Capitulo 33

De finitamente este no fue el fin de años que meses atrás imagine.

¿Qué clase de maldita broma es esto? ¿Acaso es en serio?, pasare navidad sin mi padre quien se encuentra en el extranjero, sin mi hermano quien aprovecha al máximo estas vacaciones –aunque no lo culpo porque si yo estuviese en su lugar haría lo mismo, después de todo son sus últimas vacaciones como un despreocupado adolecente antes de entrar de lleno en la universidad; Evan está al otro lado de la ciudad con su familia, Michel está disfrutando cada jodido segundo de su magnífico viaje a Brasil por el cual ahorro todo el año y Daniel… debe estar más que feliz lejos de mí en esa una universidad.

Al final de cuentas mi única compañía es Gemma ¿Quién lo diría no?

*Daniel*

El ambiente aquí es un tanto agradable, claro está, todos son mucho más maduros de lo que estaba acostumbrado pero por lo menos me he hecho buen amigo de Mateo, él es bastante agradable; aunque para ser sinceros no es nada de mi gusto pasar navidad en esta pequeña habitación. Estudiar economía ha sido difícil y más si hablamos de un sitio como esta universidad en la que tienes que estudiar permanentemente para asegurarte de seguir en ella.

Mi madre, Derek, Alexander, los tontos de Bruno y Jonathan y Leslie deben estarse divirtiendo como nadie… en especial ella, más aun que no estoy allí para molestar en su vida.

1 AÑO DESPUES…

Tal y como en el comienzo lo pensé fue muy difícil adaptarme a la idea de que no vería todos los días a Daniel y Alex e incluso llegue a la conclusión de que me acostumbre a Bruno y Jonathan por mas insoportables que parezcan.

Fue de gran ayuda tener a Michel y Evan (quien por cierto trato de olvidar aquel incidente entre los dos) cosa que agradezco inmensamente.

Me concentre mucho más en mis estudios y quise demostrarme a mí misma que podía seguir, porque si algo tenía muy claro era que no quería ser de esas chicas que necesitan tener a esa persona a su lado solo para sentirse en equilibrio. No. Yo quería valerme por mi misma y ser fuerte.

No para demostrarles a los demás, sino para demostrármelo a mí.

Alex y yo tenemos una relación mucho mejor, aunque no puedo negar que sigue siendo un tanto incomodo mantener una conversación solo él y yo. Es triste que tuvo que irse a otra ciudad para estudiar pero mantenemos conversación por redes sociales constantemente.

Suena sorprendente que fui aceptada en la “Universidad Bestford” mejore mucho respecto a las calificaciones; al poco tiempo supe que Daniel estudiaba ahí, trataría de ignorar eso porque después de todo solo debía ir a estudiar y no buscarme más problemas de los que tuve el año pasado… ¿verdad?

Viaje hasta esa ciudad solo para poder entrar a la universidad. La familia de mi madre vivía cerca ahí.

-Quiero presentarles a alguien –la expresión de ella me dedujo que estaba bastante emocionada. Me abrazaba de medio lado mientras me sonreía. –Ella es Leslie, es mi hija.

Aquel hombre me miro con una gran sonrisa como si ya nos conociéramos de años. –Es un placer Leslie, no tienes una idea de cuánto nos ha hablado Luz de ti; no sabes cuánto tiempo estuve esperando para por fin conocernos. –el señor parecía agradable y aunque sus gestos indicaban que quería tener una respuesta de mi parte no tenía ni idea de que decir.

-Pues… pues un – no quería verme incomoda pero era más que claro que no lo estaba logrando. –Es un gran placer señor (…) - hice un gesto de confusión pues no recordaba del todo su nombre.

-Gabriel – me susurro mama.

-Gabriel – recalque en voz alta a lo que el sonrió y asintió. Una pequeña niña salió de al parecer una de las habitaciones un tanto adormilada, pues al parecer nuestra conversación había logrado despertarla. De inmediato le sonreí.

Me miró fijamente y puso expresión de sorpresa – ¿ERES LESLIE? –asentí y sin previo aviso me abrazo llegando hasta mi cintura; un tanto confundida le correspondí feliz el abrazo; a lo que Luz dijo.

-Es la pequeñas Helen es tu hermana… tu hermana pequeña –oh Dios en que momento paso todo esto, tenía una hermana pequeña y sin lugar a dudas inmediatamente de conocerla le tome gran cariño.

Tome la decisión de que quería vivir en los dormitorios de la universidad, ellos me habían ofrecido su casa pero era claro que me seguía resultando extraño adaptarme a la idea de volver a ver a mi madre luego de tanto tiempo, encontrarme que tengo un padrastro y una pequeña hermana… trataba de asimilarlo de buena manera pero creo que para todos eso sería una bomba.

¿Oh estoy exagerando? No lo creo…

Esa universidad era mucho más grande de lo que yo pensaba; tarde casi una hora en encontrar a la secretaria y a la recepcionista quienes me dieron las llaves de la habitación 505.

Luego de media hora buscando el maldito número al fin lo encontré. Puedo decir con seguridad que parecía una loca con el pelo hecho un verdadero desastre y mi cara sudando pero qué más da. Al entrar me encontré con quien supuse seria mi nueva compañera de cuarto.

Tenía el cabello largo con un peculiar color rosa intenso, estatura media, rasgos a mi parecer peculiarmente asiáticos llevaba con sigo una falda (recuerdo perfectamente) negra y suéter rosado, tenía un rostro tierno y lindo. Me había tardado tanto que ella ya había desempacado e inclusive estaba sentada pintándose la uñas de los pies. Esta misma levanto levemente la cabeza y me miro de pies a cabeza, tal como yo lo hice con ella.

-Eh, hola tú debes ser mi nueva compañera – se quedó en silencio por un momento mirándome pero luego continuo. –Lo siento debes creer que soy una mal educada ¿verdad? – inmediatamente negué con la cabeza. –Mi nombre es Rose como mi cabello. –Se señaló a ella misma y yo reí ante su inesperado comentario a lo que ella me imito riendo de igual manera. Me miró fijamente por unos segundos a lo que me le quede viendo confundida ante su repentina actitud pero luego entendí que buscaba saber de igual manera mi nombre.