una triste vida (borrador)

Capítulo 16 -el último adiós-

1

Se está despertando- dijo un hombre, lo sentía a unos pocos centímetros de mí.

Ya era hora el jefe a estado esperando más de una hora y media. El jefe está preparado para verla en acción- dijo otro hombre- pero lo malo es que todavía no está en su cinco sentidos-

Podía escuchar y sentir todo lo que estaba pasando a mí alrededor pero no podía moverme ni abrir los ojos, sentía que mi cuerpo estaba petrificado. Por fin puedo decir que  pase por lo que los religiosos llaman como: “se te subió el muerto”. El concepto lo usan para cuando estas consiente de lo que pasa a tu alrededor pero no te puedes mover, en realidad  la ciencia ya comprobó por que pasa pero hay personas que todavía tienen la absurda creencia que un alma en pena o un demonio se toma la libertad de subirte encima y no dejarte ni siquiera moverte. 

Carl, ¿Cuánto tardara en pasarle el efecto del calmante?- pregunto uno de los hombres.

No lo sé homero, me preocupe cuando le inyecte la dosis entera, sabes que la cantidad que le di pudo matarla, pero no tuve otra alternativa estaba poniendo resistencia- Carl estaba susurrando, creo que no quería que el jefe lo oyera.

Descuida ahora está estable, tan solo hay que esperar a que reaccione por completo – dijo Carl.

Ya lo sé pero sabes muy bien lo que le pasa a los que cometen errores…-

Denle una dosis de adrenalina- la voz salió de unos altoparlantes.

Pero apenas se está recuperando del calmante, los químicos podrían causar una reacción – contesto Carl con un tono preocupado.

Solo háganlo-

Jefe con todo respeto pero madison es el usuario que más ha aceptado el tratamiento y si llega el caos en que muera… nos retrasaremos y perderemos años de trabajo- dijo homero.

No lo repetiré-

Oí como uno de los hombres se acercaba y colocaba un tubo en mí ante brazo, sentí una ligera presión del tubo. Abrí los ojos muy bruscamente y me senté de golpe, mi respiración era muy acelerada. Sentía como una energía recorriera todo mi cuerpo e hiciera que mi corazón latiera demasiado rápido, coloque una mano en la zona en donde se encuentra mi corazón para comprobar que latía demasiado rápido. Los dos hombres con bata me veían como si fuera un peligro que no deben eliminar.

Necesito que respires profundamente- me dijo Carl- tu corazón a estado expuesto a muchas cosas y tienes que controlarte o te puede dar un colapso o puede que entres en un especie de coma-

 La energía que sentía se estaba disminuyendo y mi respiración se estaba regulando, pero mi corazón seguía latiendo demasiado rápido. Miraba a mí alrededor para ver en donde me encontraba, en este momento me encuentro en una habitación parecida  a mi cubículo. Todo es blanco, pero en diferencia de la otra habitación  en esta en la pared que estaba justo enfrente de mi hay una especie de ventana, pero no se puede ver el otro lado. Me sorprendí porque en esta ocasión no tenía ninguna atadura solo las agujas que conectaba a una máquina que estaba pegada a la pared.

Comiencen…- la voz salió de dos altoparlante que estaba a unos costados de la ventana oscura, si ponía atención podía distinguir solo una silueta.  

Carl se acercó a la máquina que estaba suspendida y pegada en la pared y metió un frasco de vidrio que en su interior tenía un líquido negro. El líquido recorría los tubitos que conectaban a las agujas, mientras veía el líquido recorrer la manguera recordé lo que había sufrido mi madre cuando estuvo en esta situación, me acorde de cómo se retorcía y como gritaba, pero me acorde de la impotencia que sentía al no poder ayudarla…

El líquido entro en mi sistema y sentí un dolor que nunca había sentido, me acorde a una de las pláticas que me dio la maestra de apoyo hace unos años cuando sufría de dolores de estómago frecuentes, ella decía que el dolor se calculaba con las lágrimas que derramábamos y que cada persona tiene un nivel de resistencia contra el dolor diferente. El líquido recorría mis venas, podía ver como se tornaban de un color oscuro. Mi respiración se aceleró y empecé a sudar. El dolor iba en aumento.

No tengo todo el tiempo- dijo la voz de los altoparlantes.

Está bien- dijo Carl apretando un botón.

El dolor fue más fuerte y me empecé a retorcer, mi torso parecía un arco y mis brazos hacían que me levantara unos centímetros de la camilla en la que me encontraba. No podía controlar mis movimientos, ni mucho menos mi respiración. Carl no me miraba, solo miraba la pantalla electrónica  que tenía la máquina y homero me veía con lastima, siento que no es la primera vez que hacen esto y ya saben cuál puede ser mi destino. Grite. Mi garganta se estaba desquebrajando con los gritos que lanzaba por los aires. Los dos sujetos que estaban enfrente de mis no se movía para nada y yo ya no podía aguantar más…

2

Estoy en un cubículo de unos tres metros cuadrados, en una de las paredes hay una especie de ventana que da a una habitación como en la que me encontraba, justo enfrente de la ventana hay un tablero con demasiados botones. Me acerque al tablero y observe con cuidado de no activar nada los botones que estaban enfrente de mí. Me senté en una silla de las dos que estaban a los costados del tablero, en mi mente ya sabía que estaba soñando, pero me preguntaba como había sucedido si estaba sufriendo, que persona normal duerme mientras padece de un dolor incalculable. Tal vez me desmaye… maltita sea hoy sí que he sido la dormilona del cuento.




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