- Entonces… en resumen, intercambiaras cartas con la joven dama del clan Jin – fue la afirmación del mayor ante la sonrisa de su joven sobrino
- Es así – respondió, a la par que seguía escribiendo unas cuantas líneas en el pergamino
- Xichen… llamo, buscando la atención del joven – no crees que es algo…
- Para nada – refuto de manera instantánea – solo compartimos una pequeña amistad
- Realmente piensas que … ¿así será?
- Tío – el joven Lan dejo de escribir y clavo aquellos amatistas en los de similar color que lo miraban con preocupación – hay algo que te moleste o necesitas decirme
Ante la frialdad disfrazada de cortesía, el maestro de Gusu, trago saliva y pestañeo varias veces, enfocando nuevamente a su sobrino, el mismo que se mantenía con aquella sonrisa en aquel rostro de alabastro color y un jadeo involuntario amenazo con huir.
- Si, Xichen… admitió, armándose de todo el valor necesario – hay algo que necesito decirte
- Bien, te escucho – fue la simple respuesta
- No me parece bien que entables una relación tan … detuvo sus palabras y busco una que no se viera tan ofensiva para lo que el pensaba – cordial con aquella joven dama – argumento seriamente
- Tío, en otras palabras, me prohíbes entablar lazos con ella
- Si lo pones de esa manera es … exactamente lo que quise decir – asintió satisfecho por el rápido entendimiento de su amado sobrino
- Lamento decepcionarte entonces – la felicidad que invadía el pecho del mayor Lan fue cortada con la corta oración
- ¿Qué?, ¿Xichen, que has dicho? – pregunto, aun perplejo
- Lamento que en esta oportunidad, no seguiré con sus deseos – fue la respuesta del joven Jade que en un elegante movimiento acabo de pie
- ¡LAN HUAN! – el antiguo Lan, no pudo evitar gritar
- Tío, gritar está prohibido dentro del Receso de las Nubes – inclino levemente la cabeza y dejo ver una sonrisa un tanto espeluznante
- ¡LO PROHIBO LAN HUAN!, ¡LO PROHIBO! – rugió extremadamente furioso
- No tiene esa potestad, Tio, es para mí una pena tener que discutir contigo pero – camino hasta llegar a su altura y pararse a la altura de su hombro – ya no soy un niño pequeño
- Tu padre…
- Mi padre no tiene nada que ver en este asunto – rebatió al momento – yo tomo mis propias decisiones así como Wanji o como tu, y el hecho de querer mantener comunicación con aquella dama es una de ellas
- No entiendo, ¿Por qué ahora Lan Huan? – miraba el piso con incredulidad plasmada en la voz – con anterioridad te presente a muchas jóvenes y doncellas en edad casaderas, pero siempre las rechazaste al igual que tu hermano
- Tío
- No Lan Huan, no entiendo
- … el cansado Jade solto un suspiro e intento ponerse en los pies de su familiar – entiendo
- ….
- Entonces el honorable tío ¿podría concederme un favor? – pregunto haciendo una leve reverencia
- Este Tío escuchara
- Pido que me acompañe a la cacería organizada por la secta Lanli Jing – pidió cortésmente, acompañado por esa hermosa sonrisa
- Acepto
- Gracias
- Así podre evaluar a la joven dama, y saber si es digna de tu atención, con permiso – y sin mas el mayor de los Lan despareció de Jianshi
- Es lo menos que podía esperar – y sin mas el joven volvió a su escritorio, donde había dejado el pergamino a medio hacer – bien, uhmm ¿en dónde iba?, a si – sonrió al recordar y volvió a agarrar el pincel y plasmar sus memorias
En aquella situación todo el mundo podía ver que la tensión podría fácilmente ser cortada con una hoja.
- Y bien… un hermoso joven de vestiduras doradas como la hermosa peonia que crecía alrededor de la secta Jin – que es lo que hacías en la habitación de
- Mi Hermana/ Mi prima – se le adelantaron dos personas, que al igual que el anterior se habían parado flanqueando ambos lados.
Jiang Cheng no sabía en donde ocultarse o más bien, no sabía cuál fue el último momento en que alguien le había llamado la atención, y más importante aún es que esta situación la imagen de un sonriente Wei Wuxian llego a él, inconsciente y ajeno a su situación, que no vio venir una bola de papel, arrojad por Jin Ling. Momento de despertar del joven de mirada ceniciento y enfocando su mirada al que en aquel momento lideraba aquel regaño – maldición este no es momento para pensar en ese idiota – y en pequeño estornudo se escucha en la habitación, haciendo que la atención de aquellas tres personas, se posaran de inmediato en la pequeña joven.
Editado: 13.07.2020