El sonido de unas lejanas voces me saca de mis sueños más profundos. Miro el reloj situado a mi lado derecho y observo como marca las ocho y veintisiete de la mañana.
Aún es pronto para despertarme, pero el miedo de volver a tener esa horrible pesadilla, hace que me levante de la cama.
Miro por la ventana, la nieve cae lentamente, dejando el suelo manchado de blanco de nuevo. Ver los copos caer, produce en mí un sentimiento de nostalgia y tranquilidad.
Salgo de mi habitación, para mi sorpresa la puerta de mis padres está cerrada. Aunque en su interior se escuchan susurros. Hablan ¿De mí?
-¿Por qué no quieres contarle la verdad?- Dice mi padre.
-Edgar, no me culpes.- Un silencio.- Tú sabes la respuesta igual que yo.
-No, cariño.- El tono de mi padre es firme.- Sé que lo temes, pero ella tiene derecho a saber, de la familia Hertford.
-Irá a Londres, no hay nada más que yo deba decirle.- Escucho el ruido de las sábanas.- Podrá averiguarlo sola.
Siento entonces una espiral de emociones dentro de mí. Quiero saltar de la emoción que ahora crece en mí.
No escucho más de la conversación de mis padres, al fin y al cabo, es su intimidad.
Bajo las escaleras de dos en dos y voy hacia a la cocina. En ese mismo instante me detengo. La carta que mi madre ha escrito está sobre la mesa, no está guardada en un sobre, mas eso hace que me sienta tentada a leerla.
Niego con la cabeza, se trata de la privacidad de mi madre con Heinz, no está bien que lea nada. Pero sin quererlo estoy rozando el papel y mis ojos empiezan a reconocer algunas palabras.
“Queridísimo Heinz:
Le escribo a ruegos de Cathy, quien ansía visitar vuestro hotel. Pese a mi negación en un principio, he decidido que le daré mi consentimiento para ir a Londres. Donde espero que la cuide como si fuera hija vuestra. No deje que corra peligro.
En cuanto a los preparativos del viaje, le avisaré cuando esté todo en orden, no obstante, debe darme el día que prefiere que su sobrina llegue a Londres. Después le avisaré de los detalles sobre el día de su llegada.
Le ruego que vaya a buscar a Cathy al aeropuerto, mande a Conall si es necesario. Vuestro hotel se encuentra lejos y para acceder a él hay que alejarse unas cuantas millas de distancia de Londres y no quiero que mi querida hija corra peligro en un sitio que no conoce.
Hace un siglo que no tengo noticias suyas ,o mejor ,un siglo que no le escribo. Pero debo serle sincera, no pondré un pie en ese hotel nunca más, ya sabe el motivo. Mas confío plenamente en que pronto nos veamos y podamos revivir los buenos momentos fuera de este. Atentamente:
Tu hermana
Edna Hertford.”
Al parecer me siento un poco disgustada al leer la carta, la imaginaba mucho más interesante. Pero me alegro de haberlo hecho, además ella parece que está segura de que lo voy a descubrir ,así que no será difícil, o eso creo.
Sin saber la razón,empiezo a pensar en el hotel .No recuerdo mucho, el gran recibidor con la escalera imperial que llamaba la atención de todo el que allí se encontrara, la habitación de mis padres con todas las muñecas de porcelana que mi madre coleccionaba cuando era niña, la gran cocina en la que tanto me gustaba estar junto a la tía Emily, para refugiarnos cerca de la estufa… Pero lo que no recordaba era mi habitación,había pasado mucho tiempo desde que dormí allí por última vez.
Mi madre me interrumpe entrando en la cocina, lo suficiente para que mis pensamientos se dispersen y no vuelvan. Me alejo de la carta y me dirigo al otro lado de la mesa, a sentarme.
-Pareces concentrada ¿Qué te mantiene ocupada?-Pregunta con toda la calidez del mundo.
-Pensaba en el aspecto del hotel.
-Es bastante grande, aunque sólo cuenta con unas diez habitaciones o algo por el estilo. Cuando eres niña, te gustaba perderte por los pasillos.-Se acerca suavemente a mi.-¿Qué es lo que quieres recordar? Yo puedo ayudarte.
Es extraño que ahora mi madre se comporte de esta manera tan serena al hablar del hotel, ni siquiera intenta apartar el tema de mi mente. Pero no le doy muchas vueltas, pues prefiero aprovechar que está receptiva y saber que es lo que no recuerdo de allí.
-¿Por qué parece que está encerrado en la época victoriana?-Pregunto pensando en el vocabulario antiguo de mi tío y en el gran hotel.-Cuéntame la historia desde el principio.
-Eso es fácil de contestar.-Carraspea y me mira, como si quisiera hacerme comprender que lo que me va a revelar es algo más importante de lo que parece a simple vista.- Como ya sabrás, el hotel se construyó en el año 1867. Siendo solo una casa de campo normal y corriente,hasta que uno de tus antepasados la compró y la convirtió en el hotel; "la Maison de Beaucoup."
-¿Qué significa?
-No lo sé.- Me sonríe con ternura.- El hotel se hizo famoso al instante y se celebraban fiestas y bailes casi todos los días. Fueron unos buenos años, hasta que estalló la gran guerra.-Hizo una pausa.- Sé que de eso es mucho más adelante, pero la gente no tenía tiempo para asistir a celebraciones. Y entre la guerra y la pobreza, el hotel quedó desolado durante los cuatro años siguientes. Al finalizar, todo volvió a ser como antes, solo que la sociedad se movía y el hotel no. Sus muebles y todo su interior se mantienen hasta entonces como en la época victoriana.- Suelta un suspiro y espera unos segundos antes de volver a hablar.- Es una gran cápsula del tiempo.
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Editado: 15.11.2024