Daniel- no quería ceder, estaba realmente molesta –solo sigue divirtiéndote con “Melissa”- pronuncie la última palabra entre comillas.

El camino hasta mi casa fue bastante difícil, ver a Daniel con la tonta de esa chica me hacía enojar y mucho, el solo imaginarlos teniendo sexo me daba nauseas, además, ella me había humillado. De seguro estarían revolcándose y burlándose de mí, eso me afectaba mucho. De repente sentí una lagrima caer por mi mejilla.

-Soy tan estúpida, ¿Por qué siempre debo estar en los lugares y momentos menos indicados?- mi voz se entrecortaba, estaba triste y herida, pero no entendía el por qué, si Daniel y yo no éramos nada.

***

Daniel.

Observe como Leslie se iba.

-Perfecto lo volví a arruinar, ahora ella tenía una imagen horrible de mi- casi siempre hablaba con migo mismo y eso me tranquilizaba.

-Eres un tremendo idiota- decía enojada mientras se desabrochaba mi camisa –no vuelvas a llamarme y mucho menos buscarme, me dejaste en ridículo frente a esa, esa- me acerque peligrosamente a ella.

-primero no vuelvas a decir algo malo de Leslie o juro que te arrepentirás y segundo no cariño no tengo intenciones de buscarte- le guiñe el ojo.

Su cara pareció formar una risa sarcástica –enserio- hizo puchero -¿Qué vas a hacer?- dijo retante, espero una respuesta de mi parte pero permanecí callado –eres increíble- suspiro.

-Si vuelves a atacarla me encargare personalmente de que todos en el instituto te odien- la mire asqueado –sabes que soy capaz- su sonrisa desapareció de inmediato, tomando su maleta.

-¿Es eso Miller o ella te gusta?- se fue de inmediato, pero lo que no fue de mis pensamiento fueron sus palabras.

¿Acaso la hermana pequeña de mi amigo me gustaba?, ¡no eso era imposible!, eso tenía que ser imposible.

Tome el pastel de la mesa, corte un pedazo me senté en el sillón, estaba tan delicioso…maldito pastel, me hacía pensar aún más en ella (su cara, sus ojos, su cuerpo…mejor dicho todo lo que significara “Leslie”).

***

Leslie

Entre a mi casa, Alex seguía sentado en el sillón viendo televisión. Me dirigí a la cocina y me serví un vaso de agua.

-¿Cómo te fue con tu amiga?- desganada conteste –bien…

-wow, pero parecer hielo con lo fría que respondes, hace un rato estabas emocionada inclusive nerviosa ya ahora mírate- voltee mis ojos con disgusto –ya cállate Alex, a ti eso no te importa ¿sí?, no actúes como mi padre, porque la verdad no te queda- se me quedo viendo sorprendido.

Subí aún más enojada a mi habitación.

Valla sí que había tenido un primer día muy largo, no quería ni imaginarme como serían los demás.

Al otro día, Alex y yo fuimos a el colegio, no tenía ganas de saludar a Daniel (seria incomodo) así que aligere el paso.

-¡Mich! Ni te imaginas lo que me paso ayer- mi cara estaba triste y amarga –encontré a una tal Melissa y a Daniel en su casa, el sin camisa- suspire con tan solo recordar ese penoso e incómodo momento –y ella llevando tan solo puesta la camisa de él.

Michel seguía enojada por no haberme ido con ella, pero parecía calmarse.

-Te lo dije, pero eso no es nada, lo he visto besándose con tres chicas en un solo día- se cruzó de brazos – ¡es increíble!- finalizo irónica. Dejo de mirarme a mí, a mirar alguien que parecía estar atrás mío. Voltee era Daniel, creo que no había escuchado pues se veía muy tranquilo.

-Leslie ¿podemos hablar?- pregunto con algo de timidez.

Lo mire directamente a los ojos -¿de qué tendríamos que hablar?-

Sus ojos eran suplicantes, estaba en la misma posición en que yo había estado el día anterior –por favor-me tomo de las manos llevándome a un lugar más privado.

-Quería disculparme personalmente, pedirte perdón por lo de Melissa creo que así se llama - enserio”- pensé- ¿ni siquiera recordaba los nombres de las chicas con las que se acostaba?- y por todo lo que tuviste que pasar- mordió su labio –de verdad, jamás fue mi intención- le regale una pequeña sonrisa, el extendió sus brazos y me abrazo, me sentí tan cómoda y protegida.