Capitulo 38

Intente abrir los ojos poco a poco y con precaución. Tenía un ligero miedo de que todo no fuese más que un simple sueño. La luz por un segundo inundo mis ojos; me removí un poco pero me quede quieto en el momento que sentí sus brazos envolviéndome suavemente.

Mis manos lentamente subieron hasta su cabello castaño; de repente sus ojos un poco adormilados me miró con una pequeña sonrisa la cual yo devolví con gusto mientras con la yema de mis dedos palpaba su mejilla.

-Buenos días, enana –alcance a decir, sus labios se encontraron en un breve segundo con los míos.

-Hola –se sobresaltó en el momento en que su celular sonó –Oh Dios, debe ser Rose –se envolvió en aquella cobija blanca y fue tras él.

*Leslie*

Me sorprendo enormemente al escuchar esa voz. No me lo esperaba en absoluto.

-A-Alex hola ¿y e-eso que me llamas?

-Hola Les ¿no te alegra? –me alegraba pero en aquella situación era un tanto incómodo.

-Claro, solo se me hace extraño; hace mucho no hablábamos. –Logro escuchar una pequeña carcajada por parte de su línea.

-Me entere que estas en un campamento –asentí aunque sabía que él no estaba viendo – ¿y haz estado bien? ¿Nada inusual? –No supe que responder en esos momentos – ¿Leslie? ¿Estás ahí? ¿Hola? –que tonta debía contestar algo.

-Sí, todo bien –simplemente escuche un “hujum” en señal de aprobación –nada nuevo ya sabes, tontas excursiones de niños de secundaria. –No pareció muy convencido pero igual cambio de tema.

-También llamaba para avisarte que muy pronto te visitare –espero una respuesta de mi parte pero no consiguió más que el silencio absoluto –ya sabes todos te extrañamos por aquí, enana –por lo menos ahora todo estaba mejorando entre los dos, por fin empezaba a sentirme como antes.

-Muy bien, puedes venir cuando quieras pero ahora me tengo que ir, ya sabes cómo es Rose –al término de la llamada unos brazos me rodearon mientras me pegaban más a sus pecho, levante levemente la cabeza para mirarlo a los ojos mientras él me sonreía y daba un beso suave en la cabeza; me aferre fuerte mientras cerraba los ojos y contemplaba este momento; pero el sonido de un timbre nos interrumpió, Daniel extrañado por la repentina insistencia rápidamente abrió.

Una jadeante y pálida y acalorada Rose lo miro por unos pocos segundos cansada y tratando de obtener nuevamente aire – ¿Rose? ¿Qué haces aquí no deb…? –ella ni siquiera lo dejo terminar, pues lo aparto bruscamente mientras corría hacia mí.

-Oye, míralo que me has hecho pasar; han estado preguntando por ti muchas personas y yo he tenido que inventar mil tonterías solo para que no te descubrieran, y tú sigues aquí de lo más tranquila aun con una sábana. Cámbiate ya o si no todos los van a descubrir.

Rose acababa de vernos en una penosa situación pero eso era lo que menos me importaba ahora; Daniel rápidamente se cambió y se mezcló con su grupo de amigos mientras ella me miraba un tanto enojada de reojo.

Me senté a un lado de la cama junto a ella –Oh por favor no te enojes ahora, mejor dime ¿Qué hiciste anoche? –Su cara dejo de ver el celular para pasar a mí con una sonrisa que por unos segundos pareció falsa pero me convencí a mí misma de que yo estaba exagerando –esa cara lo dice todo, pequeña pillina Rosie.

-Estuve con Wilson, además no te atrevas a llamarme “pillina” cuando tu bien sabes que estuviste haciendo en esta habitación anoche –su rostro en un instante me miro con preocupación mientras me tomaba por los hombros – ¿usaron protección verdad? tal y como te lo dije –al no obtener respuestas blanqueo los ojos –eres tonta que… -para evitar que siguiese hablando rápidamente le conteste.

-Claro que si, además deja de preguntarme por lo que paso anoche, me avergüenzas –esta misma rio a carcajadas mientras la miraba extrañada.

-No te hagas, imagino que anoche no estabas para nada avergonzada –mis mejillas se tornaron rosadas mientras me levantaba para ir por un vaso con agua.

Esta era nuestra última noche en el campamente y por supuesto los estudiantes habían organizado algo así como una “fiesta clandestina” a la que yo no tenía muchas ganas de ir pero Rose no parecía tener intenciones de dejar de participar.

Rose se vistió más relajada de lo normal con un short y una camisa roja bastante holgada de combinaba con el color de su cabello y yo con un pantalón negro y un crop top negro de tirantes.

Algunos estudiantes tomaban y servían alcohol, otros estaban frente a la fogata y otros simplemente hablaban entre ellos; Rose prácticamente me arrastro corriendo hasta la mesa en que rápidamente se sirvió un par de tragos.

No me sorprendería para nada que en un par de minutos ya se encontrara borracha, la aleje de las bebidas y me senté junto a ella en uno de los troncos; los bichos no se hicieron esperar (eso era lo que odiaba de los campamentos, ser prácticamente comida viva por pequeños mosquitos) para su suerte y mía llevaba en mi bolso repelente.

Entre la multitud divise a Daniel quien tomaba un par de tragos, mi mano instintivamente trato de saludarlo a lo que él respondió haciendo lo mismo y regalándome una sonrisa; en ese instante siento un peso en mi hombro, volteo y veo a Rose sobre mí, con la mirada aparentemente perdida en sus pensamientos o en no sé qué, ella nunca es así, ella siempre tiene una buena actitud y más si se trata de estos eventos.

-Ahora ¿a ti que te pasa? –no mueve sus cabeza pero sus ojos nuevamente se centran en mi (claro está mirándome de reojo)

-Nada, solo que Wilson me tiene harta –no fui capaz de decir nada pero la expresión de mi rostro lo decía todo “a veces esta chica era bastante rara y bipolar. Primero estaba muerta de amor por él y ahora que él quiere estar con ella simplemente lo desecha”. –se lo que estás pensando “que soy una loca bipolar” pero de verdad no me gustan los chicos así.

Una repentina notificación sonó en mi celular pero trate de ignorarla, en este momento lo más importante era la pequeña y sensible Rosie – ¿Por qué pequeño y bipolar repollo morado? –Esta misma rio con aparente tristeza por el sobrenombre alusivo a su color de cabello –ayer estabas tan entusiasmada y ahora mírate.