Estaba muy emocionada. No podía creer lo que veía.
-Sí, soy yo Daniel no te preocupes estoy aquí. No te muevas ¿de acuerdo? llamare al doctor. –Antes de literalmente salir corriendo en busca de uno le volví a repetir –no te muevas.
Merie y Alex sintieron como el largo viaje había valido la pena; ahora Daniel había despertado y con ello todo empezaba a mejorar.
Aun se veía débil, había perdido completamente el color y sus labios estaban notoriamente secos y un poco quebradizos; Alex y yo caminábamos al lado de Merie quien empujaba con una notoria sonrisa la silla de ruedas que lo sostenía.
-Hijo ya verás que muy pronto estarás como antes. –El miedo de Daniel era evidente, él no estaba acostumbrado a depender de otras personas, jamás se hubiese imaginado estar en una silla de ruedas. –No te preocupes es temporal, el medico nos recomendó que lo mejor en los primeros días es que estés en ella –el simplemente asintió con una pequeña sonrisa de inconformidad.
-Eh, Leslie –rápidamente me gire a mirarle, con Alex al lado la situación aún resultaba algo pensada aunque (visiblemente) mucho más calmada que antes. –Muchas gracias de verdad. –sonreí instantáneamente aunque me sonroje al recordar en qué posición me encontró al despertar –me contaron que estuviste acompañándome los días en que estuve en el hospital, realmente lo agradezco. –simplemente asentí mientras le restaba importancia a mí acción; no había sido para nada un esfuerzo quedarme con él durante estos días, al contrario ello me hacía feliz.
Aparcamos el auto en el estacionamiento y llegamos al departamento de la universidad; Merie tenía un par de compromisos que cancelar y por esa razón debía irse para volver justo en la noche y Alex debía llamar a Bruno y Jonathan además debía enviar un correo importantísimo para su trabajo, mientras que Mateo se encontraba en clases; estábamos contra la espada y la pared ¿Quién acompañaría a Daniel?
No lo dejaría solo, así que tome un respiro y sin importar que pensara o dijera mi hermano al respecto me aproxime –yo puedo ayudar; señora Merie usted puede irse y hacer lo que necesita mientras yo me encargo de ayudar a Daniel en lo que sea, no se preocupe. –todos se quedaron callados ante aquella respuesta, nos mirábamos unos con otros mientras yo estaba muerta de nervios por dentro.
¡Que no mal piensen! ¡Que no lo malinterpreten, por favor!
-Pero Leslie, no lo sé, lo mejor es que des… -Merie fue interrumpida por Daniel.
-Sí, Leslie me podría ayudar no se preocupen ¿segura? –expreso refiriéndose a mí, a lo que yo asentí inmediatamente con una gran sonrisa. Escuche claramente como Alex soltó un bufido de disgusto (quedaba claro que mi hermano aun no lo superaba).
¡Pero que se joda, no dejare a Daniel en esta situación solo para complacer sus caprichos, además no haríamos nada, simplemente le ayudaría por hoy! ¿Acaso algo malo podría pasar?... lo dudo.
Ambos, minutos más tarde, salen dejándonos solos en la mini sala. Agacho levemente la cabeza mientras me le quedo viendo, se ve tan tierno que podría quedarme aquí todo el día sin importar nada.
¡Pero que estás haciendo tonta! estas aquí para ayudarlo no para quedarte hay parado como una idiota viéndolo, haz algo – ¿Qué podría hacer sin ti conciencia?; me aproximo hacia la silla ofreciéndole mis brazos para que se sostuviera, el chico orgulloso que tengo en frente no está dispuesto a mostrarse débil ante mi ayuda, más bien se sostienen del apoyo de brazos de la silla mientras su cara refleja el esfuerzo inhumano que hace tratando de sacar fuerzas de donde ha perdido, este mismo termina rindiéndose y cayendo nuevamente en ella.
Ni más ni menos, siempre ha sido un terco. –Ves lo que haces tonto, déjame ayudarte.
-No, no te preocupes yo puedo solo. –reí ante su respuesta, acababa de caer y seguía con lo mismo.
-Aja, si –dije con evidente sarcasmo que al parecer a él no le molesto en lo absoluto. –Se nota que puedes solo, lo haces tan bien que mira caíste nuevamente en la silla. –me agache quedando en cuclillas para poder mirarlo a los ojos. –Daniel hablo en serio, déjame ayudarte –aparto su mirada de mi mientras asentía con clara desconfianza.
Su mano tomaba uno de mis hombros mientas la otra se agarraba de atrás de mi cintura, las mías tomaba fuertemente su abdomen (debía asegúrame de que no cayera). Su fuerte agarre hizo que mi bolso impactara en el suelo haciendo que todas mis cosas quedaran esparcidas en todo el lugar. Rápidamente me agache, Daniel muy apenado hizo lo mismo sabiendo que le había advertido que no lo hiciera.
-¡Perdona! no fue mi intención, en serio. –decía mientras con clara molestia intentaba no demostrar el dolor que sentía por el reciente accidente.
-No hay problema, no te molestes puedo hacerlo sola. –pero nuevamente no me hizo caso.
Su presencia tan cerca de mí me impacientaba además temía que se lastimara con alguno de los objetos, pero razonar con él era imposible.
Sus manos casi instantáneamente pararon ante un objeto; yo estaba ocupada acomodando todas las cosas en su lugar pero su repentino interés en lo que sea que tuviera en sus manos me hizo parar.
- ¿Qué pasa? ¿Qué puede ser tan... interesante? -Mordí mi labio ante aquello. ¿Qué podría decirle ahora? Estaba expuesta; pero él no me miraba, sólo estaba concentrado en aquella foto. -Mira no es lo que piensas yo... -me calle en el momento en que supe que había captado toda su atención -no fue mi intención mirar tus cosas pero verás Mateo me pidió ayuda y… –las palabras no lograban salir tan fluidamente; me sentía una tonta y mi mente estaba en blanco. –Lamento husmear tus cosas Daniel y… –sus brazos rodearon mi cintura haciéndome callar de inmediato.
Estaba en Shock ante aquel gesto. Daniel me estaba abrazando. Lentamente mis brazos envolvieron su cuello, sintiendo aquella cercanía que extrañaba desde hace tantos meses.
Todo el frío y dolor que había sentido desaparecieron instantáneamente y por arte de magia en ese mismo segundo.