Recorrí casi todo el instituto hasta alcanzarla.
Me miro con tristeza y sus ojos solo gritaban una cosa: HUMILLACION.
-¿Qué quieres Leslie?- con esto me dio a entender que quería estar sola. Pero no lo iba a hacer, iba estar ahí con ella.
-¿Por qué lloras?- me miro como si la respuesta fuese más que obvia –él no te merece. Eres la chica más genial que conozco. Además eres hermosa ¿Qué no te has visto?
Seco sus lágrimas mientras hablaba –que irónico, ¿no crees?, hace unos meses te advertía sobre Daniel y ahora mírame llorando como tonta por Jonathan.
Sonreí levemente y me acerque a abrazarla.
Al parecer se sintió un poco mejor. Lavo su cara arruinada por su maquillaje y manifestó no querer volver a hablarle jamás.
Había llegado el día en que entregaban la lista de quienes habían pasado los exámenes de recuperación. Solo esperaba que esas últimas semanas en las que había estudiado día y noche hubiesen valido la pena.
Evan y yo estábamos realmente nerviosos, habíamos reprobado y esto era algo así como nuestra “última oportunidad” a diferencia de Michel quien había aprobado todo.
Miraba la lista de quimica… di un gran suspiro al ver que había aprobado y me alegre aún más al ver que Evan estaba igual.
Luego mire la lista de matemáticas e igual aprobé. Mi felicidad estaba por los aires hasta que vi la cara de Evan, quien había reprobado.
Trate de darle ánimos pero pareció no importarle. Me regalo una pequeña sonrisa y me dijo –felicidades.
Por fin llego el fin de semana, viernes en la noche. Alex corría por las escaleras mientras se perfumaba y trataba de abotonar su camisa. Esto solo indicaba una cosa: se iría a una fiesta.
-Leslie- dijo rápidamente –debo irme, no me esperes, me iré con mis amigos, regresare el domingo en la mañana. –apenas pude captar unas cuantas palabras.
Amigos, domingo, mañana, irse.
Simplemente asentí.
-Recuerda- aquí vamos de nuevo. Con los delirios de hermano sobre protector –no le abras a nadie, mira la mirilla de la puerta antes de abrir y por favor no hagas travesuras.
Esto tenía que ser una broma y una broma muy mala; no era una niñita, yo ya sabía cuidarme por mi misma.
-Te quiero, adiós- finalizo con una sonrisa y dándome un beso en la mejilla.
Estaba ahí sola y aburrida. Mi celular tenia básicamente nada, nada y nada ¡ah! Déjame recordar NADA.
Minutos más tarde alguien toco el timbre de la puerta. Mire por la mirilla y me sorprendí enormemente al ver a Daniel, tenía en sus manos algo que no alcanzaba a ver.
Abrí y lo primero que vi fueron sus ojos miel y su hermosa sonrisa. Llevaba una caja de pizza.
Quede boqui abierta al verlo –Daniel- no sabía ni que decir – ¿Qué haces?
No respondió, simplemente cerró la puerta. Miro fijamente mis ojos y me beso con fuerza. Puse mis manos sobre su cabello halando más hacia mí. Caminamos en dirección al sofá sin dejar de besarnos y tocarnos un solo segundo.
Estaba sobre el, deslice mis manos desde su abdomen hasta su cuello profundizando así aún más el beso. Sus manos tocaban con fuerza mi cintura, nuestros cuerpos estaban tan juntos que podía sentir cada parte de su piel.
Sus manos se deslizaron ágilmente de mi cintura a mi trasero… en ese momento supe a qué punto podríamos llegar, pero aun no me sentía lista, aun no.
Aleje mi cara a unos cuantos centímetros de sus labios. Bese su cuello con delicadeza y suavidad, era imposible estar tan cerca de él y no besarlo.
Estas semanas en que no había estado junto a el definitivamente habían afectado mi cerebro o tal vez mis hormonas de adolecente eran las causantes de todo esto.
Mire sus ojos quienes no tenían expresión alguna. Cuando este chico se ponía serio era porque algo pasaba.
-¿Qué pasa?- pregunte confundida.
Parecía bloqueado. Pensaba cada palabra que iba a decir.
-¿Quieres ser mi novia?
Una sola palabra para describirme: en shock.
¿Su novia?, jamás imagine que me lo pediría o al menos en ese momento. Mi cara de confusión lentamente se convirtió en una gran sonrisa.
-Claro que sí.
Sonrió ampliamente besándome de nuevo.
Veíamos la película de comedia mientras comíamos la pizza. Pero yo no estaba ahí, yo estaba hundida en mis pensamientos.
¿Acaso esto es real? ¿Acaso soy la novia de Daniel Miller el mejor amigo de mi hermano?
Alex vendría el domingo, así que pasamos la noche durmiendo en mi habitación.
Al siguiente día un ruido de la puerta me despertó. Por un momento me tranquilice pensando que era Daniel pero mire a mi derecha y estaba dormido como un bebe.
Escuche los pasos en la escalera y como alguien lentamente abrió mi puerta.
-Hola, Lesl…- se quedó callada al verme. Era Gemma.
Es que no era para menos: un chico en mi cama, junto a mí, abrazándome dormido.
Casi susurrando pregunto -¿Leslie, que es esto?
Estaba aterrada, si mi padre cruzaba esa puerta estaba metida en serios problemas y de paso también Daniel.
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