CAPITULO 1

Los primeros brotes de Sakura se hacían presentes en el árbol acrecentando aún más su hermosa vista, y por si fuera poco a esta se le sumaba la belleza de una joven dama que curiosamente practicaba un muy peculiar baile a las faldas de este.

La joven en cuestión, tenía el cabello levemente recogido en una sola trenza que iba hasta sus caderas y que gracias a los movimientos ejercidos en la denominada “Danza de Cuchillos” este se movía grácil y elegantemente. Digno de admirar y no interrumpir. Ciertamente un deleite para los ojos.

AYun

Y entonces una dulce y suave voz se escuchó, provocando que la hermosa joven dejase de practicar tan llamativa danza.

¡Madre! – exclamo llena de entusiasmo, y olvidándose de todo lo demás corrió a sus brazos.
 

AYun no corras – recrimino la elegante mujer

La joven en el mismo momento detuvo su carrera para aproximarse con paso calmo hacia aquella hermosa y elegante mujer, procediendo en el acto a saludarla con una elegante postura.

Madre
 

Mi pequeña peonia – acariciando los cabellos y acomodando algunos mechones que se habían salido en la carrera – así que practicando para el cumpleaños de ALing
 

Si, madre, pero siento que no es el regalo más adecuado – admitió la hermosa joven

La mayor de las mujeres elevo una ceja, interrogando con la mirada a su preciada peonia y no era la única, las criadas que acompañaban a Madam Jin, opinaban lo mismo.

Si me disculpa mi señora y la señorita debo decir que se equivoca, su danza es totalmente magnifica.
 

Concuerdo con Ji Lui – acoto la otra doncella – su danza es simplemente majestuosa que los mismos dioses quedarían embobadas con la señorita
 

Por favor deténganse que me harán sonrojar – menciono la menor llevando una mano a su mejilla – no creo que…
 

AYun, no tiene caso que lo niegues, sabes tan bien como yo que Ji Lui y Lao Zhan no darán su brazo a torcer – ambas doncellas asintieron ante lo dicho por su señora – además es verdad, así que no quiero ir de nuevo que no eres buena o digna.
 

Si, madre
 

Bien, entonces regresemos a la torre Koi, que de seguro tu querido ALing ya habrá de haber llegado de Muello de Loto

Entonces sin aviso la hermosa joven empezó a correr, no fue que unos metros lejos recordó que no se encontraba sola y girando sobre sus pies, noto a su madre y las dos doncellas detrás de la misma, la que reían con discreción por el accionar tan gracioso de la señorita. Y es que, que se puede decir de la primera y única señorita del clan Jin, es un misterio incluso para los ancianos, porque si bien estos eran tan rectos como lo serían los ancianos del clan Lan, su rectitud flaqueaba al momento en que la mera presencia de la joven se hacía presente, y es que como negarse a la brillante y enigmática sonrisa de tan carismática señorita, y más cuando hacía muchos años debido a la guerra que en ese momento se suscitaba, muchas personas murieron.

Pero esta pequeña luz llego cuando nadie se lo esperaba y menos aun de la rama principal, ¿Quién podría imaginar que nuevamente el matrimonio entre Jin Guang Zhan y Jin Yuzhin o mejor conocida como Madam Jin volverían a tener una hermosa hija?, y más aún que esta pequeña fuera la luz de no solo el líder del clan Jin si no de su hijo, nuera, nieto e incluso del mismo Men Yao.

Pero ahora eso no podía importar menos, ya que la ahora sonrojada y sonriente señorita que esperaba por su madre, rezaba por no ser regañada por correr de esa forma y más aun siendo ella la persona que era.

Yo… lo siento madre – pidió haciendo una reverencia – me emocione de ver a Gege que yo solo
 

Esta bien AYun, no importa, se lo importante que es para ti A-Ling, pero te pido que seas más recatada cuando nos encontremos en presencia de ese uhm Men… A-Yao – se corrió rápidamente.
 

Madre – regaño la joven, aunque esto ni siquiera hizo que Madan Jin se quejara o mencionara algo más – bueno entonces vamos

Las doncellas intercambiaron una mirada entre ellas y negaron, conocían muy bien a su señora y lo hacían no solo por el tiempo de servicio que llevaban con ella, sino porque ellas mismas se encargaron de cuidar de su maestra cuando el líder del clan Jin dejaba la comodidad de su hogar y se dedicaba a… “exorcizar” otros lugares, bueno… digamos que no era muy agradable sumado a eso que ella estuvo a punto de pedir un divorcio por las faltas que su esposo había cometido contra ella, se enteró de que esperaba un nuevo miembro para la familia; esto impidió que reclamara un juicio digno para si misma, ya que si ganaba ella se iría pero dejaría a su hijo recién nacido y para ese entonces su pequeño nieto recién cumplía los dos años y los padres del menor aún se encontraban recuperándose de las heridas ocasionadas en batalla. Realmente lamentable, durante ese tiempo un escuálido y un tanto desarreglado joven Meng Yao se había hecho de un nombre en la denominada Campaña para derribar el Sol, junto con los jóvenes Nie MingJue y Lan XiChen, volviéndose los tres hermanos jurados; algo que lastimo – aún más – el orgullo de la dama de Jin, y mas porque su hijo de sangre se encontraba en mal estado y todo por el tonto primo menor de este que había ocasionado la gran herida que había sido atribuida al general fantasma.