Una sola regla

Capitulo 13

Inmediatamente me arrepentí de pronunciar esas palabras.

-¡Eh!, ¿Qué no sabes? –Frunció el ceño con curiosidad –Brittany y ella se han encargado de contarle a todo el instituto.

Corrí a mi habitación, no soporta el estar más ahí. Me tire en mi cama, veía desorientada el techo y pensaba en todo lo que había pasado hoy:

Evan parecía rudo pero en realidad era bastante tierno y agradable, Alex era un completo idiota, Lena y Brittany bueno ni hablar de ellas porque no quiero terminar diciendo mil groserías aquí, Michel era buena persona y Daniel era un hipócrita.

Alex me saco completamente de mis pensamientos al abrir la puerta.

-¿Qué quieres?- dije desganada.

-Mira- llevaba una bandeja con comida –es para ti, no has comido prácticamente nada en todo el día además has estado muy extraña hoy. –me miraba con impaciencia esperando que le recibiera.

-No tengo ganas de comer- dije mientras me recostaba y le daba la espalda.

Se sentó a mi lado –Leslie Carpentier, no me iré hasta verte comer –sus ojos reflejaban tristeza –Les, enserio me preocupas –acaricio mi cabello con ternura –a veces estas feliz, a veces triste, a veces emocionada y de repente desganada, vives en un cambio constante- me levante y recibí la bandeja –¿Qué te pasa?

Esa palabras me hicieron entrar en razón, no debía deprimirme en mi cama mientras los demás estaban disfrutando… eso no era sano para mi vida.

-Tienes razón –estaba afónica casi parecía que la tristeza peleara por adueñarse de mi cuerpo.

Así fue, cumplió su palabra, estuvo pendiente de cada bocado que metí en mi boca. A decir verdad me sentía como una niñita.

-Me alegra que hallas entrado en razón –sonrió. Me miro de arriba abajo como si de alguna u otra forma me estuviera examinado –creo que deberías darte un baño- rio.

-¿por?- lo mire confundida.

-Estas toda pálida y el poco maquillaje que llevas puesto esta escurrido por toda tu cara– me miro curioso – ¿Por qué?

Si llegaba a enterarse que había llorado y por quien se enfurecería tremendamente y eso era lo último que necesitaba.

Trataba de sonreír y verme relajada pero mis nervios jugaban un gran papel en mi contra –pues…- el ambiente era algo tenso –es que yo…lave mi cara y para cuando me di cuenta tenía todo el maquillaje chorreado.

Se echó a reír sin parar –eres una enana muy tonta, créelo– por primera vez me sentía aliviada de que alguien se burlara de mí.

Entre al baño y ¡oh Dios! No podía creer la imagen que reflejaba el espejo, mi cara estaba hecha un desastre, tenía la pestañita escurrida por todos lados, ¿Por qué Evan y Michel no me habían avisado?, ese par me las van a pagar, ¿Cómo no lo pude suponer?

Me duche y sí que lo necesitaba, me sentí más relajada y cómoda. Salí del baño y de repente sonó el timbre.

-Alex – grite –ve a abrir– me pareció raro el hecho de que no contestara, entre a su habitación y estaba dormido como un bebe. Sería extraño el abrir con solo tener una toalla puesta pero no tenía otra opción. Si lo despertaba sabía que se levantaría de muy mal humor y era lo último que necesitaba para completar este desagradable día.

Abrí y lo primero que vi fueron esos ojos miel.

-¿Daniel?, ¿Qué haces aquí?- maldecí el siempre encontrármelo en las situaciones más incomodas.

Tenía una gran sonrisa, sus ojos rodearon todo mi cuerpo. Yo me limite a sujetar fuertemente la toalla. Sentí terror con el simple hecho de imaginar la toalla caer y así nunca más poderlo mirar a la cara, rezaba para que por ningún motivo eso pasara.

-Leslie, Ángel – mordió su labio levemente –te ves linda- me guiño el ojo con picardía

No pude evitar sonreír y sentir como se calentaron mis mejillas.

-¿Sabes algo?- lo mire atenta –te ves más linda cuando te sonrojas y te pones toda nervios – pude sentir los latidos de mi corazón, ¿enserio era tan obvia?

Trataba de verme lo más seria posible aunque por dentro quería lanzarme sobre él y comérmelo a besos.

-¿Así?- conteste irónica – ¿es lo mismo que le dices a Lena y sus amigas?– remarque muy bien en la palabra “Lena”.

-¿Quién te dijo eso?- tomo mi mano con suavidad atrayéndome un poco más hacia el –mira Leslie yo…- lo interrumpí mientras trataba de alejarme.

-Solo- suspire con tristeza –no digas nada.

-Mira Les- su ojos brillaban impacientes –todos esos rumores son farsas, la verdad es que…- se alejó inmediatamente al escuchar pasos en la escalera.

-Hola Daniel, ¿Cómo estás?- dijo Alex con una sonrisa.

Fui rápidamente a mi habitación, pude ver como Daniel me siguió con la mirada.

*Daniel*

Toque la puerta y me encontré con un ángel en toalla, ella se veía tan bien con su pelo y piel mojada solo eso me prendió, pero trate de calmarme tratando de no desviar mi mirada por todo su cuerpo pero era imposible.

La mire a los ojos y se veía tan fría y distante muy diferente a Leslie cálida que me contagiaba una sonrisa siempre. Quiera y debía saber cuál era la razón de su enojo.

Cuando dijo –“¿es lo mismo que le dices a Lena y sus amigas?- tuve el impulso de explicarle pero como siempre alguien nos tenía que interrumpir…Alex. Ella se fue y yo me quede ahí pensando, tirado en ese sillón.

Por un lado la tenía a ella, quería explicarle que quien realmente me importaba era ella y nadie más pero por otro lado tenía a Alex quien había sido casi como mi hermano desde pequeños, sabía que si se enteraba nuestra amistad muy probablemente acabaría y acabaría muy mal.

-Daniel, Daniel- chasqueo los dedos -¿escuchaste lo que dije?- parecía que estaba en cualquier otro lugar menos en esa casa.

-¿Qué?- dije completamente desorientado –perdón… ¿Qué decías?

Volteo sus ojos con desagrado – ¿vas a ir a la fiesta?- refunfuño exasperado.

-Claro hermano, no conoces las fiestas de Jonathan, son lo más movido de este jodido mundo.

-Sí, eso todos lo dicen- abrió la lata de su cerveza –todo el instituto habla de eso, yo no me lo pierdo por nada de este mundo –brindamos.




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