Después de aquel fin de semana llegaron las interminables y típicas horas de clase. Iba por el pequeño pasillo del instituto con mí pesada maleta y abrazando una montaña de libros, para colmo tenía clase con los maestros más aburridos de la semana.
Ahí estaba Daniel junto a Bruno, Alex y Jonathan; me le quede viendo como una tonta sin saber que Lucas (el bromista de mi clase) pondría su pie a propósito y caería frente a todos, el primer trágame tierra de la semana ¡qué lindo!, Además mis estúpidos libros habían salido volando por todo el lugar.
-¡Ups!, lo siento preciosa- dijo entre risas.
Daniel se acercó –Les, ¿Qué te paso?, ven, déjame ayudarte.
Me levante y pude sentir como todas las miradas y burlas estaban puestas en mí.
Me acerque a Lucas y lo empuje tan fuerte que cayó de espaldas al suelo –no te vuelvas a meter conmigo, me entiendes bonito- su sonrisa desapareció de inmediato mientras asentía lentamente.
Michel, Evan y Alex se acercaron ayudándome a recoger los libros, parecía asombrados. ¿Quién diría que aquella chica “débil”, “pequeña” y “tímida” sería capaz de defenderse de tal manera?
Entramos a clases y lo único que escuchaba era la voz de Michel asiéndome mil preguntas sobre lo que había pasado y la atenta mirada de Evan.
-Ya chicos- les grite desesperada –no fue para tanto, simplemente le di su merecido- con ello finalice el tema.
Me había ido pésimo en los últimos exámenes de química y matemática, sino recuperaba estaba segura que mi padre volvería me controlaría más de lo que siempre lo hace (y ello era un nivel excesivo).
Sonó el timbre y me senté desganada bajo un árbol a escuchar música y ordenar mis ideas, esos últimos días habían pasado cosas tan “raras” que ni siquiera había alcanzado a asimilar, en resumen era: Michel, Alex, Evan y en quien más pensaba era Daniel.
No quería hablar con nadie, simplemente quería estar sola.
Alguien me sacó de mis pensamientos sentándose a mi lado.
-¡Hey!- me quite los audífonos de inmediato.
-¿Daniel?-
-No, soy su hermano gemelo al cual nadie conocía- rio.
Me sentí tan estúpida en ese momento –que chistoso- dije irónica –vete, no quiero hablar con nadie.
Su picara y a la vez sarcástica sonrisa empezaba a fastidiarme –wow, cálmate gatita, solo era un chiste- me miro con desagrado –no me digas que estas así por ese imbécil.
-¿Te refieres a Lucas?- asintió –no, solo que- suspire –son tonterías, no es nada importante.
Pareció recordar algo y rio de repente.
¿Qué es tan gracioso?- lo mire confusa.
-Nada solo que te veías linda así toda enojadita- baje mi mirada y me sonroje al instante –te ves tan besable ahora mismo- este chico me iba a hacer explotar, enserio.
-Ven- extendió su mano.
-¿A dónde?- lo mire extrañada.
-Solo ven.
Me llevo a la biblioteca, se aseguró de que no hubiese nadie mientras cerraba la puerta.
Tomo mi cintura acercándome más a él, puse mis manos alrededor de su cuello y me puse en puntas. Sus labios tocaron los míos apasionadamente, me arrincono contra la pared y así el beso se hizo aún más profundo, mordió suavemente mi labio cosa que desencadeno un pequeño gemido que lo volvió aún más loco. Sus manos se deslizaban constantemente por mi cuerpo y sus húmedos besos bajaron hasta mi cuello.
Susurro –me gustas mucho, ángel.
En esos momentos lo que menos me molestaban eran sus sobrenombres, es más empezaba a acostumbrarme.
-Tú también a mí- en mi voz se escuchaba apenas un poco de aire.
-¡Leslie!- escuche una voz masculina. Los dos nos separamos de inmediato.
-Evan, ¿Qué haces?- me veía realmente alterada.
-Solo venia por esto- mostro un libro –y tu ¿Qué haces?
-Sí, eh- mire de reojo a Daniel, él se veía mucho más tranquilo –y-yo ya me iba.
Caminamos por el pasillo bajo un incómodo silencio.
-¿Y bien?, ¿ya son novios?- corto el silencio, cosa que agradecí.
-¿Qué somos qué?- lo mire medio desconcertada –ni yo misma sé que somos pero de algo estoy segura- me miro atento –no somos novios.
*Daniel*
Luego de aquel incomodo momento, me dirigí hacia mis amigos.
Sus miradas eran atenta hacia Leslie y Evan.
-Creo que son algo- aseguro Bruno.
-¿Tú crees?- al parecer la pregunta de Alex iba dirigida a mí.
-Claro que no- me apresure a responder. Los tres me miraron confundidos.
Jonathan me miro incrédulo – ¿Cómo estas tan seguro?
-Bueno pues yo…- me hacía sentir nervioso tener sus miradas puestas fijamente en mi –lo supongo- me encogí de hombros.
*Leslie*
Alex había estado muy extraño. En el camino no había dicho una sola palabra. El incómodo silencio y sus repentinas miradas me ponían nerviosa.
Me llene de valor pregunte –oye- inmediatamente me miro – ¿Qué te pasa?, estas muy raro últimamente.
Paro el auto para mirarme detenidamente – ¿es cierto que tienes una relación con él?
Quede helada, ¿acaso Evan le había contado lo que había pasado entre Daniel y yo?
¡Hola!, volvi...
Natalia_are_moreno