una triste vida (borrador)

Capítulo 3 -cena-

Capítulo 3

-cena-

1

Estando en mi casa solo pensaba en lo triste que era la vida, obvio no demasiado para no cometer ninguna tontería, toda la tarde me queda acostado en mi cama escribiendo en mi diario, oyendo música de Adele, ella sí que sabe hacer música, siempre que estoy triste o melancólica oigo música de ella, su voz tiene algo que me anima.

Mi madre se la pasó toda la tarde en el hospital, no entiendo él porque, y mi padre se la paso encerrado en el taller que estaba en el patio, creo que estaba tomando, por la música que ponía, no juzgo los gusto que tienen los adultos, solo digo no todos tenemos los mismo gusto.

Mi padre por lo general no tomaba, solo en reuniones o fiestas, si no era una ocasión como esa, no tomaba ni una gota, creo que algo está pasando, desde que llegue no me ha visto, siempre que llegaba el me recibía con una sonrisa, y ahora ni la cara le he visto desde que llegue.

Miraba el reloj con forma de búho que estaba al lado de mi cama con desesperación, ansiosa de que llegara la hora que mi madre volviera, quería hacerle muchas preguntas, pero también miraba el reloj con odio, cada vez que pasaba otra hora, sentía un nudo en la garganta, no quería pasar otra vez por lo de la secundaria, de tanto ver el reloj, me quede dormida.

2

Ya eran las ocho y media cuando me desperté, fui al baño, me lave la cara, en seguida me la seque con una toalla que estaba al lado del lavamanos, cuando termine oía la voz de mi madre en la cocina, sin dudarlo, corrí hasta donde se encontraba.

-hola madre- la abrase- donde has estado todo este tiempo-

-en el hospital, revisando unos papeles que faltaban- me abrazo y luego lentamente me separa, como si le doliera algo- ve háblale a tu padre para cenar-

Camine hacia el taller, antes de abrir la puerta oí a mi padre llorar, me anime a entrar después de un rato oyendo sus quejidos por la puerta, tenía la cabeza recargada en sus brazos encima de una mesa de madera, cuando me vio intento disimular pero ya lo había visto llorar.

-que necesitas madison- se voltio hacia una esquina solo para secarse las lágrimas.

-mi madre ya regreso y quiere que vallamos a cenar-

-¿hizo de comer tu madre?- me pregunto algo preocupado.

-no trajo comida italiana del restaurante de unas cuadras abajo-

-bueno, vamos no la hagamos esperar-

Me tomo del hombro y camino junto a mí.

3

Entramos a la cocina, nos sentamos, yo en mi silla favorita, mi padre estaba al lado de mí y mi madre enfrente.

La cocina la habían remodelado hace algunos meses, cuando nos mudamos a esta casa, la cocina era un desastre, la tapicería era algo rustica, era algo linda, solo que se estaba pudriendo por la humedad, el piso estaba igual solo que se notaba el inicio de una inundación de hongos, era verde en algunas partes, por eso motivo mis padres la remodelaron y ahora parece más hogareña, tiene una ventana junto donde lavábamos los trastes y el tapiz lo pusieron de un color  clarito (casi blanco), y el piso lo pusieron de mosaicos de cerámica, era más linda, me gustaba, solo que había un pequeño detalle, abajo del fregadero había un hueco del tamaño de una pelota de baseball, un día mire a través del oyó y no le vi fin, solo se oían pequeñas pisadas.

Miraba el fregadera sin pestañear, sentía que de un momento a otro algo iba a salir de ese lugar.

-¿qué tienes madison?- mi padre me miraba con sus ojos cristalizados – ¿porque miras el fregadero?-

-me preocupa la existencia de ese oyó- voltee a ver a mi madre que estaba sacando la comida de una bolsa ecológica –el otro día escuche una pisadas en él.

-descuida el viernes va a venir un exterminador- mi madre empieza a servir el jugo

- si es que descubrí uno en el taller y no estaba cuando empecé a construirlo- agarra el vaso de jugo y le da un trago- creo que el anterior dueño no nos informó de las plagas que había por el vecindario-

-no creo que sea en el vecindario- se apresuró a contestar mi madre

- porque lo dices- mi padre parecía confundido-

-porque la  vecina de al lado- truena los dedos- ver… vero… ¡verónica!, verónica me dijo que no  tenían plaga de ratas-

-qué raro-

-bueno, madison a ti te traje sopa minestrone- me acerca el plato – y a ti Greg  te traje carpaccio – le da su plato, sus ojos se llenaron de asombro.

En lo personal la sopa minestrone era mi tipo de sopa favorita, cuando era pequeña mi madre nos compraba comida italiana cada vez que pasaba por el restaurante de Marcus un italiano conocido por su lasaña, pero en lo personal mi plato favorito de  toda la vida era la sopa minestrone.

-y ¿para ti que te trajiste?- pregunte

-una ensalada capresse-

-¿por qué?, no te gustaba el queso guisado-

-si pero en este momento no puedo comer eso-

-¿Por qué?-

-no preguntes, solo come-

De la nada el incómodo silencio se apodero de la cocina, mi padre solo tenía la vista en el carpaccio, mi madre tenía los ojos cristalizados y con el tenedor picaba la ensalada, no se la comía solo la movía de un extremo a otro del plato.




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