CAPITULO 8
Los años no habían pasado en vano, y muchos que en antaño fueron unos niños indefensos el día de hoy se habían convertido en jóvenes fuertes, valientes y llenos de vigor; muchos de ellos resaltaban en las distintas áreas, y pocos en todas ellas; y de entre ellos el más sobresaliente era sin duda Lan Sizhui, quien era seguido de muy cerca, por Jin Ling, ambos jóvenes, tenían sobre sus hombres un gran peso, porque se esperaba de ellos la perfección. Ambos tan similares y a la vez tan diferentes, con historias diferentes que tienen una fuente en común, o mas bien dicho a una persona en común, que siempre los ha unido: WEI WUXIAN.
En el Receso de las Nubes, el joven Lan antes mencionado, recorría los pasillos con suma rapidez, misma que podría llevarlo a un castigo, pero poco le había importado, debido a la noticia que en esos momentos necesitaba llevar a su padre, y más cuando esta se trataba acerca de su desaparecida “madre”.
- ¡PADRE! – entro al Hanshi, casi derrumbando la puerta.
- A-Yuan, gritar está prohibido en el Receso de las Nubes – Lan WangJi respondió sin siquiera apartar su mirada de aquel pergamino en el que seguía escribiendo.
- Lo siento – hiso una pequeña reverencia – pero es algo urgente – con esto último el hombre dejo de lado el pincel y centro aquellos ojos amatistas en su hijo, mismo que había permanecido en silencio.
- Prosigue.
- Si, hacia unas horas que me dispuse a practicar Inquiry* y en el momento en que pregunté por madre algunos de los espíritus parecían confundidos, o más bien asombrados, porque según ellos, años atrás cuando sucedió lo del asedio a la Montaña de Yiling y su alma se encontraba “descansando” algo sucedió y desapareció – para esos momentos el Segundo Jade de Gusu tenia una batalla en su interior – algunos pensaron que había desaparecido, debido a todos los rituales que se realizaron para que no volviera al mun… ¿padre?
Lan SiZhui, detuvo sus palabras al notar que estas en vez de brindarle un poco de paz, provocaron todo lo contrario, y pese al rostro inexpresivo, sus ojos tan iguales a los suyos, lo delataban, y por si eso no era suficiente, las manos siendo fuertemente apretadas y la ola de poder que desato la ira del Segundo Maestro de Gusu Lan.
- A-Yuan
- Si padre – el joven trato de mantener la calma y responder a su padre que parecía realmente furioso.
- ¿Algo más?
- ¿eh?, ah si, pero… – el joven desvió la mirada y el mayor entendió, así qué con tres respiraciones, tranquilizo la ira que amenazaba con resurgir en su interior – gracias; como decía algunos creían que su alma fue destruida, pero la mayoría de ellos concuerda que esta es una teoría una poco tonta, así que…
- ¡WANGJI! – la intempestiva entrada del Primer Jade de Gusu, interrumpió la narración del más joven.
- Tio/Hermano – saludaron.
- ¡Oh!, lo siento, ¿interrumpo alguna conversación?
- Bueno… lo que sucede, Tío es que bueno
- A-Yuan, pedia permiso para practicar con el Guquin en mis aposentos – declaro el menor de los Jades.
- Bueno, si ese es el caso no veo porque negárselo, además A-Yuan es un excelente alumno, WangJi, no agobies tanto al joven.
- Si – fue la corta respuesta.
- En ese caso, me retiro, pido por favor mas tarde a ambos reunirse conmigo y algunos alumnos – sonrió y girándose hacia el menor de la sala, continuo – seria bueno que también traigas a tu amigo, necesito comunicarlos acerca de la cacería nocturna que será realizada por los miembros del Clan LangLi Jin.
La respuesta por parte de ambos fue positiva y con esta misma dejaron que el mayor pudiera retirarse del salón con esa sonrisa característica, aunque unos metros mas lejos, y sin la presencia de nadie en los alrededores este cambio a un rostro más sombrío.
- Padre… tio…
- No importa, continua.
- Si – suspiro, SiZhui prosiguió – como decía, muchos piensan que reencarno, eh aquí lo curioso, porque eso se dio cuando en el mundo espiritual, una gran cantidad de energía se sintió y después, una luz tremenda, se hizo presente y se sintió como una nueva alma descendía a la tierra.
- Ya veo
- Eso quiere decir que…
- Si – asintió el Jade que sonreía o esa era la imagen que proyectaba a su joven hijo – WeiYin
- Madre esta entre nosotros…
La suave brisa jugueteaba y danzaba alrededor de la joven que inesperadamente se mantenía danzando al ritmo de las flores de Sakura que caían sutil alrededor de la misma; y siendo constantemente vigilada por unas miradas llenas de anhelo y otras llenas de amor