Una trampa para la Diva

Capítulo 8. Un gran paso

Marianne

*

—Es la versión moderna de «La Cenicienta» —bromea Brenda.

Suspiro. Tiene razón.

Estoy recostada en el amplio sofá de mi camerino mientras examino el reloj inteligente que pertenece a Franco. No he pensado en revisarlo y, aunque quisiera hacerlo, se encuentra bloqueado. Sin embargo, cuento con una ventaja que no tenía el príncipe de «La Cenicienta»: el reloj tiene grabado el nombre completo en la parte de atrás.

«Franco Harp».

No es un apellido tan común, mas tampoco único. Ya he revisado en Facebook y encontré suficientes perfiles como para pasarme cinco horas investigando. Podría delegar la misión a Brenda, pero ella me ha mirado con ojos asesinos apenas sospechó que la idea cruzó por mi cabeza.

—Podría grabar un video buscándolo y publicarlo en las redes sociales —sugiero.

Brenda para de escribir en su celular y levanta la mirada hacia mí.

—¿Es en serio, Marianne?

Encojo los hombros.

—Es que…

Brenda niega con vehemencia y se apresura a hablar:

—Hablaste apenas unos minutos con él, Marianne, y encerró a la maquillista en el armario de la limpieza, ¿recuerdas?

—Para ocupar su lugar —contesto y me siento—. Para maquillarme, para estar cerca de mí…

La sonrisita baila en mis labios sin que pueda ocultarla.

—Debe ser gay —minimiza ella con un movimiento casual de la mano.

—No recurras a los clichés —contraataco—. Ok, no estuvo bien que encierre a la maquillista en el armario, pero…

—Pero lo hizo —agrega ella—. Marianne, apenas terminaste con Antonio, ¿no crees que necesitas un tiempo para ti?

El nombre de mi ex vuelve a ensombrecer mi alegría. Todavía no me atrevo a visitarlo, ni siquiera he llamado a su familia, algo me dice que mi padre estuvo involucrado.

—¿Cuánto tiempo, Brenda? No me estoy haciendo más joven.

—No sé… —suspira y abandona su asiento en la silla giratoria para ocupar un lugar al lado de mí en el sofá—. Pero siento que toda esta mala elección de parejas es porque no te tomas un tiempo para conocerte y estar bien contigo misma.

—Es fácil para ti decirlo porque encontraste a Thiago —digo con tono dulce, porque su relación me hace creer que allá afuera existe alguien para mí—, pero yo, Brenda, empiezo a creer que nunca tendré mi «y vivieron felices para siempre».

Ella esboza una sonrisa amable.

—No es tan exacta esa frase, eh… Thiago y yo tenemos problemas como cualquier pareja, más cuando su madre quiere meterse en la crianza de nuestros hijos, pero lo sobrellevamos.

—Se escucha como un «felices para siempre».

Un asistente de producción entra al camerino para avisarme que están listos para empezar a grabar. Esta vez acepté los actores pagados, aunque no me gusta. Ilusamente creí que podría tener casos verdaderos, pero no es así.

Brenda me acompaña. Intenta quitarme el reloj sin éxito. Consigo reparar la correa, sólo fue un tirón de uno de los seguros, y me lo coloco en la muñeca.

—Marianne… —silba Brenda mientras me ayuda a colocarme el diminuto micrófono en la solapa de mi vestido fucsia—. No lo conoces.

—Brenda… —la imito—. Ya soy mayor, puedo cuidarme… Además, su maquillaje fue perfecto, no se notó el chichón y la maquillista de hoy pudo replicarlo.

Presumo mi cuerno de unicornio que se encuentra más disimulado con el maquillaje y el cabello.

—Un hombre que sabe maquillar, qué maravilla —ironiza Brenda—. No quiero ni imaginar cómo reaccionarías si descubrieras que sabe aplicar pestañas o uñas de acrílico.

—Y con ese cuerpo… —Hago un guiño. Brenda pone los ojos en blanco—. Admite que está buenísimo.

—No me fijé —miente con todos los dientes—. Supongo que es tu tipo.

—Y el de cualquiera con ojos en la cara —continúo con otra risita y levanto el reloj. Me enseña la hora y los avisos de notificaciones, mas no puedo acceder a ninguno—. Franco Harp.

—No hagas una tontería, sabes que Saúl no aceptará que hagas un comunicado para localizar al señor maquillaje.

Suspiro hondo, es verdad. Debemos apegarnos al libreto para que funcione o podemos pasar todo el día en la grabación de un solo capítulo del programa. Los actores que contratan suele ser aficionados que se ponen nerviosos en el estudio de televisión, si improviso entran en pánico y todo sale mal.

La monotonía de la grabación se apodera de mi cuerpo. Repito líneas que alguien más escribió por mí, actúo indignada y valiente cuando es necesario; conmovida cuando la actriz logra llorar por el fallecimiento de su hermano que ni siquiera existe.



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En el texto hay: famosa, actor, relacion falsa

Editado: 29.06.2023

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