Capitulo 10

Los tres nos mirábamos con incomodidad. ¿Enserio, luego de semanas sin su compañía, debía regresar justo ahora?

-¿mama?-dije medio desconcertado. Quedaba más que claro que no la esperaba.

-Daniel- me miro con enojo-veo que volviste esta casa un motel- entro a la casa, apartando de un codazo a Lena –al parecer trajiste a otra de tus tantas mujerzuelas.-Odio en ese sentido la forma de ser de mi madre, a veces parecía creerse más que otras personas, disfrutaba humillar y pisotear.

Mordí mi labio con desesperación y vergüenza, mientras Lena agachaba su cabeza con aun más enojo.

-Bueno, yo ya debo irme- la chica salió despavorida, (y no era para menos), había sido una pésima idea invitarla.

Miro la casa con desaprobación, mi madre siempre me había parecido una mujer bastante prepotente y egocéntrica pero al mismo tiempo ejemplar, tenía un modo de vestir (para mi gusto) elegante y ni hablar de su fuerza de voluntad y perseverancia.

-No quiero imaginar cuantas cosas habrán pasado en el trascurso de estas semanas- o bien, aquí vamos de nuevo, con sus clásicos “llamados de atención” –eres tan parecido a tu padre Derek, eres un mujeriego e irrespetuoso hombre- paro por un momento mientras se servía un vaso de jugo –por eso lo deje, Daniel tu eres testigo, no seas la copia barata de Derek, ¡por favor!- se sentó en el sillón mientras bebía su jugo –¿no podrías?, no sé, traer a alguien más decente.

Me enojaba bastante que las personas trataran de meterse en mi vida.

-No lo sé, ¿y sabes?, eso no te importa- tome mi chaqueta mientras abría la puerta –lo mejor es que no te metas en mis asuntos.

Pareció gritarme algo pero no entendí que. Las calles estaban vacías, la tarde comenzaba a caer, los pájaros comenzaban a descender en el anaranjado cielo y el aire comenzaba a hacerse frio. Rápidamente tome mi “gran amigo encendedor” y empecé a fumar (era lo único que me mantenía distraído); no tenía exactamente claro donde iría pero quería tomar aire.

*Leslie*

Me recosté emocionada en mi cama, lo último que recuerdo fue que miraba el techo perdida en otro planeta, de repente cerré los ojos y ¡puh!; jamás había dormido de tal manera.

El sonido del timbre me despertó, ¿jamás les ha pasado que no saben si es noche o día?, espero que si, por que me sentiría una loca, pero el punto es que si, así me sentía yo, tome rápidamente mi celular y evidentemente eran las 6 de la tarde (con razón había oscurecido de tal manera).

Salí apresada y no pude evitar escuchar los aullidos de Alex (al parecer se estaba bañando mientras escuchaba música).

Me recogí mi alborotado cabello, mis ojos seguían un poco rojo y medio cerrados pero como pude llegue a la puerta.

-¡hey! Leslie, parece que alguien acaba de despertarse- dijo Jonathan con voz burlona.

Reí por su comentario -¿tan mal me veo?

-No jamás te verías mal, al contario te ves tan sex- Jonathan interrumpió a Bruno con un fuerte codazo -¡auh!- se quejó del dolor, pero por suerte segundos después se recompuso –bien, quiero decir bien- levanto sus dos pulgares con incomodidad.

Me limite a alzar mi ceja y susurre -¡Dios, que chicos más raros!-desde hace rato me estaba empezando a hartar, mi intención era que lo supieran.

El ambiente empezaba a ponerse tenso, así que puse mi mejor “sonrisa falsa” y los invite a pasar. Era más que obvio que me habían escuchado.

-Alex ya viene- señale el piso de arriba.

Pretexte que lo llamaría, necesitaba salir de ahí, no soportaba más sus intimidantes miradas, sentía como observaban mi cuerpo con detenimiento y eso me incomodaba.

-Alex, ¡vinieron tus amigos!

-¿amigos?

Rodee mi ojos –pues Bruno y Jonathan- ¿Qué no era obvio. Pareció hacer un gruñido extraño.

-Bien, diles que ya bajo.

-espérenlo aquí- estaban los dos en el sillón distraídos con sus celulares –el ya viene.

Subí a mi habitación, tome mi chaqueta y celular planeaba salir. Me senté en mi cama mientras revisaba mis redes sociales.

Escuche los pasos de Alex al salir de su habitación (al parecer ya se había cambiado), quise salir tras el para avisarle que me iría pero fue imposible, era tan alto que mientras yo caminaba dos pasos el caminaba diez (lo malo de ser baja).

Baje y atrás de la pared escuche la conversación, se veían sospechosos. Alex tenía el ceño fruncido.

-Hola Alex, ¿Cómo has estado? Últimamente no hemos vuelto a saber nada de ti- Jonathan sonreía con nerviosismo.

-Bastante bien, a decir verdad, creo que fue lo mejor habernos distanciado un poco- jugaba con sus manos mientras los miraba con una sonrisa que reflejaba seguridad.

Bruno se mezcló en la conversación -Alex, nosotros, nosotros queríamos pedirte perdón- ¿perdón?, ¿Por qué tendrían que pedirle perdón?- Bruno pareció tomar un respiro y lo entendía por que según lo que recuerdo siempre había sido muy orgulloso –la verdad no debimos decir todas esas cosas sobre tu hermana.

¿Acaso hablaban de mí?, los enfrente a los tres, me miraron con sorpresa.

-Leslie, ¿Qué haces aquí?

-Solo venía a decirte que saldría, pero ya que estamos aquí todos, mejor explíquenme ¿qué es lo que me han estado escondiendo?

Agacharon la cabeza mientras el terrible silencio invadía el lugar.

-Muy bien, no digan nada- pause un momento para tomar las llaves de la casa –me voy, no intentes llamarme, no me esperes, no sé a qué horas llegue- Alex intento impedírmelo pero la realidad es que era consciente de que yo tenía razón.

***

Empezaba a anochecer y no tenía claro donde iría solo sabía que quería salir de ahí. Camine sin rumbo por varios minutos, lejos divise una sombra, era alto y parecía estar fumando. Me quede fría al ver esos penetrantes ojos miel detrás de todo ese humo, era Daniel.

¿Enserio?, ¡Dios!, lo que menos necesitaba era compañía y más viniendo de él.

No reflejaba su característica alegría, estaba serio y pensativo (bastante raro viniendo de él). Me saludo con su mano y me regalo una pequeña sonrisa que segundos después desapareció.