Una sola regla

Capitulo 25

¡Hola de nuevo!, los he extrañado mucho.

Recapitulemos…

Jonathan descubrió la relación de Leslie y Daniel. Este mismo hizo una incómoda escena para Leslie. Ella (sorpresivamente) termino “golpeándolo”.

Continuemos…

Terminaron separándome de él. Lo mire con odio.

Un agonizante silencio inundo el lugar. Jonathan acaricio su lastimado y rojo cuello marcado por mis manos, Bruno y Alex me miraban asombrados y Daniel tenía una mirada vacía y perdida.

Tense mi mandíbula y empuñe con enojo mis manos.

-Eres un grandísimo idiota.

Subí hasta mi habitación bastante alterada. Juro por Dios que si seguía ahí iba a acabarlo.

Me senté en mi cama. Mi vista estaba fija en una dirección “la puerta”, mi mayor miedo era que alguien entrara (especialmente si se trataba de Alex).

¡Oh por Dios! Alex ya lo sabía. De seguro me haría preguntas. Que estúpida actitud tome. No debí dejarme llevar por ese imbécil. Jonathan debe estarle contando todo. Acabe con esta amistad. Soy lo peor. Alex debe estar furioso. Alex…

-Relájate un poco- automáticamente supe que quien me hablaba era mi mente.

-Estoy relajada.- pero qué clase de tontería estoy haciendo. ¿Acaso estoy hablando sola?, definitivamente me estoy volviendo loca.

-No estás loca… solo un poco preocupada eso es todo.

-¿Cómo lo sabes?

-¿No es obvio?, soy tu mente. Definitivamente eres más tonta de lo que crees.

-Bueno puede que eso sea cierto. ¿Qué hago ahora?

-Esperar…

-¿Sabes? No ayudas mucho.

-Lo siento pero debes esperar que te dice Alex. Por favor ahora no hagas nada estúpido. Solo mantén la calma.

-Okay, ¿cómo se supone que haga eso en esta situación?

-¿Ahora hablas sola enana?- esa voz me saco inmediatamente de mis pensamientos. Dios santo era Alex. Un Alex que no se veía para nada molesto.

-No hablo sola- mentí –solo medito. Eso es muy relajante.

-¿Qué fue todo eso?- la casa quedo en un gran silencio, cosa que me indico que los demás se habían ido. –Era solo una broma. Tu misma conoces a Jonathan, a veces puede llegar a ser insoportable- sus labios marcaron una pequeña sonrisa.

-Sí, solo que…- odiaba tener que mentirle. Quería decirle todo pero lo conocía muy bien, el no tomaría esto para nada a la ligera y mucho menos bien. Esto no era fácil.

-No pasa nada solo déjalo así- su cara no pareció aguantar más y empezó a reír –debiste ver tu cara y la de Jonathan- tomo un poco de aire para volver a la compostura. –Debo confesar que por unos mini segundos tome enserio sus palabras, pero demonios, Daniel, tu eso es imposible, simplemente imposible- sus risas no cesaban.

“No Alex, no era imposible, era más real de lo que crees”.

-En fin estaré en mi cuarto por si necesitas algo. Ten cuidado pequeña ninja- creo que me he ganado un nuevo apodo.

*Daniel*

Toda esta situación había sido una completa mierda. Me relaje al ver como Alex tomo las cosas. Pensó que todo fue un simple chiste que se salió de control.

Salimos de la casa. Estaba furioso. Realete enojado.

Nos dirigimos hacia mi auto. No pude aguantar más, tome a Jonathan con fuerza de su camisa obligándolo a mirarme a los ojos.

-¿Eres idiota o te haces?, como se te ocurre hacer tremenda escena. Madura- sus ojos también destellaban rabia. Me empujo con fuerza.

-Tremendo imbécil. Aquí quien tiene que madurar eres tú. Te haces el inocente pero eres todo lo contrario.

Me acerque a el muy dispuesto a golpearlo. Apreté mis puños con fuerza al punto de ver mis nudillos blancos, mis ojos tomaron un color rojo y en mis brazos se podían ver las venas. Jonathan estaba igual.

-Esperen idiotas- nos detuvo Bruno –no entiendo nada, ¿Qué pasa aquí?

Jonathan lo volteo a mirar con desdén –idiota, ¿Qué no es obvio?- Bruno arrugo su ceño –este imbécil esta con Leslie.

Bruno me miro asombrado. Su mirada delataba querer una respuesta.

Los empuje a los dos quitándolos de mi camino. Entre a mi auto y con fuerza golpee el volante. Necesitaba estar solo.

Llegue a casa pero este día de pesadilla apenas empezaba…

Tire mis llaves al ver a la persona sentada en aquel sillón. Mis ojos se abrieron como platos.

-¿DEREK?, ¿Qué estás haciendo aquí? Por qué viniste- a su lado tenia a una voluptuosa chica rubia más o menos de mi edad (cosa que no me sorprendía). Aquel hombre era mi padre. Rodeado de mujeres jóvenes las cuales solo buscaban dinero. Me había acostumbrado, desde pequeño podía ver como engañaba a mi madre.

*Flashback*

-Mami, mami mira el dibujo que le hice a mi papi.

-Es muy hermoso cariño. Será una gran sorpresa luego de tan largo viaje volverás a ver a tu padre- asentí con mucha felicidad.

Entramos con mucho cuidado y sigilo de no hacer ruido.

Abrí la puerta de la recamara principal y me encontré con una de las escenas más horribles y dolorosas que mi mente jamás borrara.

-Papi, papi mira te hice es…- solté aquel dibujo. Mi padre con mi niñera bajo las sabanas… SIMPLEMETE TRAUMATIZANTE.

Mi madre luego de unos segundos subió las escaleras encontrándose con aquella escena. Después de eso mi vida jamás fue igual.

Mis padres se divorciaron y yo caí en una horrible depresión. Con el tiempo disfrace mi tristeza con fiestas y mujeres…

Por eso lo odio.

*Flashback fin*

-Oh hijo, gracias por preguntar como estoy- su sarcasmo llenaba aquella habitación. –me has extrañado.

-Claro que no, te prefiero lejos, muy lejos de mi madre y de mí.

Tomo atrevidamente una botella de Ron de la mesa, sirviendo así una copa para él y la chica –puedes por favor dejar de hablar de Merie con tan solo escuchar su nombre me da dolor de cabeza- rio a carcajadas con la rubia.

-Por qué mejor no te largas tu Derek, tú y tu rubia.- Con el tiempo deje de llamarlo padre, ahora solo era Derek.




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